viernes, 29 de enero de 2010

Dios nos habla

Dios habla a través de la Sagrada Escritura, que es la respuesta efectiva y plena a todos los problemas y preocupaciones de la humanidad. Una vez más, Dios es la respuesta. La Iglesia que Él se ha dignado fundar mantiene fielmente esta oportunidad de salvación ofrecida por el Señor.


1. Dios nos habla en la Escritura como autor principal de ella

La Biblia es la "Palabra de Dios". Es su pensamiento expresado a través de sonidos humanos. Es su estilo de hablar a la humanidad. Dios escogió un pueblo, el pueblo de Israel, en el cual, a través de una larga historia, fue manifestando sus designios de salvación, por medio de los acontecimientos y las obras que Él fue disponiendo. Pero no solamente Dios habla a un grupo a través de su palabra; habla también al individuo, nos habla a cada uno de nosotros, para comunicarnos su mensaje de amor, de vida y de salvación personal. El Señor que nos invita, nos llama, se acerca a nosotros porque quiere comunicarnos algo: una enseñanza, un consejo, una frase de aliento o un regaño cuando no sabemos comprender a su bondad. Pero siempre es la palabra del Padre que se preocupa por sus hijos porque busca su bien y su felicidad.


2. ¿De qué cosas nos habla Dios en la Biblia?

Es muy difícil concretar la riqueza de su mensaje. Pero, en líneas generales abarca los siguientes temas:

a) Nos habla de sí mismo. En la Biblia, todas las páginas nos hablan de Dios. Pero no precisamente de un Dios lejano, estirado, juez, como pareciera a primera vista cuando leemos frases como: "Yo soy el que soy", "El Dios de poder", "El Señor de los ejércitos", etc., se trata de un Dios personal, vivo, cercano, providente, amoroso. Se trata, en una palabra de un Dios - Padre que se preocupa por nosotros y rige nuestros destinos en orden a nuestra felicidad temporal y eterna.

b) Nos habla del hombre, y nos dice que Él mismo lo creó formándolo "a imagen y semejanza suya". La palabra "imagen y semejanza" en hebreo significa, más que retrato, "reproducción". El hombre es imagen y semejanza de Dios porque participa, reproduciéndolas, de las bondades y cualidades divinas". "Lo has hecho - canta el salmo 8 -, poco menos que Dios, lo has coronado de gloria y honor, le diste el señorío sobre las obras de tus manos, todo lo has puesto debajo de sus pies". Todo eso es la esencia de la naturaleza humana. Claro que el hombre, a pesar de su grandeza y señorío, está revestido de carne débil; tiene inclinaciones que le invitan al pecado, al rebajamiento, al barro; y se rebaja, dando al traste con su grandeza. Entonces rompe las relaciones con Dios, se torna infiel a su amor. Pero el Señor no cesa de invitarle a que rehaga las relaciones perdidas. Ese es el drama humano a grandes rasgos que la Biblia nos muestra.

c) Nos habla de la naturaleza cuando nos dice, al abrir la Biblia, que "al principio creó Dios los cielos y la tierra". El mensaje no intenta dar de la creación una descripción científica, sino una información popular. Pero a pesar de esa intención sencilla, resulta todo un poema elocuente de la grandeza del Creador. Da gusto leer las primeras páginas de la Biblia en que el autor va descubriendo con pinceles maravillosos la obra creadora del mundo, para que veamos ya en esos párrafos el punto de partida del plan divino y de la historia de la Salvación.

d) Nos habla de la historia de la Salvación. Podríamos decir que toda la Biblia es fundamentalmente "la historia de la salvación". La historia de un pueblo que el mismo Dios escoge, para que a través de él vaya transmitiendo el mensaje salvador a toda la humanidad.

e) Nos habla de Jesucristo, el enviado de Dios al mundo, cuya misión principal es reconciliarnos con el Padre. El mismo Jesús le dirá a Nicodemo: "Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Único, para que todos los que crean en Él no perezcan, sino que tengan vida eterna" (Jn 3, 16). El Antiguo Testamento es una promesa de esta venida; el Nuevo Testamento nos manifiesta el cumplimiento de esta promesa. Por eso ambos Testamentos están íntimamente ligados entre sí.

f) 6. Nos habla del Reino de Dios. "He aquí, leemos en san Mateo 12, 28, que ha llegado a vosotros el Reino de Dios". Toda la misión salvífica del Mesías se concentra en la idea del Reino de Dios. Cristo viene a traernos ese Reino, que se hace presente en el mundo como un grano de mostaza (Mt 13, 31), como una levadura (Mt 13, 33), pero que llegará a su plenitud poco a poco al final de los tiempos. Más aún: Ese Reino no sólo está presente en el mundo, sino que "Ya está dentro de nosotros" (Lc 17, 21).

g) Nos habla también de la religión, de la gran lucha entre el bien y el mal, de las virtudes teologales y cardinales, del comportamiento del hombre, de la felicidad matrimonial, de la buena convivencia entre los hombres, etc. Cada libro de la Biblia plantea un tema distinto, interesante y apremiante. Pero no es un tema suelto o independiente de los demás.


3. ¿Cómo nos habla Dios en la Biblia?
• Primero, Dios nos habla a través de los hombres. Dice el autor de la Carta a los Hebreos: "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos" (1, 1-2).
• Segundo, expresando su mensaje en el lenguaje propio de los hombres para que puedan entenderlo. Es decir, Dios, al hablar a la humanidad, no emplea un lenguaje rebuscado. Su mensaje no surtiría ningún efecto. Emplea un lenguaje simple, de manera que hasta los menos cultos puedan captarlo. Por eso se sirve de las maneras de hablar, modismos y géneros literarios que los escritores y las gentes usaban en el tiempo en que Dios le comunicó su Palabra.


4. Cómo se fue componiendo la Biblia

¿Cómo se compusieron los libros de la Biblia? Los acontecimientos que el Pueblo de Dios fue viviendo desde sus orígenes se transmitían de viva voz por el mismo pueblo.

Se fueron completando con más interpretaciones con el correr del tiempo, para descubrir su verdadero sentido. Esta interpretación se hizo siempre a la luz de la fe.

Al principio, se ponían ocasionalmente por escrito. Pasado el tiempo, alguien recopiló los diversos escritos, las tradiciones orales y los otros documentos existentes, formando así una herencia común redactada para todo el pueblo. Esta redacción se convirtió finalmente en el libro definitivo que ahora conocemos.

Los textos no siempre quieren presentar reportajes en directo, ni narraciones históricas o científicas. Son reflexiones de la fe sobre las grandes cuestiones del hombre o sobre los problemas que golpean a la vida de la Comunidad en un determinado momento.

Estas reflexiones hacen avanzar la revelación a través de todo el Antiguo Testamento, hasta llegar a la plenitud en el Nuevo. Pero el misterio de todo este proceso está en que siempre actúa la asistencia del Espíritu Santo. Por eso, el libro es fruto de la acción humana y de la acción de Dios.

La Biblia no es un libro caído del cielo, como pretende serlo el Corán, libro santo de los que practican la religión creada por Mahoma: "No hay más Dios que Él, el poderoso, el sabio. Él es quien hizo bajar sobre ti el libro de Él" (Sura 3, 6-7).

La Biblia ha tenido una larga historia, cuya reconstrucción está llena de complejidades: no disponemos de fechas precisas y datos para todos los libros de la Sagrada Escritura.

Por otra parte, no hay que olvidar nunca el dato de la tradición oral: primero la tradición, después la Escritura; es más, la tradición se mantiene como realidad viva que interactúa con los escritos durante todo el periodo de la formación del Antiguo Testamento.

Incluso, después de haber sido puestos por escrito, la mayoría de los textos bíblicos continuaron siendo leídos, actualizados, profundizados: sólo al final, se consideró al Antiguo Testamento como algo finalmente terminado.

Etapas de la formación del Antiguo Testamento

Veamos ahora en este esquema las etapas de la formación del Antiguo Testamento:

a) El período de los patriarcas. El primer capítulo de la historia de Israel está ligado a tres generaciones (o tribus) de patriarcas arameos: Abraham, Isaac y Jacob (pertenecen al siglo XIX antes de Cristo, aproximadamente).

b) El Éxodo. Para la segunda gran "palabra de Dios" hemos de trasladarnos a los años 1250-1200 antes de Cristo. De un grupo de esclavos, Israel, a través de la gran "Pascua de liberación", pasa a convertirse en pueblo de Dios.

c) El periodo monárquico o de los reyes. Después de casi 200 años de lucha por la ocupación de la tierra de Canaán, sigue la larga experiencia de la monarquía (del año 1000 al año 587 antes de Cristo).

d) El Exilio o Deportación en Babilonia. El año 587 antes de Cristo cae Jerusalén y con ella se desmoronan los fundamentos de la historia de Israel: la dinastía de David, la libertad en la "tierra prometida", el templo de Jerusalén.

e) El período de judaísmo. Se llama así porque sólo un "resto" de los descendientes de Judá (hijo de Jacob y representante del Reino del Sur) vuelve a Jerusalén y a la tierra santa.


5. Fechas de composición

El Antiguo Testamento se escribe durante el largo periodo que va desde el reinado de Salomón, en el siglo X, hasta un siglo antes de Cristo.

El Nuevo Testamento, por su parte, se escribe desde unos veinte años después de la muerte de Cristo, en vida de la primera generación de cristianos hasta la muerte del último apóstol. Es decir, entre los años 50 y 100.

La Santa Biblia fue redactada por Profetas, sabios, poetas y apóstoles, durante catorce siglos, pero todos dirigidos e inspirados por Dios para que no escribieran ningún error espiritual. Los redactores más famosos de la Santa Biblia fueron: Moisés, el rey David, los profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Los cuatro evangelistas San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan y, por el apóstol San Pablo.


6. El lenguaje usado por los autores bíblicos

Si nos fijamos en nuestro estilo de hablar, veremos que una misma verdad la podemos expresar de múltiples maneras.

Corrientemente, no nos importa el modo, sino que vamos abiertamente a la verdad que queremos expresar. Por ejemplo, esta es la verdad que quiero comunicar: "estoy en una situación difícil que me hace deprimirme". Para expresarlo a un amigo, le digo: "Oye, estoy hecho polvo". No cabe duda que mi amigo me entiende perfectamente.

Otro ejemplo: un niño muere en un accidente. De este accidente son testigos el papá y la mamá que iban con el niño, el policía de tránsito y un señor extraño que pasaba por el lugar del siniestro.

Los papás, llevados por la impresión tremenda de que el muerto es su propio hijo, contarán con un realismo quizá exagerado hasta los últimos detalles del accidente.

El policía lo hará, probablemente, como quien relata un atentado policiaco. Está tan acostumbrado a presenciar escenas similares, que ya casi, una más, no le impresiona gran cosa.

Por su parte, el "señor extraño" que pasaba por allí y no tenía que ver nada con la cuestión, dirá las cosas sin dejarse llevar por la emoción.

¿Cómo la vamos a juzgar nosotros que no presenciamos el accidente?
Si nos referimos a los papás, diremos quizás que al hacer el relato fueron exagerados; del policía diremos que, como no se fijó bien, mintió; y del testigo casual diremos que, al no importarle lo sucedido, confesó cualquier cosa por salir del paso.

Todo esto está diciendo que a la hora de juzgar algo, hay que hacerlo teniendo en cuenta quien lo dice o escribe, e incluso las circunstancias del hecho sucedido.

"Dios habla en la Escritura por medio de los hombres en lenguaje humano; por lo tanto, el intérprete de la Escritura, para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiar con atención lo que los autores querían decir y lo que Dios quería dar a conocer con dichas palabras. Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios" .



Conclusión

Dios es el autor de la Biblia, Él nos habla en ella, nos da a conocer sus caminos de salvación y nos invita a encontrar la verdad en su Iglesia que Él funda.

jueves, 28 de enero de 2010

Sodoma y Gomorra.3

Y prosiguió el Señor: «El clamor de Sodoma y Gomorra ha crecido mucho, y su pecado se ha agravado en extremo; voy a bajar, a ver si sus obras han llegado a ser como el clamor que ha venido hasta mí, y si no, lo sabré»... E hizo el Señor llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego que venía del Señor, desde el cielo. Destruyó estas ciudades y todo el llano, y cuantos hombres había en ellos, y hasta las plantas de la tierra (Gn 18,20-21. 19,24-25).

La Realidad: Sodoma y Gomorra eran ciudades míticas que jamás existieron.

