jueves, 17 de septiembre de 2009

Evangelio de Tomas

“El Reino está dentro de ustedes y alrededor de ustedes. Cuando se conozcan a si mismos, entenderán que son hijos del Padre viviente. Si no se conocen a si mismos viven en la pobreza”.

“Parte un madero
y allí estoy yo;
levanta una piedra
y me encontrarás allí”

Estas palabras son atribuidas por algunos a Jesús, pero no se encuentran en la Biblia. Es uno de los 114 dichos del evangelio de Tomás, uno de los llamados evangelios apócrifos.
Fue hace 60 años, en diciembre de 1945, que dos campesinos en Egipto hallaron en el desierto copias de estos evangelios. Según relatos, los campesinos buscaban cerca de la localidad de Nag Hammadi una tierra especial que se utiliza como fertilizante. Dieron en cambio con un ánfora, en el que se encontraban 52 textos dispuestos en 13 libros o códices.
En este conjunto variado de textos había copias de varios evangelios, de los cuales dos, en especial, podrían llevar -según algunos- a replantear la visión del cristianismo.
El evangelio de Tomás, atribuido al apóstol Tomás, mostraría según algunas interpretaciones no una teología basada en la fe y el pecado, sino un Jesús según el cual la salvación está en el autoconocimiento

EVANGELIO-DE-TOMAS: Medio siglo antes del descubrimiento de
Nag Hammadi, en Oxyrhynchus, una antigua ciudad egipcia, se
descubrieron unos fragmentos de papiro escritos en griego, que
correspondían a un evangelio apócrifo atribuido al Apóstol Tomás. La
paleografía fechó la redacción de este evangelio seria la copia del original, esta copia encontrada seria de los año 200 al 250
d.C. y desde entonces, se creyó que una vez existió un quinto libro
análogo a los canónicos, en donde se registraban las enseñanzas de
Jesús.

Como el lector podrá comprobar, el de "Tomás", es un evangelio
totalmente diferente de los incluidos en el Nuevo Testamento. En él no
existen partes narrativas o anécdotas sobre la vida y obra de Jesús,
sólo consta de 117 proverbios y cortos diálogos en donde se recogen
las enseñanzas más significativas atribuidas al Maestro. No se dice
nada del nacimiento, de la muerte o de su supuesta resurrección.

El autor, quizá aludiendo a la calidad "privada" de los diálogos o
máximas, se refiere a las mismas como: "Los dichos secretos que Jesús
viviente habló".

Existen evidencias que el de Tomás, pudo haber sido
el evangelio más antiguo (con seguridad su versión original es anterior
al 100 d.C.), o al menos, el que recoge con mayor fidelidad y sin
agregados mítico-legendarios a las palabras dichas por el Jesús
histórico, de los que hoy se conservan.

dichos atribuidos a Jesús de Nazaret, Evangelio de Tomás

El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo.

Ama a tu hermano como a tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo».

Si aquellos que os guían os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces los peces os tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma.

Reconoce lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto.

Quien bebe de mi boca, vendrá a ser como yo; y yo mismo me convertiré en él, y lo que está oculto le será revelado.

El Reino se parece a un hombre que tiene escondido un tesoro en su campo sin saberlo. Al morir dejó el terreno en herencia a su hijo, que tampoco sabía nada de ello: éste tomó el campo y lo vendió. Vino, pues, el comprador y al arar dio con el tesoro; y empezó a prestar dinero con interés a quienes le plugo».
«El reino del Padre se parece a una mujer que tomó un poco de levadura, la introdujo en la masa y la convirtió en grandes hogazas de pan. Quien tenga oídos, que oiga.

El reino del Padre se parece a una mujer que transportaba un recipiente lleno de harina. Mientras iba por un largo camino, se rompió el asa y la harina se fue desparramando a sus espaldas por el camino. Ella no se dio cuenta ni se percató del accidente. Al llegar a casa puso el recipiente en el suelo y lo encontró vacío.

El reino del Padre se parece a un hombre que tiene la intención de matar a un gigante: desenvainó primero la espada en su casa y la hundió en la pared para comprobar la fuerza de su mano. Entonces dio muerte al gigante.

El Reino se parece a un pastor que poseía cien ovejas. Una de ellas la más grande se extravió. Entonces dejó abandonadas las noventa y nueve y se dio a la búsqueda de ésta hasta que la encontró. Luego —tras la fatiga dijo a la oveja: Te quiero más que a las noventa y nueve.

Donde estén, y donde hay uno solo yo estoy con él. Levanta la piedra y allí me ancontrarás, hiende el leño y yo allí estoy.

Tú escuchas con uno de tus oídos

Le dijeron sus discípulos: ¿Cuándo va a llegar el Reino?
Yeshua contesto:«No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven.

Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis.


El que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las tinieblas.

El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo

¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; allí estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros.?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo.

He aquí que el sembrador salió, llenó su mano y desparramó. Algunos granos de simiente cayeron en el camino y vinieron los pájaros y se los llevaron. Otros cayeron sobre piedra y no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas hacia el cielo. Otros cayeron entre espinas —éstas ahogaron la simiente— y el gusano se los comió. Otros cayeron en tierra buena y ésta dio una buena cosecha, produciendo 60 y 120 veces por medida

Dijeron los discípulos a Jesús: «Dinos cómo va a ser nuestro fin». Respondió Jesús: «¿Es que habéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte».

EVANGELIO SEGÚN TOMÁS

3 comentarios:

  1. "Cuando el sol no refleje tu sombra, entonces serás luz para el mundo" (╯3╰)

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  2. Hola. Buenas tardes. Una pregunta. ¿ Cuál es el capítulo y versículo el cual dice " si mueves una piedra allí estoy, si mueves un tronco allí estoy. Gracias. Saludos.

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