Hoy el mundo cristiano deberia de celebrar tres eventos, pero parece que solo se celebra una, se debe de celebrar la epifania en sus tres sentido Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer", la visita de los reyes magos y el bautismo de Jesus
La palabra española bautismo viene del griego koiné báptisma, y ésta, a su vez, del griego clásico bapto, verbo limitado progresivamente al sentido de «teñir», sustituido por baptízo / βαπτιζειν o βαπτειν, que significa: «sumergir», «zambullir», «hundir» (en el agua).
Dado que el agua naturalmente lava o purifica, en muchas culturas o religiones antiguas ya desaparecidas o aún vigentes, se ha acostumbrado realizar con agua un rito de "purificación", simbolizando arrepentimiento por las faltas cometidas. Actualmente, en la India por ejemplo, cientos de miles de hindúes entran al Río Ganges en Benarés en ceremonias impresionantes tanto por el número de los devotos y la intensidad de su devoción como del entorno mismo en que se verifican los ritos.
En Palestina, en tiempos de Jesucristo, apareció Juan, su primo, bautizando en el río Jordán, instando a los judíos a arrepentirse de sus pecados: "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos... Yo os bautizo en agua para la conversión" (Mt.3,2;1 l).
Pero aparte de las disposiciones personales de los que entran al río Ganges o aquellos bautizados en el río Jordán por San Juan, solamente en el agua, dichos ritos bautismales no tenían ni tienen en realidad eficacia alguna para perdonar los pecados, si no se toma en el sentido de una nuevo comienso, una nueva vida, guiada por Dios, por eso no tiene sentido bautisar a un bebe.
Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos los miembros del cuerpo, aunque muchos, son un solo cuerpo, así es con Cristo. Uno en el Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo - Judíos o griegos, esclavos o libres - y todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. (1Corintios 12,12-13)
Jesús comenzó a predicar a los 30 años de edad. Antes realiso el bautismo por Juan el Bautista.
Mandeismo:Las ceremonias más importantes, y también la más antigua, son el bautismo (masbuta) y "ascenso de las ceremonias de alma" (masiqta).
El bautismo se lleva a cabo el domingo (habshaba), el primer día de la semana, que es para la mandeos, un día de fiesta. Bautismo consiste en una triple inmersión completa en el manto blanco del sacro (resta), un triple "firma" de la frente con el agua, un triple trago de agua y la coronación con una corona de mirto. A continuación en la orilla de una unción de la frente con el aceite, una comunión sencilla de pan y agua, y el apretón de manos de la "verdad" (Kushta). El bautismo sólo puede tener lugar en el que fluye (= vida) de agua, por lo tanto, en los ríos. Todos los ríos aptos para el bautismo al descubierto el nombre de Jordan (Yardana). Se cree que estos Jordan se alimentan desde el mundo celestial de la Luz. El principal propósito y el significado del bautismo es la primera vez que la mandea, por inmersión en el Jordán, entra en comunión con el mundo de la Luz, recibiendo así una parte de la salvación. Y en segundo lugar, recibe una purificación de las transgresiones y pecados. Así como una vez en los seres primitivos tiempos de la luz Adam bautizados en primer lugar, la mandea considera que en el bautismo el Mundo de la Luz está presente y participa de forma activa. Sin el bautismo, no mandea (o su alma) puede pasar al otro mundo.
El rito importante, la ascensión del alma al mundo de la Luz. Es un rasgo característico de la religión mandea para resolver el problema de la muerte por la creencia firme en la vida después del alma. Para el mandeos, el destino del alma es una preocupación principal. Un gran número de representaciones rituales son desarrollados con este fin. Estos incluyen, entre algunos otros rituales, ciertas comidas ceremoniales. Servicio de comidas en la memoria de los muertos, como las ceremonias de bautismo, pertenecen a casi todas las fiestas mandea y así revelar una parte importante de la religión. La masa de los muertos tiene un valor simbólico en relación con el renacimiento del alma, y ayuda al alma en su peligroso viaje a través de "los lugares de detención" o purgatorio (matarata) al mundo de la Luz.
Mandaean Associations Union
El bautismo que recibió Jesús de manos de Juan el Bautista es completamente diferente al que reciben los cristianos hoy día.
El bautismo de Jesús no era un sacramento, tampoco Jesús lo puso como sacramento. El bautismo era una señal penitencial. Juan lo administraba a aquella persona que cambiara de vida y procurara seguir su predicación penitencial. Juan exigía la conversión, el cambio de vida, como condición para recibir su bautismo. El bautismo de Juan se llama "bautismo de penitencia para el perdón de los pecados" (Mc 1,4 Lc 3,3). Sin embargo, no es un bautismo suficiente para alcanzar la salvación de Dios como lo es el bautismo instituido por Jesús. El bautismo de Juan tampoco comunica la participación en la vida del Espíritu Santo. Tal diferencia aparece clara, tanto en los evangelios como en los Hechos de los Apóstoles, con la oposición de los términos "agua" y "Espíritu Santo" que usan cuando se refieren al bautismo de Juan y al instituido por Jesús.
El bautismo de Juan es bautismo de agua solamente. El bautismo instituido por Jesús es un bautismo del Espíritu Santo (Mc 1,8). A veces, el bautismo de Jesús es llamado también bautismo "de fuego": “Yo les bautizo en agua para la conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no soy digno de desatarle las sandalias. El les bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (Mt 3,11 Mc 1,8 Lc 3,16 Jn 1,33 Hech 1,5 Hech 11,16
¿Por qué, entonces, Jesús fue bautizado por Juan? ¿Necesitaba convertirse, cambiar de vida?