Cuando Abraham y Lot abandonaron Egipto, la Biblia dice que subie­ron hacia Betel, que está ubicada en el centro de unas colinas del centro de Canaán, al norte de Jerusalén y al noroeste del mar Muerto. Él y Lot eran tan ricos en ganado que la tierra no tenía capacidad suficiente para ellos dos, además de la población nativa. Siendo un hombre generoso, Abraham le dio a Lot la primera opción sobre el territorio y hasta le ofre­ció trasladarse a otro lugar si fuera necesario.



Lot miró hacia el este en dirección al río Jordán y desde el centro de ese territorio montañoso consiguió de alguna manera ver la llanura fértil al otro lado del río. La topografía de ese territorio, sin embargo, parece bas­tante distinta que la que indica el registro geológico de esa época.

Alzando Lot sus ojos, vio todo el llano del Jordán, enteramente rega­do —antes de que destruyera el Señor Sodoma y Gomorra—, que era como el paraíso del Señor, como Egipto según se va a Segar. Eligió, pues, Lot, todo el llano del Jordán, y viajó hacia el este, y se separaron el uno del otro. Abraham se asentó en la tierra de Canaán y Lot se asentó en las ciudades del llano, y plantó sus tiendas hasta Sodoma. (Gn 13, 10-12).

La imagen aquí representada es de una rica y fértil llanura que se extiende desde el valle del Jordán hasta el área donde están situadas Sodoma y Gomorra, una región bien regada, que el Génesis compara con el jardín del Edén. Nadie sabe con exactitud donde estuvieron ubicadas Sodoma y Gomorra, pero la Biblia las sitúa en algún lugar cercano al mar Muerto, en una región conocida como el valle de Sidim, que, según Génesis 14, 3, «es el mar de la Sal» (es decir, el salado mar Muerto). Esto indica que en algún momento el mar de la Sal cubría el valle de Sidim. En otras palabras, Sodoma y Gomorra estaban ubicadas en una llanura fértil bien regada que existía en el emplazamiento que ahora esta cubierto por la punta sur del mar Muerto.



Sin embargo, el Génesis también dice que Lot condujo su ganado desde esa parte de la llanura más próxima a Betel, al norte del mar Muerto, hasta la punta sur del valle del Jordán en el extremo sur del mar Muerto. Queda claramente manifestado que la zona donde existe hoy el mar Muerto era por entero zona cultivable y pastos bien regados, un hecho que está com­pletamente en desacuerdo con el registro geológico, que indica que el mar Muerto ha existido, en realidad, desde hace millones de años.

'Iras asentarse en Sodoma, la Biblia cuenta que cuatro poderosos reyes mesopotámicos se unieron para invadir Sodoma y Gomorra y algunos aliados locales. La coalición mesopotámica reinó las ciudades durante catorce años, utilizándolas como base para otras conquistas. El decimo­cuarto año, las ciudades se rebelaron, pero los mesopotámicos echaron a las comunidades rebeldes y tomaron prisionero a Lot, supuestamente porque era una figura destacada en la región. Los autores bíblicos, al pare­cer olvidándose de lo hermosa que debía ser la región antes de la destruc­ción de Sodoma, describen el territorio que la rodea como lleno de «pozos de betún» (Gn 14, 10), un lapsus editorial que describe la condición geo­lógica actual de la región.



Cuando Abraham se entera de la captura de Lot, reúne a un ejército de 318 soldados de entre sus numerosos sirvientes y persigue al ejército mesopotámico «hasta Dan» (Gn 14, 14). La expresión «hasta Dan» sería una manera idiomática de decir «hasta el norte de Israel», que es donde Dan estaba ubicada. Pero Dan no estaba ubicada ahí en tiempos de Abraham. Esa región no se convirtió en Dan, según la Biblia, hasta des­pués del Éxodo, cuando la tribu de Dan se trasladó a ese territorio.



Después de que Abraham rescatara a su sobrino, Lot regresó a Sodoma. En esa época, Abraham no tenía hijos a quien pasarles la alianza con Dios, la promesa de que Canaán pertenecería a Abraham y a sus herederos. Puesto que el sobrino de Abraham, Lot, era obviamente un pariente pró­ximo que había recorrido largas distancias junto a él a través de Mesopotamia hasta Egipto y de vuelta a Canaán, Lot parecía ser el here­dero forzoso.



Veinticinco años más tarde, Dios le dijo a Abraham que tendría un hijo llamado Isaac (Abraham tenía cien años cuando recibió la noticia) y que su hijo sería el heredero de la alianza. Casualmente, tras este anuncio, Dios determinó que la maldad de los habitantes de Sodoma y Gomorra reque­ría que él destruyera ambas ciudades. Cuando Abraham supo del plan de Dios, el cual exterminaría hasta al bueno y devoto de Lot, negoció:



«Acércesele, pues, y le dijo: «¿Pero vas a exterminar juntamente al justo con el malvado?» (Gn 18,23).



Al final llegaron a un acuerdo. Si Dios encontraba diez hombres honra­dos en Sodoma, no destruiría la ciudad. Entonces envío dos ángeles en una misión de reconocimiento. En Sodoma se encontraron con Lot, que por lo visto era un importante oficial de la ciudad que pasaba sentencia a las puertas de la ciudad, y les ofreció la hospitalidad de su casa. Mientras Lot compartía su comida con los ángeles, varios sodomitas llamaron a la puer­ta de la casa de Lot y le exigieron que entregara a sus huéspedes «para que los conozcamos», un eufemismo para el conocimiento carnal (Gn 19, 5). Lot les rogó que se retiraran y le ofreció a la multitud sus dos hijas vírge­nes como sustituías. Esta ofrenda no convenció a los sodomitas y amena­zaron con herir tanto a los huéspedes como a Lot.



No hemos de pensar que este relato incluye algún tipo de manifestación que condene la homosexualidad como un acto pecaminoso, peor incluso que la violación, sino que debemos comprender que el crimen de los sodomitas no era la homosexualidad, sino la falta de hospitalidad.

Mirad, dos hijas tengo que no han conocido varón; os las sacaré para que hagáis con ellas como bien os parezca; pero a esos hombres no les hagáis nada, pues para eso se han acogido a la sombra de mi techo» (Gn 19, 8).

En gran parte de esa región en tiempos antiguos, la hospitalidad hacia los viajeros y huéspedes desempeñaba un papel importante que era casi una obligación. Las narraciones bíblicas incluyen numerosos testimonios de este tipo, al igual que lo hacen los mitos de otras culturas mediterrá­neas y de Oriente Próximo. En un relato, por ejemplo, dice Abraham:

Alzando los ojos, vio parados cerca de él a tres varones. En cuanto los vio, les salió al encuentro desde la puerta de la tienda y se postró en tie­rra, diciéndoles: «Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo; haré traer un poco de agua para lavar vuestros pies, y descansaréis debajo del árbol, y os traeré un boca­do de pan y os confortaréis; después seguiréis, pues no en vano habéis llegado hasta vuestro siervo» (Gn 18, 2-5).

Y en otra ocasión, cuando Abraham envía a un sirviente a traer una esposa para Isaac, el sirviente comenta:

Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciu­dad vienen a buscar agua; la joven a quien yo dijere: Inclina tu cánta­ro, te ruego, para que yo beba; y ella me respondiere: Bebe tú y daré también de beber a tus camellos, sea la que destinas a tu siervo Isaac, y conozca yo así que te muestras propicio a mi señor (Gn 24, 13-14).

Los dos ángeles en la casa de Lot meten a su anfitrión dentro de la casa y ciegan a los intrusos. Luego avisan a Lot de que Dios planea destruir la ciudad y de que él y su familia deben huir. Cuando Lot informa a sus parientes, éstos creen que bromea y le ignoran. Sólo su mujer y sus dos hijas se unen a él en el intento de huir de la ciudad ilesos.



El relato continua y Lot y su familia abandonan la ciudad:

E hizo el Señor llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego que venía del Señor, desde el cielo. Destruyó estas ciudades y todo el llano, y a todos los habitantes de las ciudades y hasta las plantas de la tierra (Gn 19, 24-25)

Acto seguido, la mujer de Lot se convierte en una columna de sal y muere al mirar hacia atrás y ver la destrucción, y Lot engendra en sus hijas dos naciones, Amon y Moab.

Durante los momentos finales de la destrucción de Sodoma, Abraham es testigo del destino de las dos ciudades: «y mirando hacia Sodoma y Gomorra y todo el llano, vio que salía de la tierra una humareda de horno» (Gn 19, 28).



El relato de Lot contiene numerosos anacronismos. Por ejemplo:

1. Varios miembros de la familia de Abraham tienen nombres asocia­dos con territorios que no existieron hasta cientos de años después de la época de Abraham;

2. Abraham y Lot se trasladaron a Betel, que, según la Biblia, no obtu­vo ese nombre hasta los tiempos de Jacob, el nieto de Abraham, y

3. Abraham rescató a Lot del territorio de Dan, que no tuvo ese nom­bre hasta mucho después del Éxodo desde Egipto.

4. Se comentan otros anacronismos en que perfila a los dos hijos de Lot, a quienes se identifica como los fundadores de las naciones de Moab y Amon.

No hay testimonios históricos que demuestren la existencia de Sodoma y Gomorra. La palabra Sodoma viene de una raíz que significa «chamus­cado», un nombre que sólo habría surgido tras la supuesta destrucción de la ciudad, y no antes. Ese hecho, junto con los numerosos anacronismos asociados con los acontecimientos de la vida de Lot, demuestra que el relato de Sodoma y Gomorra alcanzó su forma escrita actual hacia finales del primer milenio a.C., basado en leyendas de tiempos anteriores.



Además, el relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra guarda un sospechoso paralelismo con otro legendario relato en el libro de los Jueces, acerca de la destrucción de la tribu de Benjamín (véase Je 19 a 21). Ese relato trata sobre un sacerdote levita que, viajando con su concubina, pasa por Gibea, donde un anciano efraimita sale de sus campos y los ve. El efraimita ofrece al sacerdote la hospitalidad de su casa. Mientras entre­tiene a sus huéspedes y les ofrece pan y vino, algunos ciudadanos se acer­can a la casa del efraimita y exigen que el huésped salga para que los hom­bres «le conozcan». El anfitrión señala que el hombre es su huésped y le ofrece a su propia hija y a la concubina del sacerdote como alternativa. Los ciudadanos toman a la concubina y abusan de ella hasta la muerte.



El sacerdote recoge su cuerpo, cortado en doce trozos, y envía una parte a cada una de las tribus israelitas, exigiendo venganza contra la ciudad.



Con la ayuda de Dios, la ciudad, que pertenecía a la tribu de Benjamín, es destruida y, «cuando la nube de humo comenzó a alzarse como una columna sobre la ciudad, volvieron los ojos atrás y vieron que toda la ciu­dad subía en fuego hacia el cielo» (Je 19, 40).



Esta es la misma escena vislumbrada por Abraham tras la destrucción de Sodoma. Más tarde, los israelitas arrasan con casi toda la tribu de Benjamín, pero unos cuantos hombres consiguen escapar. Los israelitas acceden a que los restantes benjaminitas tomen esposas de entre algunas mujeres no hebreas para que puedan conservar su estirpe.



Si sustituimos al sacerdote, una figura religiosa, por los ángeles, encon­tramos que los dos relatos ofrecen tramas casi idénticas y en ocasiones hasta comparten las mismas frases e ideas. En ambos relatos, por ejemplo, los hombres de la ciudad quieren «conocer» a la figura religiosa masculi­na. Y al ofrecerles a las dos mujeres que hay dentro de la casa como subs­tituías, ambos relatos utilizan frases similares.



En el relato de Lot, el anfitrión dice: «Mirad, dos hijas tengo que no han conocido varón, os las sacaré para que hagáis con ellas como bien os parezca, pero a esos hombres no les hagáis nada, pues para eso se han aco­gido a la sombra de mi techo» (Gn 19, 8). Y en el relato posterior, el anfi­trión dice, «para que abuséis de ellas y hagáis con ellas como bien os parezca, pero a este hombre no le hagáis semejante infamia» (Je 19,24).



Ambos relatos incluyen una frase que les dice a los hombres pecadores que hagan «bien» con la mujer. Esta frase también está unida a una soli­citud de que los hombres no violen el principio de la hospitalidad.

