domingo, 27 de octubre de 2013

Miguel Servet

Sí señores porque hace hoy exactamente 460 años, ardía en una de las muchas hogueras que la intolerancia y la ignorancia ha levantado a lo largo de su historia por todos los rincones de Europa, uno de los grandes sabios españoles de todos los tiempos, descubridor de la circulación pulmonar de la sangre, Miguel de Servet.

Miguel Serveto y Conesa, más conocido como Miguel Servet, nace en Villanuevade Sigesa, en Huesca en 1511. Hijo de Antón Serveto, noble infanzón y notario del Monasterio de Sigena, y de Catalina Conesa, de linaje judeo-converso, se forma en España, en el castillo de Montearagón, y en Tolosa en Francia, donde estudia derecho, que une a sus amplios conocimientos de latín, griego y hebreo, así como de todas las materias sobre las que escribirá y disertará: teología, filosofía, anatomía, meteorología, geografía o medicina.


Desde temprano inicia contactos con autores de la incipiente Reforma protestante, como Ecolampadio o Bucer, lo que le lleva a publicar a sus sólo veinte años su tratado “De Trinitatis erroribus” (“Errores sobre la Trinidad”), que producirá gran escándalo, no sólo entre los católicos, sino entre los protestantes también. A éste seguirán muy poco después otros dos libros, “Diálogos sobre la trinidad”, y “Sobre la justicia del reino de Dios”.


Inicia correspondencia con uno de los grandes doctores de la Reforma, Calvino, a quien le manda su libro “Restitutio”, donde profesa una herejía muy próxima a lo que se da en llamar el panteísmo, -Dios se halla en todas las cosas-, y donde sostiene también tesis anabaptistas, según las cuales, el bautismo sólo debería recibirse en la madurez y no en la infancia: Jesús mismo, según Servet, había sido bautizado a los 30 años.


Pues bien, precisamente en el libro V de la “Restitutio”, se halla la gran aportación de Servet al mundo de la ciencia, a saber, la función de la circulación pulmonar de la sangre conocida también como circulación menor. Una aportación estrictamente científica que reviste Servet, sin embargo, de implicaciones teológicas, al sostener que el alma era una emanación de la divinidad que residía en la sangre sobre cuya circulación investigaba.


Tras enviar su Restitutio a Calvino, éste, que no comulga con sus tesis, le envía su obra Institución de la religión cristiana, la cual le es devuelta por Servet llena de anotaciones. Ello provoca la santa ira del reformista francés, una indignación no exenta de consecuencias, como veremos.


Publicada la Restitutio en 1553 de manera clandestina y bajo el nombre de Michel de Villeneuve, que hace clara referencia a su lugar de nacimiento, Villanueva de Sigesa, Servet es denunciado a la Inquisición católica que le detiene en Vienne, aunque logra escapar y sufre su condena al fuego en efigie, es decir, no en persona sino representado por un muñeco, algo como sabemos (pinche Vd. aquí para conocer algo más sobre la Inquisición española) habitual en los juicios inquisitoriales. En su huída, Servet, cuyo carácter debía tener un toque de audacia o de imprudencia, hace una parada en Ginebra, donde es localizado y detenido por aquél a cuyo libro había realizado tan inoportunas anotaciones, Calvino. El resultado es que Servet es juzgado por la Inquisición protestante, que también existió aunque no tuviera dicho nombre y, considerado hereje, es una vez más quemado, sólo que esta vez vivo, un día 27 de octubre como el de hoy (ayer cuando Vd. lo lea), sólo que del año 1553.


Más allá de sus aportaciones de tipo teológico y sobre todo fisiológico, la figura de Servet ha representado un icono de la lucha por la libertad de expresión y de conciencia. El gran escritor Stefan Zweig (conozca Vd. algo sobre su figura pinchando aquí) le dedica una de sus obras maestras, “Castalión contra Calvino”, y los monumentos a su persona, así como los hospitales, parques, institutos y calles, proliferan por España y por Europa.


Se cumple este 27 de octubre, otro aniversario de la muerte en la hoguera, por orden del reformista protestante Calvino, del médico, teólogo y filósofo español Miguel Servet, en la ciudad suiza de Ginebra.


Servet es uno de los hombres más notables del siglo dieciséis; la muerte que sufrió lo convirtió en un mártir. Los documentos sobre la vida de Servet son escasos e inconsistentes y las lagunas que contienen se han completado con toda una serie de conjeturas que en su mayor parte son erróneas.