Jesús no necesitaba ser bautizado por Juan, porque no tenía que cambiar de vida. Pero se somete al bautismo de Juan porque de hecho, iba a comenzar "una nueva vida": su ministerio público, la predicación del reino de Dios. Jesús siguió la costumbre que tenían muchos judíos de la época. Dice la Palabra que Jesús se hizo semejante a todos los hombres en todo (Flp 2,7). Por esto Juan, quien sabía quién era Jesús, rehusaba bautizarlo (Mt 3,14).
Jesús cuando fue a que Juan lo bautizara lo que hizo fue un acto de humildad Mt: 3,15
Hay personas que dicen que como Jesús se bautizó de adulto, es mejor bautizar sólo a los adultos. Esto no es verdad. El bautismo que confiere la Iglesia es distinto. Son cosas muy diferentes. El bautismo de la Iglesia es un sacramento, el otro no.
La paloma y la voz del cielo.
La narración de Mateo no puede tomarse al pie de la letra. Cuando nos acercamos a la Biblia tenemos que darnos cuenta que nos explica las cosas según la mentalidad de la época, no con nuestra mentalidad de hoy. San Mateo usa un género literario que se llama "teofanía" ( indica la manifestación de Dios perceptible sensiblemente, o sea, que lo podamos ver ). Para elaborar una teofanía el autor usa muchos elementos: simbolismo, figuras humanas, señales, fenómenos naturales empleados con frecuencia, mostrados como fuerzas terribles e incontrolables. Ejemplo de teofanías:
* Gn 18: Dios se apareció a Abraham en forma humana.
* Gn 26, 2: Dios se mostró a Isaac.
* Gn 32,25-31: se mostró a Jacob y luchó con él.
* Ex 19,16 Ex 20,18: Dios se mostró mediante fenómenos de la naturaleza: truenos, rayos, relámpagos, fuego, humareda, nube.
En el bautismo de Jesús, Mateo usa este modo de escribir. Por eso aparecen los cielos que se abren, la paloma como figura del Espíritu Santo y la voz que vienen de lo alto, del cielo.
La paloma tiene un gran significado simbólico en el Antiguo Testamento: Gn 1, 2 Gn 2,7 . Llegó a simbolizar al Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento se simbolizaba el viento, el soplo de Dios con alas.
La voz simboliza la presencia de Dios Padre.
En resumen: Lo que nos quiere decir Mateo en este texto con la forma propia de su tiempo es que: Jesús es el enviado de Dios, para traer la buena nueva a otros pueblos que no la habian recibdo de los otros enviados. El Espíritu Santo actúa en formando al humano nuevo.
¿QUÉ ES EL BAUTISMO?
El Catecismo de la Iglesia Católica en su número 1213 define así al Bautismo: "es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu y la puerta de acceso a los otros Sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y hechos partícipes de su misión".
Un nuevo nacimiento
La palabra clave de la definición es "regenerados" o sea, que somos generados nuevamente, nacidos de nuevo. En efecto, cuando el fariseo Nicodemo, de noche, visita a Jesucristo, recibe del Señor la siguiente noticia: "En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo, de lo alto" (Jn.3,3). Así como nacemos a la vida natural por medio de los padres, nacemos a otra vida superior en el Bautismo. Cuando Jesús dijo: "He venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia" (Jn.10,10), nos estaba prometiendo no la vida natural que se adquiere por la unión conyugal, sino la Vida Divina que él tiene desde la eternidad, como Hijo de Dios. Es designio eterno de Dios el que los hombres lleguemos a participar de su Divinidad. Es lo que llamamos Gracia Santificante.
Por encima de todo lo que nos proporciona el Bautismo, está el prodigio de llegar a ser divinizados por el agua y el Espíritu Santo en el sencillo rito del Bautismo. Es el momento más importante de nuestras vidas. Si debemos agradecer a nuestros padres naturales el habernos comunicado la vida humana, ¡cómo podremos agradecer a Dios el comunicarnos su Vida Divina! La Gracia es evidentemente el don más extraordinario y preciado
Después de estas consideraciones es fácil comprender la excelencia de nuestro Bautismo. A partir del Don preciosísimo de la Gracia, que no solamente limpia nuestra alma de todo pecado sino que nos comunica la misma Vida Divina haciéndonos Santos, y nos da la posibilidad de gozar después de la muerte, de la felicidad de Dios mismo, comprendemos que el día más importante de nuestras vidas no fue el de nuestro nacimiento natural que festejamos en los cumpleaños, sino nuestro nacimiento por el Bautismo a una vida superior. Es por eso que muchos cristianos festejamos el aniversario de nuestro Bautismo.
El conocimiento de la grandeza del Bautismo fue lo que llevó a decir a una camarera del Rey de Francia, cuando éste le reclamó diciendo: "¡Mira que soy el Rey de Francia!" "¿Y no sabéis Vos -dijo la mujer- que yo soy hija de Dios por mi Bautismo?"
Si ciertamente la Sagrada Eucaristía es la cumbre de los Sacramentos ya que nos da no solamente la Gracia sino al Autor mismo de la Gracia, sin embargo es el Bautismo aún más necesario que ella, pues siendo la Eucaristía el alimento supremo del alma, no podemos alimentarla si antes no nace a la Vida Divina.
La visita de los reyes
El origen de la epifania
No hay comentarios:
Publicar un comentario