Consideren cuántos puntos en común hay entre los dos relatos:

1. Una figura religiosa (ángel/sacerdote) entra en una ciudad malvada;

2. Un ciudadano le ofrece al huésped su hospitalidad y le da una comi­da a base de pan;

3. Estando en la residencia del anfitrión, los hombres de la ciudad exi­gen que la figura religiosa salga para que ellos puedan «conocerlo», es decir, forzarlo sexualmente;

4. El anfitrión ruega a los ciudadanos que respeten el derecho a la hos­pitalidad y ofrece a dos mujeres como alternativa, diciéndole a los intru­sos que hagan lo que les parezca bien con ellas;

5. Una acompañante femenina muere;

6. Una ciudad es destruida, con humo que se eleva hasta el cielo;

7. El acto de destrucción casi acaba con una población entera, y sólo consiguen escapar unos cuantos hombres, y

8. Al final de los relatos, se llega a un acuerdo sexual especial con muje­res que no son esposas para permitir a los fugados conservar su linaje.



Un paralelismo tan allegado entre los dos relatos, incluyendo el uso ocasional de frases idénticas o elementos narrativos, indica que ambos surgen de un mismo relato legendario sobre la destrucción de una ciudad malvada que abusaba del derecho a la hospitalidad. Basándonos en lo siguiente, podemos concluir que Sodoma y Gomorra eran ciudades mito­lógicas que existieron exclusivamente como relatos folklóricos: la falta de evidencia arqueológica para la existencia de Sodoma y Gomorra, la supuesta ubicación de ambas ciudades bajo un mar salado que había exis­tido ahí durante millones de años, los numerosos elementos anacrónicos presentes en el relato, el nombre Sodom que significa «chamuscado», y la posterior duplicación de los elementos narrativos y frases de un relato anterior con una ubicación distinta.

La historia de Sodoma y Gomorra se lleva a cabo primordialmente en Génesis 19, ahí se relata que Dios sentenció a la destrucción a estas ciudades por la perversión abyecta de sus habitantes. Dios decide tomarles la vida que les dio, pero antes de ejecutar su sentencia envía a dos ángeles a la ciudad de Sodoma con la misión de rescatar a Lot y su gente. En esta parte de las escrituras, Gomorra no es mencionada como parte de las visitas de los ángeles ni que Lot haya tenido alguna relación con esta ciudad vecina a la de Sodoma.

Esa noche, mientras los mensajeros divinos se alistan a dormir en el hogar de Lot, toda la población masculina de la ciudad rodea la casa de Lot y acusan a Lot de refugiar extranjeros sin haber sido "aprobados". Los hombres del lugar demandan que Lot les entregue los mensajeros para que los “conozcan” (Yada). Hay discusión entre los expertos sobre la interpretación de la palabra Yada pero la traducción de Moffet como 'violación violenta' es probablemente la más cercana al texto original. Lot llega a ofrecerles a dos de sus hijas para calmar la violencia de sus compatriotas y poder honrar el deber sagrado de hospitalidad al otro, al forastero.

Así se aprecia que esos "sodomitas" querían violentar los otros, someterlos a su poder arbitrario, privarles de su libertad y dignidad humana.

Algunos sostienen que Yahveh sentenció a muerte a los "sodomitas" por faltar a la ley del Amor que implica el respeto del prójimo, del otro. Dios no pudo salvarles porque rechazaron su Amor en los mensajeros divinos, porque fueron crueles, egoístas. Pero el asunto no se queda ahí:

"Lot salió de la casa y se dirigió hacia ellos, cerrando la puerta detrás de sí, y les dijo: “Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. Miren, tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres que han confiado en mi hospitalidad.” Pero ellos le respondieron: “¡Quítate del medio! ¡Eres un forastero y ya quieres actuar como juez! Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.” Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la puerta." (Gn 19, 6-9)

La referencia a las prácticas homosexuales parece quedar clara en la Biblia. Sin embargo, la palabra homosexual es de reciente creación respecto a los textos bíblicos. Se puede concluir categóricamente que Yahvé haya destruido estas ciudades por esa razón, ya que las palabras hebreas de aquel momento no tienen una correspondencia exacta con los significados y el prisma cultural con el cual hoy las entendemos. El castigo hacia estas ciudades fue, principalmente,debido a la falta de hospitalidad de sus habitantes hacia los extranjeros. Otros dos pasajes de la Biblia que nos permiten determinar la connotación de Gn 19,5: Judas 1, 7 y 2 Pe 2, 1-22, en el Nuevo Testamento hacen referencia a la "perversión sexual" de Sodoma, pero no necesariamente a los actos "homosexuales".

Ezequiel 16:49-50 indicó claramente el motivo de la cólera divina cuando dice: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan (en el Hebreo esta frase literalmente significa comer hasta vomitar), y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no tendió la mano al afligido y al mendigo. Y se llenaron de soberbia y abominaron de mi Ley.”

Aparte de sus propios crímenes, sus violaciones a la ley del amor, Ezequiel apunta claramente a la abominación de la Ley de Dios, que prohíbe claramente la perversión sexual. Además hace referencia al orgullo y soberbia con el que se cometen dichos pecados. El acto sexual no es pecado por sí mismo, pero sí lo es siempre su ejercicio desenfrenado. Pablo condena las relaciones entre hombres indicando que es un pecado "que va contra la doctrina sana". Esta exhortación en sus cartas paulinas, intentan que el pueblo cristiano se mantenga libre de las prácticas culturales de otros pueblos, como los romanos("los que tienen relaciones sexuales entre hombres" dice en 1 Tm 1, 10).

Sodoma y Gomorra fueron destruidas conjuntamente, no haciéndose mención de las otras tres ciudades cercanas, a saber, Zoar se salvó, pero Lot al ir a refugiarse a esta ciudad tuvo temor de que esta ciudad (probablemente vio que sus habitantes estaban en la misma conducta que los sodomitas) fuera destruida y se refugió en una cueva junto a sus hijas.


Sodoma y Gomorra

Sodoma y Gomorra 2

La historia de Sodoma y Gomorra fue considerada por mucho tiempo como una leyenda. Los críticos suponían que fue creada para comunicar principios morales. Sin embargo, a lo largo de la Biblia esta historia es tratada como un suceso histórico. Los profetas del Antiguo Testamento se refieren a la destrucción de Sodoma en varias ocasiones (Deuteronomio 29:23; Isaías 13:19; Jeremías 49:18), y estas ciudades juegan un papel clave en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles (Mateo 10:15; 2 Pedro 2:6 y Judas 1:7). ¿Qué ha encontrado la arqueología para establecer la existencia de estas ciudades? Los arqueólogos han buscado en la zona del Mar Muerto durante muchos años tratando de encontrar las ciudades de Sodoma y Gomorra. Génesis 14:3 da su ubicación, en el valle de Sidim, conocido como el Mar Salado, otro nombre para el Mar Muerto. Del lado este, seis lechos de ríos secos fluyen hacia el Mar Muerto. A lo largo de cinco de estos lechos secos se descubrieron ciudades. La que está más al norte se llama Bab edh-Drha. En 1924, el renombrado arqueólogo, el Dr. William Albright, excavó en este sitio en busca de Sodoma y Gomorra. Descubrió que era una ciudad fuertemente fortificada. Si bien relacionó esta ciudad con una de las "ciudades de la llanura" bíblicas, no pudo encontrar evidencia concluyente que justificara esta suposición.

Se hicieron más excavaciones en 1965, 1967 y 1973. Los arqueólogos descubrieron un muro de 60 cm. de ancho alrededor de la ciudad, junto con numerosas casas y un gran templo. Fuera de la ciudad había grandes sitios de sepultura donde se desenterraron miles de esqueletos. Esto reveló que la ciudad había estado bien poblada durante la baja Edad de Bronce, alrededor del tiempo en que habría vivido Abraham.

Lo más intrigante fue evidencia de un gigantesco incendio que había destruido la ciudad. Yacía sepultada bajo un manto de cenizas de más de un metro de altura. Un cementerio a un kilómetro de distancia de la ciudad contenía restos carbonizados de techos, postes y ladrillos enrojecidos por el calor.

El Dr. Bryant Wood, al describir estas sepulturas, dijo que un fuego comenzó en los techos de estos edificios. Luego los techos se derrumbaron y cayeron hacia el interior y se difundió el fuego dentro del edificio. Esto ocurrió en el caso de cada casa excavada. Una destrucción tan enorme por fuego coincidiría con el relato bíblico de que la ciudad fue destruida por fuego que cayó del cielo. Wood dice: "La evidencia sugeriría que este sitio de Bab edh-Drha es la ciudad bíblica de Sodoma".{5}

Se mencionan cinco ciudades de la llanura en Génesis 14: Sodoma, Gomorra, Adma, Zoar y Zeboim. Los restos de estas otras cuatro ciudades también se encuentran a lo largo del Mar Muerto. Siguiendo un camino sur desde Bab edh-Drha hay una ciudad llamada Numeria. Siguiendo hacia el sur está la ciudad llamada es-Safi. Más al sur están las antiguas ciudades de Feifa y Khanazir. Los estudios en estas ciudades revelaron que fueron abandonadas al mismo tiempo, alrededor de 2450-2350 a.C. Muchos arqueólogos creen que, si Bab ed-Drha es Sodoma, Numeria es Gomorra, y es-Safi es Zoar.

Lo que fascinó a los arqueólogos es que estas ciudades estuvieron cubiertas por las mismas cenizas que Bab ed-Drha. Numeria, que se considera que es Gomorra, tenía más de dos metros de ceniza en algunos lugares. En casa una de las ciudades destruidas los depósitos de ceniza convirtieron al suelo en un carbón esponjoso, lo que hizo que fuera imposible la reconstrucción. Según la Biblia, cuatro de las cinco ciudades fueron destruidas, permitiendo que Lot huyera hacia Zoar. Zoar no fue destruida por el fuego, pero fue abandonada durante este período.

Si bien los arqueólogos aun cuestionan estos hallazgos, este es un descubrimiento acerca del cual oiremos más en los próximos años.

Los acontecimientos bíblicos que tienen como escenario el Mar Muerto comienzan con las ciudades de la llanura, mencionadas en Génesis 10:9. Se trata de Sodoma, Gomorra, Adama o Adma y Seboím. Segor o Zoar es la quinta ciudad de la llanura que forma la pentápolis bíblica. La Biblia dice que estas ciudades eran al principio un autentico paraíso (sicut paradisus Domini-Gen.13,10) y los antiguos historiadores y geólogos, así lo creyeron erróneamente hasta el siglo XX(véase las exploraciones del s.XIX de M. Jomard, y del Dr. Anderson). Actualmente la geología ha demostrado que siempre fueron zonas pedregosas, áridas e infértiles, donde nunca pudo aflorar un sistema económico basado en la agricultura. La arqueología y los antiguos historiadores remarcan desde hace miles de años la sequedad de la llanura del Mar Muerto. Así por ejemplo Estrabon en su obra Geografia lib. XVI, cap. II se explica en los siguiente términos: «Esta región está abrasada por el fuego. De ello dan testimonio, entre otros objetos, algunas calcinadas rocas que se ven cerca de Masada; las hendiduras del terreno; los peñascos que destilan pez; los arroyuelos que hierven, y cuyo olor desagradable se percibe de lejos; los montones de ruinas de edificios, esparcidos aquí y allá; de suerte que bien puede darse fe a la tradición, que repiten todos los indígenas, según la cual, hubo trece ciudades en aquella región, en la que aún se veía el perímetro de la metrópoli Sodoma, que tenía sesenta estadios de circuito. A consecuencia de terremotos, de erupciones de llamas y de aguas bituminosas y sulfurosas, debió haber desbordado el lago; inflamáronse las rocas, y por lo que hace a las ciudades, fueron sepultadas unas y abandonadas otras por los habitantes que pudieron huir.»



Tácito en su obra Historias lib. V, cap. VI añade: «Los campos inmediatos al Mar Muerto, en otro tiempo fértiles y cubiertos de ciudades populosas, fueron abrasados por fuego del cielo; que aún subsisten las huellas de aquel azote; que la tierra misma, cuya superficie parece calcinada, ha perdido la fuerza de producir; que todos los vegetales, lo mismo los que se dan espontáneamente que los que cultiva la mano del hombre, se agostan en hierba o en flor, y si por ventura llegan a su término ordinario, el fruto que producen, negro y vacío, se convierte en polvo.»