Servet fue ejecutado por el gobierno de Ginebra, en manos de Calvino, a causa de sus creencias. Nacido en Villanueva de Sijena, provincia de Huesca, estudió derecho en la universidad de Toulouse, medicina en las universidades de París y Montpellier y teología en Leuven. A partir de 1540, practicó la medicina en Vienne, Francia, donde también ejerció como médico personal del arzobispo.
Alrededor de 1540 empezó a mantener correspondencia con el teólogo protestante francés Calvino.
A pesar de que seguía considerándose católico, aunque sólo fuera de nombre, describió su herética oposición al concepto de la Trinidad y solicitó permiso para visitar la teocrática ciudad de Ginebra. Una vez allí fue arrestado, acusado de herejía y blasfemia contra el cristianismo, y quemado en la hoguera el 27 de octubre de 1553.
Los pensamientos teológicos de Servet fueron criticados por los católicos y protestantes de su época. En 1531, repudió, en su “De los errores sobre la Trinidad”, la personalidad tripartita de Dios, así como el ritual del bautismo, y en 1532 escribió Dialogorum de Trinitate Libri Duo (Segundo libro de diálogos sobre la Trinidad).
Sus contribuciones científicas fueron asimismo notables, pues fue el primero en describir la circulación pulmonar en “Restitución del Cristianismo”, publicado poco antes de su muerte en 1553.
En el pueblo francés más próximo a Ginebra, Annemasse, en su monumento se lee: “Miguel Servet, helenista, geógrafo, médico y filósofo, debe ser apreciado de la humanidad por sus descubrimientos científicos, su abnegación en favor de los enfermos y pobres, y la indomable independencia de su inteligencia y su conciencia”.
“A Miguel Servet apóstol de la libre creencia y martir del libre pensamiento, nacido el 29 de Septiembre de 1511 en Villanueva de Aragón, quemado en efigie por la Inquisición católica el 17 de Junio de 1551, y quemado vivo en Ginebra por instigación de Calvino el 27 de Octubre de 1553″.
“La detención de Miguel Servet en Ginebra, donde no había publicado, ni dogmatizado, y donde, en consecuencia, no podía ser entregado a la justicia, debe considerarse como una barbaridad y un insulto al derecho de las naciones (Voltaire)”.
“Miguel Servet escribía a sus jueces; “Os suplico que os plazca abreviar estas grandes dilaciones… veis que Calvino… quiere hacerme pudrir en prisión. Los piojos me comen vivo, mis calzones están desgarrados, y no tengo muda ni jubón, ni más camisas que una en jirones…”.

Miguel Servet, De los errores acerca de la Trinidad: estructura y contenido


En esta obra, dividida en siete libros o capítulos, Servet argumenta que el dogma de la Trinidad carece de base bíblica, ya que no se halla en las Escrituras, sino que es fruto posterior de elucubraciones de «filósofos». Basándose en abundantes citas de la Biblia, Servet concluye que Jesús es hombre, hijo de Dios, y en definitiva no Dios mismo. Es hombre en tanto que nacido de mujer, por más que su nacimiento fuese milagroso. A su vez, Jesús es hijo de Dios en tanto que su nacimiento es el fruto de la fecundación por el Logos divino de la Virgen María.


Niega así Servet, por tanto, que el Hijo sea eterno, ya que fue engendrado como tal en la encarnación, aunque es divino por gracia de Dios, su Padre. Tampoco es, pues, una Persona de la Trinidad, cuya existencia niega vehementemente definiéndola como «tres fantasmas» o «Perro Cerbero de tres cabezas». Asimismo califica a los que creen en tal doctrina como «ateos, es decir, sin Dios» y «triteístas». A su vez, el Espíritu Santo no sería una tercera Persona trinitaria, sino la fuerza o manifestación del espíritu de Dios tal como actúa en el mundo a través de los hombres.


Posiblemente mientras iba rumbo a Italia, por alguna razón Servet acaba haciendo una estancia en Ginebra, donde fue reconocido en la iglesia donde predicaba el propio Calvino (13 de agosto). La ciudad se regía por los principios de la Reforma tal como Calvino los había definido en sus Ordenanzas eclesiásticas, basadas en su obra magna, Institución de la religión cristiana.Servet fue detenido y juzgado por herejía (por su negación de la Trinidad y por su defensa del bautismo a la edad adulta).