Esa vegetación salvaje con fruto negro y vacío a la que refiere Tácito es “El Manzano de Sodoma” un arbusto espinoso que crece hasta los dos metros y que da unos frutos que a simple vista parecen comestibles, pero cuando los abren sacan una especie de ceniza. Se le llama Solanum Sodomeum ,Saccaran o Leimun-Luth.

Otros personajes de la antigüedad como Plinio y Cayo Julio Solino, se pronuncian de igual modo.

En el capítulo noveno del Génesis, Yavhé destruye las ciudades de Sodoma y Gomorra de la siguiente manera:

(Biblia V.de Jerusalén)

Gén.19,15 Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»

(Gén. 19,17) “Mientras los sacaban afuera, dijo uno: «¡Escápate, por vida tuya! No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a ser barrido.»

(Gén.19,24) Entonces Yahveh hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahveh.

(Gén. 19,25) Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.

(Gén.19,26) Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal.

(Gén.19,28) Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda laregión de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata.

De la descripción bíblica llama la atención la expresión “no vayas a ser barrido” que se utiliza dos veces en el texto. “Ser barrido” aparece aquí como una expresión de ser arrastrado o desplazado del lugar donde se está y como más adelante veremos “ser barrido” es una de las consecuencias que produce una licuefacción del terreno.

Las primeras interpretaciones naturalistas sobre la catástrofe de Sodoma y Gomorra apuntaron durante el siglo XIX a una actividad volcánica (véase la hipótesis de Munk y de Volney). La hipótesis sobre un volcán que hubiera arrasado las ciudades de Sodoma y Gomorra fue refutada por Schubert en su obra Reise in das Morgenland t.III,pag.94, diciendo: «es imposible creer en la existencia en aquella región de antiguos volcanes. Más bien se descubren las huellas de un incendio que consumió todo el azufre y asfalto».

Después de cien años, surge una nueva teoría que intenta dar una explicación racional a la catástrofe. La teoría de la licuefacción o del corrimiento de tierras elaborada por el geólogo Grahan Harris.

Harris lleva una década trabajando como geólogo en el Mar Muerto, reuniendo datos sobre el entorno natural. Para este geólogo Sodoma y Gomorra existieron y desaparecieron hace 4.000 años. Grahan ha investigado la región y cree haber reconocido el retrato de un desastre ocurrido en un lugar real.

El Mar Muerto es una zona de alta actividad sísmica, conocida por sus terremotos. Cada año se producen pequeños temblores, pero podía haber tenido lugar en la antigüedad un gran terremoto que hubiera afectado a Sodoma y Gomorra. Un terreno inestable y un posible corrimiento de tierras explicaría la destrucción total de ambas ciudades.

Jonathan H. Tubb, arqueólogo del Museo Británico, está especializado en arqueología bíblica. Jonathan lleva treinta años realizando excavaciones en Tierra Santa. Como director asistente de las excavaciones en Tell Nebi Mend (Kadesh- Siria) durante los años 1976- 1982, está especializado en los pueblos del Levante de la Edad de Bronce y del Hierro. Jonathan está convencido de que muchas de las historias del Antiguo Testamento están inspiradas en acontecimientos reales. Para este arqueólogo “el Génesis como otros libros de la Biblia se escribieron miles de años después de los acontecimientos descritos. Las historias no salieron de la nada. En muchos casos usaron historias del folklore, tradiciones basadas en acontecimientos reales”.

Los recientes descubrimientos de Ebla (Tell Mardikh) investigados por Paolo Matthiae y Giovanni Pettinato, han dado evidencia escrita a través de una tablilla cuneiforme, de una relación comercial con las ciudades de la Llanura, nombrando la pentápolis: Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela (Gén. 14:2); todas ellas tenidas por los críticos durante muchos años como creaciones legendarias de algún escriba del periodo babilónico.

Si Sodoma y Gomorra eran ciudades de la llanura del Mar Muerto, en toda la historia de Palestina únicamente hay un periodo en el que hubo ciudades en esta región: En la Edad del Bronce.

¿Pero estos asentamientos de la Edad del Bronce eran lo suficientemente grandes para haber existido ciudades como Sodoma y Gomorra?

En Tell es-Sa‘idiyeh, al Norte del Mar Muerto, Jonathan H. Tubb desenterró un gran complejo, demasiado grande para ser una vivienda. Tras las excavaciones hallaron una gran cantidad de fragmentos de vasijas. Dentro de las vasijas había una capa de huesos de aceituna de dos centímetros de grosor. También dentro de las vasijas se hallaron conchas en grupos de 12 y 13, usadas como contadores, para llevar el registro contable de algo. Habían encontrado los restos de una fabrica de aceite de oliva de la edad del Bronce. Esta fábrica sólo podía haber existido cerca de una ciudad.

El Mar Muerto se encuentra a casi 500 metros bajo el nivel del mar y se asienta sobre una gran grieta. La tierra se desgarró y el fondo se hundió en esta zona. El hundimiento provocó la formación de una cuenca, que no es un Mar, sino el lago más salado del mundo. El Mar Muerto separa dos continentes. En el lado jordano tenemos la placa tectónica arábica y en el lado israelí tenemos la placa africana; ambas están unidas, pero en constante movimiento, de forma que eventualmente resbalan, produciendo terremotos.

Podéis ver las siguientes imágenes del Mar Muerto por satélite:
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¿Hay pruebas de terremotos en tiempos de Sodoma y Gomorra en esa zona?

En el antiguo asentamiento de Numeira, en la orilla jordana del lago, los arqueólogos hallaron tres esqueletos que fueron enviados al antropólogo forense Mike Finnegan, de la Universidad de Kansas. Tras el examen forense de los restos óseos, Finnegan concluyó que la causa de la muerte de estos tres individuos se había producido por aplastamiento. Las pruebas del radiocarbono sobre los restos de vigas, detallaron que el techo se les cayó encima entorno al año 2.350 a.C. La causa fue un terremoto.

La Biblia no menciona la palabra terremoto, únicamente describe una lluvia de azufre, fuego, una humareda que salía de la tierra como una fogata, una ciudad arrasada con todos sus habitantes y la vegetación del suelo, un barrido, cuya única salvación es subir a una zona más elevada.

Entonces si no se menciona la palabra terremoto, ¿De dónde procede el fuego bíblico?

En la década de 1980, en Jordania se proyectaba construir una carretera a orillas del Mar Muerto, e hicieron perforaciones de varios cientos de metros de profundidad. Sorprendentemente salió gas metano a la superficie.

Un terremoto de gran magnitud habría agrietado el suelo hasta gran profundidad, expulsando gas metano hacia la superficie. Cualquier lámpara de aceite, una fogata, o incluso magma terrestre que hubiese conectado con una bolsa de gas, habría provocado una salida de fuego hacía la superficie de forma descontrolada.

El geólogo israelí Shmuel Marco ha hallado en la orilla israelí del Mar Muerto pruebas de antiguos terremotos en la zona del lago. Algunas rocas blancas que en su día estuvieron sumergidas, hoy presentan distintas capas geológicas. Una primera de color marrón que procede de los restos de roca que caían en invierno y otra blanca que se producía durante el verano, debido a que la evaporación del lago formaba una lámina blanca de restos de piedra caliza. Este patrón no se cumple en algunas rocas, debido a antiguos terremotos que movieron el lecho marino; así por ejemplo algunas capas terminan en grietas que demuestran un desgarramiento de la superficie de la tierra, algo que se produce a partir de terremotos magnitud seis.

¿Puede un terremoto de magnitud seis hacer desaparecer una ciudad?

No, pero Grahan dice que hay algo más. La Biblia menciona dos veces la expresión “barrido o arrastrado”. Un barrido o arrastre del terreno incluida las casas sólo puede producirse mediante una licuefacción. Un terremoto de escala seis sobre un terreno inestable, habría producido un corrimiento de tierra, que afectaría a una ciudad situada a las orillas del lago.

Cuando un terremoto de gran magnitud sacude un terreno inestable se puede producir un fenómeno geológico denominado LICUEFACCIÓN. La licuefacción es cuando el terreno se licua debido a que hay un material poroso que se ha llenado de agua y el terremoto provoca que el agua salga a la superficie. La licuefacción es algo parecido a lo que sucede cuando pisamos arena de la playa cerca del mar: el terreno se hunde y el agua sale a la superficie, ocupando la zona del hundimiento.

Un ejemplo de licuefacción se produjo en Japón en el terremoto del año 1964.

Las capas de gravilla del mar muerto son idóneas para una licuefacción y la geóloga Lynn Frostick, profesora de la Universidad de Hull, ha localizado rocas del lago, donde aparecen signos de una licuefacción.

Cuando el suelo se licua, las viviendas literalmente desparecen. En el Mar Muerto las construcciones de las orillas habrían sido engullidas hacía dentro del lago.

Si como hemos dicho al principio de la charla, la zona del Mar Muerto, siempre ha sido estéril, ¿ Cómo habrían sobrevivido dos ciudades a las orillas del lago?

El betún de Judea o asfalto natural que hay en esta zona desde tiempos remotos fue muy apreciado en la antigüedad. Era un aislante del agua, ideal para la cementación de las casas y parte esencial en la construcción de embarcaciones. Utilizado para embalsamar las momias egipcias, Egipto fue un gran importador de este material. En tiempos de Roma, el Mar Muerto fue llamado “ Lagus Asfálticus”, y posteriormente se le ha denominado lago Asfaltites, mar de Sodoma, de Gomorra y de Segor y los beduinos lo llamaban Bahr-el-Luth o Mar de Lot. Otras denominaciones han sido Mar Salado (en hebreo Yam Hammelah), Mar del Desierto (en hebreo yam-ha-Jaraba) y Mar Oriental en contraposición al Mar Occidental o Mar Mediterráneo (en hebreo Yam-ha-Kadmoni). ¿Podría haberse utilizado el betún de Judea en tiempos de Sodoma y Gomorra?

El químico orgánico Arie Niessenbaum, tiene pruebas de que en tiempos de la edad del bronce, el asfalto natural del Mar Muerto era exportado a Egipto. Se ha hallado este material en Egipto y se ha comparado su huella química con el del Mar Muerto. Los resultados son sorprendentes. Ambos ejemplares coinciden en su análisis químico por lo que proceden del mismo lugar. Proceden del Mar Muerto.

Diodoro de Sicilia en su obra Biblioteca Histórica, Lib. XIX, cap. XXV dice: «Aquellos bárbaros, que no conocen otra clase de comercio, llevan asfalto a Egipto, y le venden a los embalsamadores de cadáveres, que sin la mezcla de esta materia con otros aromas, sería difícil preservar largo tiempo de la corrupción».

Estrabón en su obra Geografía, Lib. XVI, cap. II, párrafo 42 añade como los lugareños recogían el asfalto: «Sube del fondo en épocas indeterminadas, produciendo burbujas, como el agua hirviendo. En la superficie se encorva y parece una pequeña colina. Al propio tiempo se producen vapores, que aunque, imperceptibles a la vista, empañan el cobre, la plata y cualquiera otro metal pulimentado y brillante, incluso el oro. Creen los habitantes de aquellos contornos que está el asfalto a punto de aparecer en la superficie cuando empiezan a empañarse los metales; y entonces se aprestan a recogerle, valiéndose de balsas, hechas de juncos. El asfalto es una especie de terrón, que derretido por el calor se hincha y mana. En contacto con agua fría, como es la del lago, se transforma de nuevo en una masa tan compacta, que necesitan instrumentos cortantes para despedazarlas...Los habitantes, pues, se acercan al asfalto en sus balsas, le cortan y llevan cuanto pueden».

Finalmente para someter a prueba de laboratorio la teoría de Grahan Harris se realizó una reconstrucción a escala maqueta de la catástrofe de Sodoma y Gomorra. En Schofield Centrifuge Centre de la Universidad de Cambridge, se aplicó sobre una maquetación del terreno una centrifugadora que giró a una velocidad de 150 veces por minuto, generando una presión de 50 veces la fuerza de la gravedad. El experimento fue dirigido por el profesor Gopal Madabhushi de la Universidad de Kansas.

La maqueta simulaba en materiales un terreno inestable susceptible de ser licuado en el supuesto de un terremoto escala seis. También se añadieron maquetas de viviendas similares a las propias de la edad del Bronce. Una vez se expuso a la presión de la centrifugadora, se activo la simulación de un terremoto sobre la maqueta y los resultados fueron reveladores.

Las casas se habían hundido un metro, la presión del agua había subido a la superficie y el terreno se había licuado. Sin la base de la caja, las casas se hubieran hundido mucho más. La conclusión es que unas viviendas expuestas a esta catástrofe hubieran desaparecido en 15 o 20 minutos y habrían sido desplazadas varios kilómetros al interior del Mar Muerto. Sodoma y Gomorra habrían terminado al fondo del lago.

Ahora los arqueólogos deben embarcarse a una investigación submarina sobre el fondo del lago. Para Grahan el objetivo final es obtener restos orgánicos, como madera o restos humanos, o construcciones procedentes del Mar Muerto y hacerles la prueba del radiocarbono. De esta forma estaríamos ampliando las fronteras del conocimiento de la Biblia.

La Biblia relata cómo Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra para castigar la perversión de sus habitantes. Ahora, Mark Hempsell, profesor de aeronáutica de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, asegura que el relato se inspira en un desastre natural que asoló la región en el cuarto milenio a. C. Según Hempsell, una tablilla asiria del siglo VII a. C. conservada en el Museo Británico reproduce un antiguo texto sumerio en el que se describe la caída de un meteorito. Hempsell ha calculado que el bólido impactó cerca de Koefels, en Austria, el 29 de junio de 3123 a. C. El fenómeno generó una columna de llamas que tocó tierra en algún lugar próximo al Sinaí, quizá sobre ambas urbes, que podrían haberse alzado no lejos del mar Muerto.

Según escrituras bíblicas, Dios derramó una lluvia de fuego sobre ambas ciudades, consideradas depravadas.
La trayectoria de un meteorito y su posterior explosión en el año 3123 a.C. podrían explicar la leyenda bíblica de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra en medio de una lluvia de fuego y azufre, según un científico de la Universidad inglesa de Bristol.

El descubrimiento se produjo después de que fue descifrada una tabla de arcilla del Museo Británico que tiene inscripciones cuneiformes y que data del año 700 a.C, labor realizada por un profesor de Aeronáutica de la Universidad de Bristol, Mark Hempshell.

Hempshell indicó que el desciframiento del mensaje de la tabla de arcilla permite explicar algunos acontecimientos ocurridos en la primera etapa de la Edad de Bronce.

En ella, un escriba copió las observaciones que realizó un astrónomo del sur de Irán el 29 de junio del año 3123 a.C., entre las que se encuentra la trayectoria de un asteroide antes de impactar con la Tierra.

Este hallazgo podría explicar la leyenda de Sodoma y Gomorra, ubicadas en algún lugar indeterminado de la región del mar Muerto (entre Israel, Cisjordania y Jordania).

La Biblia, en el Antiguo Testamento, dice que "El Señor derramó una lluvia sobre Sodoma y Gomorra de piedras de fuego y cenizas", que es -según los científicos- la descripción más parecida a una tormenta de meteoritos.

El profesor Hempshell aseguró estar convencido de que los efectos del meteorito dieron lugar a la leyenda de Sodoma y Gomorra, en la que se cuenta que Dios destruyó con fuego y azufre estas ciudades señaladas como pecadoras y depravadas.

La trayectoria del asteroide descrita por el astrónomo hace más de cinco mil años sirve también para responder al enigma del corrimiento de tierras que existe en Köfels (Austria).

¿Cómo un meteorito pudo destruir Sodoma y Gomorra, en Oriente Medio, provocar un deslizamiento de tierras de cinco kilómetros en Austria y esfumarse sin dejar un cráter?

Mark Hempshell descubrió las respuestas después de descifrar la arcilla sumeria. Gracias a potentes programas de ordenador capaces de simular el cielo de hace miles de años y las descripciones milenarias, Hempshell y el director de una empresa de aeronáutica, Alan Bond, llegaron a la conclusión de que el meteorito colisionó con una montaña antes de llegar a Köfels.

Esto hizo que explotara y se convirtiera en una bola de fuego durante su viaje valle abajo, lo que explicaría el corrimiento de tierras y que no exista ningún cráter, ya que al producirse la colisión en Köfel el material del meteorito no era sólido.

La explosión del asteroide originó una nube con gases y materiales en suspensión a temperaturas elevadas que viajó hasta el Este del Mediterráneo, alcanzando Egipto, y que pudo causar la muerte y la destrucción de poblaciones enteras.

La tabla cuneiforme, crucial para estos descubrimientos y conocida como "planisferio", fue encontrada en el Real Palacio de Nineveh (en Irak) a mediados del siglo XIX y se convirtió en un objeto de estudio por muchos investigadores.

La interpretación de esta tablilla ha dado lugar a una nueva teoría de la desaparición de Sodoma y Gomorra que, sin embargo, se parece a la de un astrofísico británico que señaló en 1997 que habían sido los restos de un cometa gigante los culpables de esa destrucción.

El doctor Victor Clube, un investigador de astrofísica de la Universidad de Oxford, indicó que los restos de un cometa gigante fueron los responsables del colapso de varias civilizaciones antiguas.

Según su teoría, la última aparición del cometa Little Bull coincidió con la desaparición de 40 ciudades ubicadas en Egipto, Mesopotamia y en el Valle del Indo entre el 2200 y el 2000 antes de Cristo.


Sodoma

Sodoma era una de las cinco ciudades de la Pentápolis, situada a orillas del Mar Muerto.

El libro del Génesis menciona Sodoma a partir del capítulo 10 y la sitúa dentro del territorio poblado por los cananeos.

Según el relato de la Biblia en el capítulo 18 del Génesis, Jehova Dios reveló a Abraham que iba a destruir Sodoma porque su pecado era muy grave por medio de azufre y fuego. Abraham intercedió por los justos de la ciudad, y Dios le repuso que no la destruiría si encontraba diez justos en la ciudad.

Según continúa el capítulo 19, en los versículos 1 a 38, dos ángeles de Dios entraron en Sodoma. Al verlos, Lot los invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa.

Pero antes de que se acostasen, los sodomitas cercaron la casa y exigieron que les entregase a sus invitados para abusar de ellos. Lot se negó y la turba intentó romper la puerta, pero los dos invitados cegaron a los asaltantes.

Después dijeron a Lot que sacara a su familia de la ciudad. Lot avisó a sus yernos, pero éstos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó solo con su esposa y sus hijas. Después que los ángeles sacaran de Sodoma a la familia, Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente la ciudad con sus habitantes, y otras ciudades de la llanura. El tío de Lot, Abraham, desde una montaña a lo lejos vio la columna de humo que se levantó sobre la destruida Sodoma.

Otros libros de la Biblia utilizan este pasaje de la historia de Sodoma como ejemplo de cómo los pecadores son castigados.


Gomorra

Gomorra era la ciudad que, según el Antiguo Testamento de la Biblia, fue destruida junto a Sodoma.

Hizo Yahvé llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de Yahvé... destruyó estas ciudades y cuantos hombres había en ellas" (Gen.19:27´28).

Estaba situada en el valle de Sidim junto al Mar Muerto y era una de las cinco ciudades de la llanura, junto con Sodoma, Adma, Zoar y Zeboim.

Por algunos arqueólogos se considera que Numeria sería la antigua Gomorra. Por otros arqueólogos y según la "Teoría de la licuefacción", es factible que un gran terremoto destruyera estas ciudades y provocara un descenso del nivel de las tierras ocupadas por ellas, quedando sus ruinas inundadas por las aguas del mar. Los geólogos canadienses Grahan Harris y Anthony Berardow descubrieron que la península de Lisan, hacia la parte oriental del mencionado mar, fue el epicentro de un terremoto de escala mayor a seis en la escala de Richter ocurrido hace aproximadamente 4.000 años (tiempo que concuerda con el de la destrucción de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim). Según estos geólogos, el terremoto provocó efectos de licuefacción en el terreno de perra (el terreno se licua debido a que hay un material poroso que se llena de agua y estos suelos una vez están saturados se comportan como un fluido bajo la acción de las ondas sísmicas, provocando el engullimiento de las construcciones). Los restos de Gomorra reposarían bajo las aguas del Mar Muerto, pero en un lugar diferente del original.


La narración bíblica

La historia de Sodoma y Gomorra se lleva a cabo primordialmente en Genesis 19, ahí se relata por qué Dios juzgó indignos de "Su imagen y semejanza" a los habitantes de Sodoma y Gomorra. Dios decide tomarles la vida que les dió, pero antes de ejecutar su sentencia decide darles una última oportunidad y envía dos de sus ángeles a la ciudad. Si sus mensajeros pueden encontrar algunas personas justas entre los habitantes de esa ciudad, ellos salvarían la ciudad de la destrucción a la cual se han sentenciado.

Esa noche, mientras los mensajeros divinos se alistan a dormir en el hogar de Lot, toda la población masculina de la ciudad rodea la casa de Lot y acusan Lot de refugiar extranjeros sin haber sido "aprobados". Los hombres del lugar demandan que Lot les entregue los mensajeros para que los “conozcan” (“Yada”). Hay discusión entre los expertos sobre la interpretación de la palabra “Yada”, pero la traducción de Moffet como “violación violenta” es probablemente la más cercana al texto original. Lot llega a ofrecerles una de sus hijas para calmar la violencia de sus compatriotas y poder honorar el deber sagrado de hospitalidad al otro, al forastero.

Así queda en evidencia que esos "sodomitas" querían violentar los otros, someterlos a su poder arbitrario, privarles de su libertad y dignidad humana. Esa conducta criminal les llevó a su auto-destrucción por no aprovechar la última oportunidad dada por el Otro.

Contrariamente a la superficial interpretación moderna de que Dios habría condenado a los habitantes de Sodoma y Gomorra por practicar relaciones "homosexuales" (hay que recordar que las relaciones homosexuales suponen el consentimiento recíproco del mismo modo que las relaciones heterosexuales), la verdad de la Biblia es otra: Dios sentenció a muerte a los "sodomitas" por faltar a la ley del Amor que implica el respeto del prójimo, del otro. Dios no pudo salvarles porque rechazaron su Amor en los mensajeros divinos, porque fueron crueles, egoístas.

Ezequiel 16:49-50 indicó claramente el motivo de la cólera divina cuando dice: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan (en el Hebreo esta frase literalmente significa comer hasta vomitar), y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no tendió la mano al afligido y al mendigo. Y se llenaron de soberbia y abominaron de mi Ley.”

En otras palabras, a la gente de Sodoma y Gomorra les condenaron sus propios crímenes, sus violaciones a la ley del amor, que implica el respeto a la vida y a los otros.

miércoles, 27 de enero de 2010

Sodoma y Gomorra

La historia de Sodoma y Gomorra en Génesis 19 es a menudo considerada como el locus clasicus para la discusión de la homosexualidad. El relato mismo comienza en Génesis 18 con la inesperada visita a Abraham y a Sara de tres hombres, aparentemente Dios y dos ángeles. Después de comer, aprovisionados gracias a la hospitalidad de Abraham y Sara, los tres visitantes se preparan a cumplir el objetivo de su viaje: la destrucción de Sodoma y Gomorra. Sin embargo, antes de dejar enteramente la escena, el Señor decide compartir con Abraham el destino de las dos ciudades, en una de las cuales reside el sobrino de Abraham: Lot. La explicación dada por el Señor a Abraham es significativa para comprender el relato: "Por cuanto el clamor contra (en hebreo: "de") Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descender‚ ahora, y ver‚ si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mi, y si no, lo sabré"(Génesis 18:20-21).