Servet sufrió grandes penalidades durante su cautiverio, como atestigua su carta al Consejo de Ginebra de 15 de septiembre de 1553. Durante el juicio, sostuvo diversos debates de carácter teológico. El 22 de septiembre, Servet escribe una última alegación en la que culpa a Calvino de hacer acusaciones falsas de herejía contra él y solicita que también sea detenido e interrogado como él, y concluye: "Estaré contento de morir si no le convenzo tanto de esto como de otras cosas de que le acuso más abajo. Os pido Justicia, Señores, Justicia, Justicia, Justicia." Finalizado el proceso, fueron consultadas las iglesias reformadas de los cantones de Zurich, Schaffhausen, Berna y Basilea, tras lo cual el acusado fue condenado y sentenciado a morir en la hoguera el 27 de octubre de 1553. En una carta fechada el día anterior, Calvino comentaba a Farel que Servet iba a ser condenado sin discusión y conducido al suplicio, y aseguraba que él había intentado cambiar la forma de su ejecución, aunque inútilmente.


La sentencia dictada en su contra por el Consejo (Petit Counseil) de Ginebra dice:


Contra Miguel Servet del Reino de Aragón, en España: Porque su libro llama a la Trinidad demonio y monstruo de tres cabezas; porque contraría a las Escrituras decir que Jesús Cristo es un hijo de David; y por decir que el bautismo de los pequeños infantes es una obra de la brujería, y por muchos otros puntos y artículos y execrables blasfemias con las que el libro está así dirigido contra Dios y la sagrada doctrina evangélica, para seducir y defraudar a los pobres ignorantes.


Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.


Consecuencias de la ejecución de Servet


Independientemente de la importancia de sus descubrimientos fisiológicos o de su labor como polemista religioso, la figura de Miguel Servet se distingue como mártir de la libertad de pensamiento y de expresión de las ideas, cualesquiera que éstas fuesen, en abierto desafío a cualquiera que quisiese coartarla. Las Iglesias Unitarias consideran a Servet su pionero y primer mártir.


A Miguel Servet apóstol de la libre creencia y martir del libre pensamiento, nacido el 29 de Septiembre de 1511 en Villanueva de Aragón, quemado en efigie por la Inquisición católica el 17 de Junio de 1551, y quemado vivo en Ginebra por instigación de Calvino el 27 de Octubre de 1553.


- La detención de Miguel Servet en Ginebra, donde no habían publicado, ni dogmatizado, y donde, en consecuencia, no podía ser entregado a la justicia, debe considerarse como una barbaridad y un insulto al derecho de las naciones (Voltaire).


- Miguel Servet escribía a sus jueces; "Os suplico que os plazca abreviar estas grandes dilaciones... veis que Calvino... quiere hacerme pudrir en prisión. Los piojos me comen vivo, mis calzones están desgarrados, y no tengo muda ni jubón, ni más camisas que una en jirones..."


ESTO DIJO MIGUEL SERVET SOBRE LA TRINIDAD


Servet dijo en su libro sobre los Errores de la Trinidad, lo siguiente:


“¡Sólo Dios sabe la irrisión que ha causado entre los musulmanes esta tradición de la Trinidad! Los judíos tampoco quieren sumarse a este capricho nuestro y se ríen de nuestra locura con respecto a la Trinidad; y a causa de las blasfemias que contiene ni siquiera creen que se trate del Mesías prometido en su Ley.”


"Ni una sola palabra se halla en toda la Escritura acerca de la Trinidad, ni acerca de las personas, ni sobre la esencia, ni sobre la unidad de sustancia, ni de naturaleza de los varios seres divinos."



Servet fue el primer pensador cristiano de los tiempos modernos que abogó por el derecho de cada individuo a seguir su propia conciencia y expresar sus propias convicciones. (Marian Hillar)


http://barujnazareno.blogspot.com/2009/09/el-fraude-de-la-trinidad.html


http://www.villanuevadesigena.com/es/miguel-servet/citas.htm

CITAS Y FRASES CELEBRES DE MIGUEL SERVET

Aunque Calvino insistió en que fuera decapitado, el ayuntamiento le condenó a que fuera quemado en la hoguera. Muriendo entre las llamas, se dice que gritó: “¡Oh, Jesús, Hijo del Dios Eterno, apiádate de mí!”. Farel, que había presenciado la ejecución, comentó que Miguel Servet, desafiante hasta el final, podría haberse salvado si en su lugar hubiese gritado: “Jesús, el Hijo Eterno.” Unos meses más tarde, Miguel Servet fue ejecutado de nuevo, esta vez como muñeco, por la Inquisición de Francia.