Esta anunciada intención por parte de Dios lleva al lector a la conclusión de que el pecado por el cual Sodoma será juzgada es alguna forma de injusticia y/u opresión de algunas personas por parte de otras. La razón para tal conclusión se fundamenta en la palabra "clamor" (en hebreo tsaaqah), que generalmente indica un "grito de socorro" de una persona o un grupo oprimido. Uno puede esperar que el relato continúe con la descripción de incidentes de opresión e injusticia. Aquello que sigue, sin embargo, es el relato de los dos ángeles que, tras entrar en la ciudad de Sodoma, encuentran a Lot, el sobrino de Abraham. De acuerdo con las antiguas obligaciones de hospitalidad, Lot invita a ambos a pasar la noche en su casa: "Pero antes de que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacare fuera, y haced de ellas como bien os pareciera; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado" (Génesis 19:4-8)

Aquello que sigue es el rechazo de la oferta de Lot. Los ángeles entonces revelan a Lot su misión, le explican que "el clamor contra ellos ha subido de punto delante del Señor; por tanto, el Señor nos ha enviado para destruirlos". La destrucción que siguió fue tal que Sodoma y Gomorra llegaron a ser el símbolo del juicio de Dios por excelencia. Antes de proseguir con "el pecado de Sodoma" es necesario examinar la historia similar en Jueces 19. Un levita y su concubina se niegan a detenerse en la ciudad de Jebes (Jerusalén) prefiriendo pasar la noche en Gibeah. En la plaza de la ciudad se encontraron con un anciano que les ofreció hospitalidad en su hogar. "Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueño de la casa diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos. Y salió a ellos el dueño de la casa y les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal: ya que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad. He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os la sacaré‚ ahora; humilladlas y haced con ellas como os parezca, y no hagáis a este hombre cosa tan infame"(Jueces 19:22-24)

El relato continúa contando como el Levita arrojó a su concubina a los hombres, quienes abusaron de ella toda la noche. Al amanecer el Levita la encontró muerta en el umbral de la casa. Furioso dividió su cadáver en doce partes y las envió a través de todo el territorio de Israel. Este acto significó un llamado a tomar las armas: el pueblo de Israel contra la tribu de Benjamín, en cuyo territorio se encontraba Gibeah. Después de una lucha que duró tres días entre Benjamín y el pueblo de Israel, "derrotó el Señor a Benjamín delante de Israel" (Jueces 20:35).

Aquello que tienen en común ambos relatos es la trama siguiente: Un habitante de una ciudad ofrece gentilmente hospitalidad a visitantes que llegan durante el anochecer sin tener un lugar donde quedarse. Poco después que comienza esta hospitalidad, "los hombres de la ciudad" se aproximan a la casa con la intención de "sacar" al hombre/hombres "para que les conozcamos". El anfitrión llega hasta el extremo de la defensa de sus huéspedes que ofrece a sus hijas vírgenes a los hombres. En el relato del Génesis este ofrecimiento es rechazado, mientras que en el relato de Jueces la concubina parece satisfacer el deseo sexual violento. En ambos casos, el juicio de Dios cae sobre la ciudad y sus habitantes. Ahora bien, ¿Es un juicio por homosexualidad? Definitivamente no.

¿Cuál es la ofensa sexual de estos relatos paralelos? La palabra hebrea que significa "conocer" (yadha) puede tener connotaciones sexuales, así por ejemplo "conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín" (Génesis 4:l). Obviamente la misma palabra puede llegar a tener otros significados, tales como: "llegar a tener conocimiento de" como en Génesis 29:5; Exodo 1:8; Job 42:11. Basándonos en tales usos diferentes, nos debemos preguntar si la palabra "conocer" en Génesis 19 y en Jueces 19 significa simplemente que los hombres de la ciudad querían llegar a conocer a los visitantes, o se refieren al deseo de tener un conocimiento carnal de los mismos. Cualquiera de ambas interpretaciones es posible. Sin embargo, parece ser que es la última la que intentan estos relatos porque la inmediata respuesta de Lot, quien ofrece sus dos hijas "que no han conocido varón", esto es, que son vírgenes (comparar el término "virgen" (betulah) en Jueces 19:24). No es posible esperar que la palabra “conocer” sea empleada en dos formas diferentes en dos versículos consecutivos. Probablemente se trate de abuso sexual en masa, pero no de homosexualidad, y menos tal y como es considerada hoy en día, ya que implica una relación sexual-afectiva, inexistente por completo en estos pasajes.

Mientras que algunos intérpretes han tratado de remover totalmente el tema de la homosexualidad de estos relatos, no nos parece posible o responsable el hacer eso. Sin embargo, es necesario tener en mente que el acto homosexual no es el único tema en esta narración, además, se desvirtúa en realidad lo que es la homosexualidad. En verdad, las ofensas en este relato son variadas. Primero, es la obvia intrusión de los hombres de la ciudad en la hospitalidad que se había ofrecido a los huéspedes. Además, si se tratara sólo de actos sexuales “entre varones” que sentido tiene entonces ofrecer mujeres a cambio? Son entonces los actos sexuales compulsivos y los abusos sexuales sobre todo contra huéspedes lo que se castiga o es sólo la homosexualidad?

Otra pregunta que surge cuando dos relatos tienen similitudes tan sorprendentes: ¿Conocía el autor de uno de los relatos la otra historia o es que ambas narraciones derivan de una fuente común? En un sentido, tal decisión es imposible de efectuar sin un cierto grado de certeza. Sin embargo parece que la historia no pertenece a la redacción original de Sodoma.

La razón para este juicio está basada en la tradición sobre Sodoma en la predicación de los profetas que confirman nuestra sospecha previa de que el clamor contra Sodoma parece apuntar hacia el pecado de opresión y/o injusticia. Cuando los profetas emplean el ejemplo de Sodoma (en algunos casos Gomorra) para ilustrar la naturaleza del pecado posterior de Israel, el pecado enunciado nunca incluye la homosexualidad, y solo una vez un pecado sexual, es decir, el adulterio (Jeremías 23:14). En las otras citas la naturaleza del pecado atribuido a Sodoma (y Gomorra) son las vanas ofrendas, la iniquidad y la opresión, el haber fallado en el cuidado de la viuda y del huérfano (Isaías 1:10-17), y parcialidad en los juicios legales (Isaías 3:9). El profeta Ezequiel interpreta el pecado de Jerusalén como el de Sodoma tu hermana cuyo pecado se define precisamente de la siguiente forma: "He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad...y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso"(Ezequiel 16:49).

En otras palabras, el relato sobre Sodoma en Génesis 18-19 parece haber sido conocido solo parcialmente por los profetas posteriores. Su destrucción fue el ejemplo por excelencia del juicio de Dios, pero el relato sobre Lot, los visitantes angélicos y la ofensa sexual aparentemente no formaba parte de la memoria relacionada con Sodoma. La falta de conocimiento sobre la historia de la violencia sexual en Sodoma conduce a la probabilidad de que la misma pertenecía originalmente a Gibea (Jueces 19) y tiempo después de Ezequiel (siglo VI a C.) fue transferida también a Sodoma. La amenaza del acto homosexual puede ser en verdad parte del relato actualmente común a Génesis 19 y Jueces 19, pero el deseo del rapto homosexual es considerado junto con el rapto heterosexual y la intrusión en la hospitalidad como la causa del juicio de Dios sobre las ciudades de Sodoma y Gibea. No se puede determinar con ninguna certeza que la homosexualidad en sí misma sea el tema de este relato.

Algunos predicadores proclaman descuidadamente que Dios destruyó a las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra a causa de su "homosexualidad". Aunque algunos teólogos hayan considerado la homosexualidad el pecado de Sodoma, una lectura cuidadosa de las Escrituras corrige tal ignorancia.

En el capítulo 18 del Génesis, para anunciar su juicio de esas ciudades, Dios envía dos ángeles a Sodoma, donde Lot, el sobrino de Abraham, les ruega y persuade de que permanezcan en su casa. En el capítulo 19 nos cuenta que "los hombres de la ciudad, todo el pueblo junto" rodearon la casa de Lot reclamando la entrega de sus visitantes, "para que los conozcamos". La palabra hebrea correspondiente a "conocer", es en este caso "yadha", que generalmente significa "tener cabal conocimiento de". Podría también expresar el intento de examinar las credenciales de los visitantes o, como en raras ocasiones, el término implicaría un contacto sexual. Si fuera este último el significado intencional del autor, hubiérase tratado de un claro intento de violación masiva. Horrorizado ante esta gravísima violación de las antiguas reglas de hospitalidad, Lot intenta proteger a sus visitantes ofreciendo sus propias hijas a la furibunda multitud, una acción moralmente atroz, para los cánones actuales. El pueblo de Sodoma se niega y entonces los ángeles los hacen quedar ciegos. Lot y su familia son rescatados por los ángeles y las ciudades son destruidas.

Cabe destacar varios puntos. Primero, que el juicio de esas ciudades por sus iniquidades había sido anunciado antes del supuesto incidente homosexual. Segundo, que todo el pueblo de Sodoma participó en el asalto a la casa de Lot; hombres, mujeres, todos, y en ninguna cultura la población homosexual ha ido más allá de ser una pequeña minoría. Tercero, que el hecho de que Lot ofreciera a sus hijas, demuestra que él sabía que sus vecinos tenían intereses heterosexuales. Cuarto, si la cuestión era sexual, ¿por qué no castigó Dios a Lot y a sus hijas quienes cometieron incesto inmediatamente después? El punto más importante: ¿por qué ninguno de los otros pasajes de las Escrituras que se refieren a este episodio, hace alusión alguna a la homosexualidad?

¿Cuál fue el pecado de Sodoma? En Ezequiel 16:48-50 se especifica claramente: los habitantes de Sodoma, como mucha gente hoy en día, tenían abundancia de bienes materiales pero no se solidarizaban con las necesidades de los pobres y adoraban ídolos. Los pecados de injusticia e idolatría infestan a todas las generaciones. La nuestra será juzgada de la misma forma si somos injustos con nuestros semejantes.

Algo a considerar

jueves, 14 de enero de 2010

La Sabiduría de la Mente

Tomás realmente no es comprendido, se la desprecia y hasta es condenado por muchos se le califica injustamente de incrédulo y de escéptico por el hecho de no aceptar nada que no venga directo del Cristo intimo. Tomás, el Tomás particular de cada uno de nosotros solo acepta al instructor del mundo, al Cristo íntimo. El deposito su mente en manos del Cristo íntimo y solo acepta al Cristo intimo. El evangelio de Tomás es maravilloso.

Debemos saber que cada ser humano lleva en su interior una parte de nuestro propio Ser llamada Tomás, esta parte del Ser se relaciona con la Sabiduría de la Mente, por lo que cuando encontremos versículos relacionados con Tomás es realmente la sabiduría de la mente Cristo, lo que estamos conociendo. No se trata de personajes que estuvieron el pasado, se trata de cosas internas, de lo que vivimos en nuestro universo interior. Es por ello que el Evangelio de Tomás es tan interesante.

1. Y dijo: «Quien encuentre el sentido de estas palabras no gustará la muerte».

Si alguno de nosotros trata de comprender a fondo la enseñanza contenida en estos conocimientos, no gustará más de la muerte, es decir de la vida común y corriente, verá que la vida es realmente un gimnasio extraordinario para auto realizarse.

2. Dijo Jesús: «El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo».

Debemos buscar el camino que conduce a la verdad, la búsqueda la debemos hacer con todo el anhelo de nuestro corazón, sin vacilar, sin dudar. Quién llegue a encontrar a su real Ser Interior Profundo indudablemente logrará cumplir con su objetivo real de su existencia.

3. Dijo Jesús: «Si aquellos que os guían os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces los peces os tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma».

La verdad no se encuentra en los libros, en tal o cual persona, en tal o cual parte del mundo o del universo. La verdad la encontramos dentro de cada uno. La Sabiduría del Ser solo la encontramos cuando nos Auto conocemos, mientras desconozcamos quien somos, seremos la pobreza misma, pues ignoramos el origen de nuestros problemas, la raíz de nuestras tragedias, nada podemos hacer para cambiar.

4. Dijo Jesús: «No vacilará un anciano a su edad en preguntar a un niño de siete días por el lugar de la vida, y vivirá; pues muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán siendo uno solo».

El tiempo no indica progreso, pensar que la ley mecánica de la evolución nos llevará a la trasformación radical es un error, las apariencias engañan, muchos que aparentemente han comenzado el camino resulta que ya tienen recorrido gran parte de el. Todos somos uno, in lak’ ech a lak’ en (Tu eres yo y yo soy tu).

5. Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto».

Debemos hacernos concientes de lo que vivimos día a día. Si logramos ver que en las actividades diarias como el trabajo, la convivencia con la familia, la relación con los amigos, con la sociedad, con todo eso que está ante nuestra vista, veremos que ahí mismo está lo interno, lo oculto, la sabiduría. Es por ello que al camino que nos puede llevar al Padre se le ha llamado también “El Sendero del Hogar Doméstico”.

6. Le preguntaron sus discípulos diciéndole: «¿Quieres que ayunemos? ¿Y de qué forma hemos de orar y dar limosna, y qué hemos de observar respecto a la comida?» Jesús dijo: «No mintáis ni hagáis lo que aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya que nada hay oculto que no termine por quedar manifiesto y nada escondido que pueda mantenerse sin ser revelado».

Si bien es importante el que uno sea equilibrado en el comer, orar, ayudar a los demás, etc. de nada serviría esto si en nuestros mundos internos somos mentirosos, tenemos odio, hacemos las cosas por codicia, esperando recompensa, si estamos llenos de pasiones, pues ante nuestro Padre que está en secreto nada es oculto, si robamos y nadie se da cuenta, debemos saber que cargamos con al ley entro de nosotros y nada de lo que esté oculto se mantendrá sin ser revelado y pagaremos todo cuanto hayamos hecho.

7. Jesús dijo: «Dichoso el león que al ser ingerido por un hombre se hace hombre; abominable el hombre que se deja devorar por un león y éste se hace hombre».

El León es la Ley del Karma, la ley de causa y efecto, lo que sembramos eso cosechamos, quien siembra rayos cosecha tempestades. Dichoso el que cumple las leyes, quien hace buenas obras, pues se hace uno con la ley. Abominable quien rompe las leyes, quien roba, maltrata, adultera, etc. pues de la ley nadie puede escaparse.

8. Y dijo: «El hombre se parece a un pescador inteligente que echó su red al mar y la sacó de él llena de peces pequeños. Al encontrar entre ellos un pez grande y bueno, aquel pescador inteligente arrojó todos los peces pequeños al mar y escogió sin vacilar el pez grande».

El Pez es la sabiduría del Cristo interno, cuando logramos a través de nuestras existencias llegar a la enseñanza y tenerla, debemos soltar todo aquello que no nos sirva, preconceptos, prejuicios, cárceles de la mente.

9. Dijo Jesús: «He aquí que el sembrador salió, llenó su mano y desparramó. Algunos (granos de simiente) cayeron en el camino y vinieron los pájaros y se los llevaron. Otros cayeron sobre piedra y no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas hacia el cielo. Otros cayeron entre espinas —éstas ahogaron la simiente— y el gusano se los comió. Otros cayeron en tierra buena y (ésta) dio una buena cosecha, produciendo 60 y 120 veces por medida».

La semilla es la Gnosis y puede ser que esta semilla de la Gnosis llegue a nosotros los que estamos muy identificados con el mundo (vera de camino), vienen los pájaros que significan lo mundano y se las comen, es decir que nos olvidamos de la enseñanza por las cosas ilusorias del mundo. Otras pueden caer sobre piedra, pero por este motivo no pueden echar raíces, pues somos superficiales no practicamos la enseñanza, tomamos esto como un pasatiempo, así no puede germinar la gnosis. Más algunos somos como los espinos, pues no utilizamos el verbo correctamente, somos mordaces, levantamos falsos de los demás, criticamos, recordando lo que dice el maestro Moria “La murmuración nos separa del esoterismo” así en gente que actuamos de esta forma no germina la enseñanza, pues las mismas espinas crecen y hieren la planta. Pero hay personas que si están maduras para la gnosis, pues la viven en hechos y no palabras, por que practican la transformación radical, y dan en ellos buena cosecha.

10. Dijo Jesús: «He arrojado fuego sobre el mundo y ved que lo mantengo hasta que arda».

El Fuego Sagrado es el Amor, solo con la fuerza del Amor podemos transformarnos radicalmente. El Mundo somos nosotros. En voz del maestro Samael “Si todos los seres humanos viviéramos enamorados, hasta el mismo veneno de las víboras desaparecería”. Es la fuerza maravillosa del amor, un fuego que puede cambiar nuestra naturaleza. INRI Ignis Natura Renovatur Integram (el Fuego Renueva incesantemente la naturaleza)

25. Dijo Jesús: «Ama a tu hermano como a tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo».

Todos los seres humanos somos una gran familia, el posible progreso interno de alguien se encuentra en base a comprender que todos somos uno. Pero esto debemos demostrarlo con hechos, acciones que ayuden a los demás a que encuentren su propio camino.

26. Dijo Jesús: «La paja en el ojo de tu hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no la ves. Cuando hayas sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano».

El progreso espiritual nunca se basará en ver los errores de los demás (en ello somos expertos), sino en auto descubrirnos, en reconocer nuestra miseria interior, en saber cuales son nuestros deseos y comprenderlos.

27. (Dijo Jesús): «Si no os abstenéis del mundo, no encontraréis el Reino; si no hacéis del sábado sábado, no veréis al Padre».

Abstenerse del mundo se refiere a la no manifestación de nuestras pasiones bestiales, a dejar de enojarnos, a controlar el orgullo, etc. Sábado es Saturno, Saturno es la muerte. Si nosotros no desintegramos de nuestra naturaleza el Ego, no podremos tener la dicha de llegar al Padre.

32. Dijo Jesús: «Una ciudad que está construida (y) fortificada sobre una alta montaña no puede caer ni pasar inadvertida».

La montaña es la iniciación, la iniciación es el camino que nos conduce al Padre interno. Si el desarrollo interior (La ciudad) la construimos a través del trabajo sobre si mismos (la montaña) no podrá caer (no fracasaremos).

33. Dijo Jesús: «Lo que escuchas con uno y otro oído, pregónalo desde la cima de vuestros tejados; pues nadie enciende una lámpara y la coloca bajo el celemín o en otro lugar escondido, sino que la pone sobre el candelero para que todos los que entran y salen vean su resplandor».

La lámpara es la Gnosis, el conocimiento que tenemos la posibilidad de vivir. Muchos somos lo que posiblemente llenos de miedo o prejuicios ocultemos esta enseñanza, más debemos ponerla en lo alto, difundirla con el ejemplo ante los demás. Es necesario tratar de sanar el adolorido corazón de lso que sufren y lloran y lo sanamos con la luz de la Gnosis.Conocimiento introspectivo de lo divino, que es un conocimiento superior a la fe. Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse. El ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo.

Un pensamiento:“Quien deposita su mente en manos del Cristo Íntimo y sólo acepta al Cristo Intimo, marcha por el camino de la liberación final y los demonios de la mente no podrán vencerle jamás”

jueves, 7 de enero de 2010

El pecado orignal

Las palabras "pecado original" no existen en la Biblia o los escritos judíos como tampoco la palabra trinidad. De la "caída" de Adán fue formado una interpretación en algún momento después del exilio y el retorno de los Judios a Judea. Este es el corazón de la teología cristiana como enseña Pablo. Jesús era una especie de sacrificio humano / deidad para compensar el pecado supuesta "" de Adán, donde la humanidad se convirtió en mortal como castigo para Adán. Citando a Pablo,

Rom. 5:12, "Por tanto, como por un hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte por el pecado, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron"

Rom. 5:19, "Porque así como a los pecadores por la desobediencia de un hombre los muchos fueron hechos",

1 Cor. 15:22 "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados".

Ninguna cantidad de propaganda o teológica cambios doble discurso-el hecho de este concepto es inmoral e injusto. Castigar a millones de personas por los actos de uno es irracional. El concepto del pecado original no es compatible en las escrituras judías:

Deut. 24:16, "Los padres no se someterá a la muerte para los niños, ni los hijos ser condenado a muerte por los padres: cada hombre será condenado a muerte por su propio pecado".

2 Reyes 14:6, pero los hijos de los asesinos que no mató a: conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, donde Jehová mandó diciendo: Los padres no se someterá a la muerte para los niños, , ni a los niños ser condenado a muerte por los padres, sino que cada hombre será condenado a muerte por su propio pecado. "

Ez. 18:20 "El alma que pecare, esa morirá. El hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo: la justicia del justo será sobre él, y la maldad de los impío será sobre él ".

Ezek.33: 20, "Pero vosotros decís: El camino del Señor no es igual. Oh casa de Israel: Yo te juzgará cada uno después de sus caminos".

Jer. 31:29-30 En aquellos días no dirán más: Los padres han comido una uva agria, y los dientes de los hijos sufren la dentera. Pero cada uno morirá por su propia iniquidad: todo hombre que come la uva agria, sus dientes se fijará en el borde. "

Los cristianos afirman que no puede haber forma de escapar de la mancha de Adán que no sea por Jesús:

Rom. 3:10 "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno". (Véase también 1 Juan 1:8 y 10, Rom. 3:12, 5:12)

Pero parece que Pablo y Juan se olvidó de leer la Biblia de nuevo:

Génesis 7:1 "Y Jehová dijo a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación".

Job 1:1 Hubo un hombre en la tierra de Hus, llamado Job, y que el hombre era perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.

Job 1:8 "... mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, un varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y el mal escheweth?" (Job 2:3)

Lucas 1:5-6 "En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la división de Abia, y tenía una mujer de las hijas de Aarón, y su nombre era Isabel. Y eran justos delante de Dios, caminando en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor libre de culpa. (RV)
Conclusión

La respuesta obvia es que eran mortales para empezar, y la historia de Adán no es historia literal. Incluso la Biblia demuestra el concepto falso y la invención de todo Pablo. El individuo sólo es responsable de su conducta, no la de los demás y no duda de Adán según el Antiguo Testamento. Los cristianos no pueden ponerse de acuerdo sobre el tema y su interpretación (en particular, Agustín) contradice de plano el Antiguo Testamento. No hubo diablo como tal, en el judaísmo antes de la cautividad de Satanás y la Serpiente en el jardín. Satanás estaba en el judaísmo un siervo de Dios. La idea es una tontería y no tiene apoyo bíblico fuera de Pablo, un hombre que nunca conoció a Jesús.
Más sobre este tema:

Rechazo del judaísmo del Pecado Original

San Agustín (354-430) fue el primer teólogo que enseña que el hombre nace en este mundo en un estado de pecado. La base de su creencia de la Biblia (Génesis 3:17-19) cuando Adán se describe como haber desobedecido a Dios por comer el fruto prohibido del árbol del conocimiento en el Jardín del Edén. Este, el primer pecado del hombre, que se conoce como el pecado original.

Muchos cristianos sostienen que el pecado de Adán fue trasladado a todas las generaciones futuras, corrompiendo incluso los no nacidos. Esta opinión se encuentra en el Nuevo Testamento (Romanos 5:12), donde Pablo dice: "Por tanto, como por un hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte por el pecado, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores ". Paul (por lo tanto el cristianismo) afirma que sólo a través de la aceptación de Jesús de que la "gracia" de Dios puede devolver al hombre. Un cristiano sólo necesita creer en Jesús para ser salvo, nada más se requiere de ella.

El judaísmo es enfática que una persona nace inocente - no el mal, no es bueno tampoco, pero inocente. Judios creen que el hombre entra en el mundo libre de pecado, con un alma que es pura e inocente y sin olores. Se nos ha dado una pizarra limpia. Pero no hemos nacido en un mundo inocente. El mundo en que nacen en es uno de desafío, la dificultad, el dolor y el mal. Pero todas estas son sólo medios para un fin: es a través de los desafíos que enfrenta crecer como seres humanos, a través de pasar por la dificultad que aportamos más recursos a cabo desde dentro, a través del dolor nos hacemos más fuertes y por la lucha contra el mal que crear un mundo de bien. En el principio Adán y Eva eran seres puros que entró en un mundo perfecto. No había dolor, muerte, etc en su mundo. El "conocimiento del bien y del mal" fue un árbol que se les dijo que se mantenga alejado de el fin de mantener este mundo perfecto. "En el día que comáis de el árbol que se convertirá en mortal" (no sólo morir como la KJV dice.)

Dios se nos dio la opción de o bien quedan perfectos en un ser espiritual perfecta () mundo, o podemos ingerir la ciencia del bien y del mal y se convierten en imperfecto, mortal. Dios nos creó con un propósito. Pero, ¿qué efecto podría haber en el resto perfecto? ¿Por qué ser sólo otro animal en el zoológico? La mortalidad no es un castigo, sino consecuencia natural

Para citar ", así también la otra" maldición "- dolor en el parto y la dificultad de ganarse la vida son las consecuencias naturales de la elección de Eva, porque a partir de ahora, todos los logros se tiene que ganar, lo que significa que nada se puede" nacer " sin dificultades. Como descendientes de Adán y Eva hemos heredado este camino - el camino de enfrentar los retos, luchar contra el mal y tratar de que el mundo vuelva a su perfección anterior ".

Para resumir:
1) El "pecado" de Adán y Eva fue de hecho una elección consciente, un paso necesario en el desarrollo del propósito de la humanidad. Fue la introducción de la imperfección en la creación - algo que sólo los humanos pueden hacer.
2) No se nace malo, sino que nacen en un mundo de bondad y maldad oculta aparente. Nuestra misión es poner de manifiesto que la bondad.

Así, la doctrina del pecado original, es totalmente inaceptable para Judios. Aunque hubo algunos maestros judíos en tiempos talmúdicos que creía que la muerte era un castigo traído a la humanidad a causa del pecado de Adán, la opinión dominante, con mucho, fue que los pecados del hombre porque no es un ser perfecto, y no, como enseña el Cristianismo, porque que es intrínsecamente pecaminoso.

Fuente: Kolatch, Alfred J. El libro judío de ¿Por qué / El Segundo Libro Judío de por qué. NY: Jonathan David Publishers, 1989 y el Rabino Moss en About.com.

Esto de la Enciclopedia Multimedia Encarta en el pecado original,

Pecado Original, en la teología cristiana, el pecado universal de la raza humana, tradicionalmente atribuida al primer pecado cometido por Adán. Teólogos defendiendo el pecado original argumentan que el concepto está fuertemente implicado por el apóstol Pablo, el apóstol Juan, e incluso por el mismo Jesús. Finales de los escritos judíos apocalípticos atributo de la corrupción del mundo a una caída prehistórica de Satán, la tentación de Adán y Eva, y el desorden resultante, la desobediencia, y el dolor de la historia humana.

San Agustín hizo un llamamiento a la comprensión apocalíptica paulina del perdón de los pecados, sino que también incluía la noción de que el pecado se transmite de generación en generación por el acto de la procreación. Él tomó esta idea del 2 al teólogo del siglo Tertuliano, quien acuñó la frase en realidad el pecado original. Teólogos medievales mantenido la idea del pecado original, y se afirmó por la 16a reformadores del siglo protestantes, principalmente de Martin Luther y John Calvin. Liberales teólogos protestantes más tarde desarrolló una visión optimista de la naturaleza humana incompatible con la idea del pecado original.

Muchos teólogos cristianos respecto, el Jardín del Edén en Génesis la historia como la descripción del primer pecado, y la consiguiente "la ruina" o la "caída" del hombre. La doctrina del pecado original, los intentos de explicar la forma en que el pecado afecta a la humanidad de hoy.

Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios: "Por el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comáis de él, morirás". (Génesis 2:17). Eva fue tentada por una serpiente a comer del fruto del árbol ( "usted no va a morir, que será como Dios"). Después de que ella hizo, ella convenció a Adán a comer de ella también. De Adán y Eva, entonces, se hicieron delantales de hojas de parra para cubrir sus partes más bajas. Después de esto Dios los expulsó del Jardín del Edén.

En algunas tradiciones, la cubierta de la parte inferior significa que se dieron cuenta de su desnudez, por primera vez, y se escondió entre sí en la vergüenza.

De acuerdo con muchas de las interpretaciones judías y cristianas de esta historia, la consecuencia de esta acción fue tanto que el hombre mortal, y también es consciente de las consecuencias de su / la humanidad sus acciones (es decir, adquirida libre albedrío). Otras interpretaciones existen también. En el cristianismo ortodoxo, este fue un ejercicio de una voluntad libre que ya existía, lo que también hizo el hombre mortal. En el calvinismo, el hombre ha escogido libremente su propia ruina, al descuidar los dones que fue dado por medio de la cual se habría mantenido en estrecha comunión con Dios (que es la vida), al no haber confianza en la fidelidad de Dios, y han cambiado todas las que pertenecían a él y su descendencia por una igualdad con Dios que nunca puede ser suya.

Algunos intérpretes cristianos incluyen los juicios de Dios en Génesis 3, en su explicación de la desesperanza en la que la creación había sido traída a través de la desobediencia de Adán. Otros consideran que estos criterios como el comienzo de la historia de la redención del pecado. Es de particular interés para los intérpretes de este último hacer hincapié en que la serpiente está maldita, como es el suelo a causa del hombre, pero la mujer y el hombre se dan promesas y bendiciones que sin embargo se mezcla con el misterio y la miseria a causa del pecado, y sin embargo limitada por la tiranía de la muerte, son la base de la esperanza y de justicia en la tierra.
El pecado original en el Nuevo Testamento

El concepto de pecado original sufrió desarrollo por Pablo, en Romanos y Corintios, en el Nuevo Testamento. Paul hizo especial hincapié en ello, destacando que la fe en Jesús, que permitiría a los cristianos a vencer a la muerte, mediante la obtención de la salvación en el más allá. El Nuevo Testamento enseña que el rechazo de Jesús como el camino de la salvación debe ser considerado como desobediencia intencional, y una rebelión contra Dios. Esta opción se obliga a un Dios justo para hacer cumplir esa persona separación de Él, haciendo que esa persona sea condenado al infierno, o en el catolicismo romano, el Purgatorio. Sólo la fe en Jesús, como un salvador y el hijo de Dios, pudo rescatar a una persona de este destino.

Aunque el personaje de Satanás no aparece como tal en el texto bíblico, en el momento en que fue canonizado el Nuevo Testamento, la serpiente mencionada en el Génesis se identifica con Satanás, esta identificación es tan fuerte que muchos creyentes interpretar la historia bíblica de Eva tentado por Satanás.
Formulación occidental Agustín moderna del pecado original

Día, bajo el entendimiento común de Agustín y moderno-occidental del pecado original fue formulada; enseñó que la mancha del pecado original de Adán fue heredado por todas las personas al nacer, y que nada de una persona en su vida puede librarse de esta mancha. Esta doctrina tuvo especial relieve en el cristianismo católico y en muchas denominaciones cristianas protestantes.

En la mayoría de las ramas del cristianismo, la doctrina del pecado original afirma que todos los seres humanos han heredado la culpa del pecado de Adán y Eva, este estado de pecado existe en todas las personas desde el momento de su concepción. Según esta doctrina, todas las personas nacen y mueren a los pecadores a los pecadores, todas las personas están "perdidos" eternamente, y necesitan de la salvación divina. La única manera de la gente puede estar justificada en los ojos de Dios y reconciliados con Dios es humilde petición de perdón, creyendo que su hijo Jesucristo, a través de su muerte y crucifixión, tomó sobre sí la pena debida por nuestros pecados y ofensas (Expiación), y dependiendo de la gracia de Dios para perfeccionar su fe en Dios, mediante el aumento de su amor por Dios, que cumple con la obediencia. El máximo castigo por el pecado original fue la expulsión de la presencia de Dios y el sometimiento a la muerte física y espiritual, el objetivo final y la bendición de la reconciliación es el restablecimiento de la relación hombre original tenía con Dios, lo que incluye la vida eterna. Esta idea de la culpa heredada no siempre es seguido con rigor literal. Varias tradiciones en Occidente difieren entre sí en términos de qué es exactamente lo que se entiende por culpa heredada. La mayoría coincide en que la humanidad después de la caída ha heredado de las circunstancias de la ruina, la miseria, la inutilidad, y la imposibilidad de reparar su estado, pero puede estar en desacuerdo sobre el sentido o el grado en que la naturaleza del hombre en sí mismo es "en ruinas". Algunos sostienen que la doctrina llama la depravación total, mientras que otros son rechazados por este término y la doctrina asociados a ella. El debate también se plantea la cuestión de si Jesús mismo había pecado original. Algunos teólogos sostienen que el pecado original se transmite a la descendencia a través del padre, haciendo que el hijo de Dios el Padre sin pecado original.

Los cristianos tienen opiniones diferentes sobre la manera de recibir la salvación del pecado original. En un extremo del espectro están aquellos que, como calvinistas, que creen que cada persona en particular que pone la fe en Cristo es predestinado desde la fundación del mundo para vivir en la luz del amor de Dios, pero aquellos que no confían en Cristo permanecerá en la oscuridad y la culpa del pecado. En el otro extremo están aquellos que, como universalista que creo que cada persona que haya nacido en última instancia, será justificado, restaurado y guardado. Entre esos dos polos son las que hacen hincapié en la capacidad del hombre para elegir la vida con Dios o la separación de Dios, la gente seguirá dependiendo de la gracia y misericordia de Dios, sino que también tienen un papel que desempeñar en el logro de su propia salvación.
Pecado Original, tal como la entiende el cristianismo ortodoxo

Agustín escribió en latín en el siglo IV, pero sus escritos no estaban traducidas al griego hasta el siglo XIV. En consecuencia, nunca oriental y el cristianismo ortodoxo oriental sostuvo que se hereda la culpa, y empezó a repudiar a esta idea una vez que se enteró de ella. Ellos enseñan que nosotros heredamos una naturaleza humana dañado en el que la tendencia a hacer el mal es mayor, pero que cada persona sólo es culpable de sus propios pecados. Al participar en la vida de la Iglesia, la naturaleza humana de cada persona es curada y se hace más fácil hacer el bien, al mismo tiempo, el cristiano se vuelve más consciente de sus deficiencias. Oriental teólogos ortodoxos creen que Adán y Eva empezaron a escoger la separación de Dios cuando se eligió la independencia y tomó la fruta para sí mismos, en lugar de permitir a Dios que siga para darles de comer y siguen dependiendo de él. La expulsión del Jardín no era una consecuencia jurídica, pero para evitar que comer del árbol de la vida y de inmortalizar su pecado. Como cristianos participamos de la Eucaristía y de comer y beber el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que regresen a la dependencia de Dios y la experiencia de una curación gradual de la relación entre Dios y la humanidad. El objetivo final es theosis o la divinización, de una unión aún más estrecha con Dios y más cerca de la semejanza con Dios que existe en el Jardín del Edén.

Muchos escépticos piensan que la Biblia afirma que las personas están condenados al infierno sobre la base del pecado de Adán y Eva - el pecado original de la humanidad. La doctrina del pecado original proviene principalmente de la carta de Pablo a los Romanos. En esta carta, Pablo hace la afirmación de que "a través de la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres ..." 1 Fuera de contexto, parece que Pablo implica que todas las personas están condenadas a causa del pecado de Adán. Esta página se examinará lo que dijo Pablo en su contexto y cómo encaja eso con el resto de la teología bíblica.
¿Cuál fue el pecado original?

Dios creó a Adán y Eva y los puso en una Garden2 de frutas numerosos trees3 que él había diseñado, de las que podía comer nada, excepto el fruto de un tree.4 Aunque Adán y Eva no tenían el concepto del bien y del mal, es obvio que no saber acerca de la desobediencia, ya que Eva le dijo a la serpiente, "Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en el centro del jardín, Dios ha dicho:" No comeréis de o tocarlo, o te mueres. "(Génesis 3:3) Desde su declaración, es claro que Eva sabía que ella no debe comer la fruta. De hecho, incluso se agregaron al mandato de Dios con las palabras "ni lo toque", que no estaba al mando original de Dios. Así pues, el pecado original fue la desobediencia, la desconfianza y la deslealtad en contra de God.5
Romanos capítulo cinco

En el capítulo 5 de Romanos, Pablo describe cómo somos justificados ante Dios sobre la base de la fe en Jesucristo, 6 que vino al mundo a morir por los pecados de mankind.7 El capítulo nos lleva a cómo nos metimos en el lío actual estamos en - de vuelta a nuestros primeros padres, que cometió el pecado primero. El punto de Pablo en hacer esto es comparar la transgresión por el transgresor de la redención ofrecida a través del Redentor. En este capítulo, Pablo pone de manifiesto que, aunque Adán y Eva cometieron el primer pecado, somos culpables sobre la base de nuestro propio pecado:

Por lo tanto, como a través de un hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte por el pecado, y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron - (Romanos 5:12)

Lo que el pecado original no fue la causa de la raza humana a caer en la práctica del pecado. Hemos nacido de padres imperfectos, cuyo pecado influye negativamente en nosotros. Nos acostumbramos a cometer "menores" pecados sin tener en cuenta su impacto negativo en nuestras vidas y las vidas de los demás. Sin embargo, Dios, en Su amor, 8 proporcionan los medios para que todos los people9 puede ser totalmente justo delante de él, 10 por lo tanto la herencia eterna life.11
Conclusión Principio de la página

La Biblia dice que Dios ha creado a la gente a estar de pie, pero han optado por hacer evil.12 No estamos condenados sobre la base del pecado original de Adán y Eva, sino la nuestra. Nuestra condena es justamente merecía debido a nuestra rebelión y desobediencia de las leyes de Dios. Dios no es responsable por nuestro pecado, pero estamos, por nuestra propia lusts.13 Sin embargo, Dios, en Su amor, ha proporcionado una vía de escape para aquellos que reconocen su propia incapacidad para vivir de acuerdo con las normas santo de Dios. Confía en Jesús a cambio que en la persona que realmente quieres ser!