jueves, 28 de enero de 2010

Sodoma y Gomorra 2

La historia de Sodoma y Gomorra fue considerada por mucho tiempo como una leyenda. Los críticos suponían que fue creada para comunicar principios morales. Sin embargo, a lo largo de la Biblia esta historia es tratada como un suceso histórico. Los profetas del Antiguo Testamento se refieren a la destrucción de Sodoma en varias ocasiones (Deuteronomio 29:23; Isaías 13:19; Jeremías 49:18), y estas ciudades juegan un papel clave en las enseñanzas de Jesús y los apóstoles (Mateo 10:15; 2 Pedro 2:6 y Judas 1:7). ¿Qué ha encontrado la arqueología para establecer la existencia de estas ciudades? Los arqueólogos han buscado en la zona del Mar Muerto durante muchos años tratando de encontrar las ciudades de Sodoma y Gomorra. Génesis 14:3 da su ubicación, en el valle de Sidim, conocido como el Mar Salado, otro nombre para el Mar Muerto. Del lado este, seis lechos de ríos secos fluyen hacia el Mar Muerto. A lo largo de cinco de estos lechos secos se descubrieron ciudades. La que está más al norte se llama Bab edh-Drha. En 1924, el renombrado arqueólogo, el Dr. William Albright, excavó en este sitio en busca de Sodoma y Gomorra. Descubrió que era una ciudad fuertemente fortificada. Si bien relacionó esta ciudad con una de las "ciudades de la llanura" bíblicas, no pudo encontrar evidencia concluyente que justificara esta suposición.

Se hicieron más excavaciones en 1965, 1967 y 1973. Los arqueólogos descubrieron un muro de 60 cm. de ancho alrededor de la ciudad, junto con numerosas casas y un gran templo. Fuera de la ciudad había grandes sitios de sepultura donde se desenterraron miles de esqueletos. Esto reveló que la ciudad había estado bien poblada durante la baja Edad de Bronce, alrededor del tiempo en que habría vivido Abraham.

Lo más intrigante fue evidencia de un gigantesco incendio que había destruido la ciudad. Yacía sepultada bajo un manto de cenizas de más de un metro de altura. Un cementerio a un kilómetro de distancia de la ciudad contenía restos carbonizados de techos, postes y ladrillos enrojecidos por el calor.

El Dr. Bryant Wood, al describir estas sepulturas, dijo que un fuego comenzó en los techos de estos edificios. Luego los techos se derrumbaron y cayeron hacia el interior y se difundió el fuego dentro del edificio. Esto ocurrió en el caso de cada casa excavada. Una destrucción tan enorme por fuego coincidiría con el relato bíblico de que la ciudad fue destruida por fuego que cayó del cielo. Wood dice: "La evidencia sugeriría que este sitio de Bab edh-Drha es la ciudad bíblica de Sodoma".{5}

Se mencionan cinco ciudades de la llanura en Génesis 14: Sodoma, Gomorra, Adma, Zoar y Zeboim. Los restos de estas otras cuatro ciudades también se encuentran a lo largo del Mar Muerto. Siguiendo un camino sur desde Bab edh-Drha hay una ciudad llamada Numeria. Siguiendo hacia el sur está la ciudad llamada es-Safi. Más al sur están las antiguas ciudades de Feifa y Khanazir. Los estudios en estas ciudades revelaron que fueron abandonadas al mismo tiempo, alrededor de 2450-2350 a.C. Muchos arqueólogos creen que, si Bab ed-Drha es Sodoma, Numeria es Gomorra, y es-Safi es Zoar.

Lo que fascinó a los arqueólogos es que estas ciudades estuvieron cubiertas por las mismas cenizas que Bab ed-Drha. Numeria, que se considera que es Gomorra, tenía más de dos metros de ceniza en algunos lugares. En casa una de las ciudades destruidas los depósitos de ceniza convirtieron al suelo en un carbón esponjoso, lo que hizo que fuera imposible la reconstrucción. Según la Biblia, cuatro de las cinco ciudades fueron destruidas, permitiendo que Lot huyera hacia Zoar. Zoar no fue destruida por el fuego, pero fue abandonada durante este período.

Si bien los arqueólogos aun cuestionan estos hallazgos, este es un descubrimiento acerca del cual oiremos más en los próximos años.

Los acontecimientos bíblicos que tienen como escenario el Mar Muerto comienzan con las ciudades de la llanura, mencionadas en Génesis 10:9. Se trata de Sodoma, Gomorra, Adama o Adma y Seboím. Segor o Zoar es la quinta ciudad de la llanura que forma la pentápolis bíblica. La Biblia dice que estas ciudades eran al principio un autentico paraíso (sicut paradisus Domini-Gen.13,10) y los antiguos historiadores y geólogos, así lo creyeron erróneamente hasta el siglo XX(véase las exploraciones del s.XIX de M. Jomard, y del Dr. Anderson). Actualmente la geología ha demostrado que siempre fueron zonas pedregosas, áridas e infértiles, donde nunca pudo aflorar un sistema económico basado en la agricultura. La arqueología y los antiguos historiadores remarcan desde hace miles de años la sequedad de la llanura del Mar Muerto. Así por ejemplo Estrabon en su obra Geografia lib. XVI, cap. II se explica en los siguiente términos: «Esta región está abrasada por el fuego. De ello dan testimonio, entre otros objetos, algunas calcinadas rocas que se ven cerca de Masada; las hendiduras del terreno; los peñascos que destilan pez; los arroyuelos que hierven, y cuyo olor desagradable se percibe de lejos; los montones de ruinas de edificios, esparcidos aquí y allá; de suerte que bien puede darse fe a la tradición, que repiten todos los indígenas, según la cual, hubo trece ciudades en aquella región, en la que aún se veía el perímetro de la metrópoli Sodoma, que tenía sesenta estadios de circuito. A consecuencia de terremotos, de erupciones de llamas y de aguas bituminosas y sulfurosas, debió haber desbordado el lago; inflamáronse las rocas, y por lo que hace a las ciudades, fueron sepultadas unas y abandonadas otras por los habitantes que pudieron huir.»



Tácito en su obra Historias lib. V, cap. VI añade: «Los campos inmediatos al Mar Muerto, en otro tiempo fértiles y cubiertos de ciudades populosas, fueron abrasados por fuego del cielo; que aún subsisten las huellas de aquel azote; que la tierra misma, cuya superficie parece calcinada, ha perdido la fuerza de producir; que todos los vegetales, lo mismo los que se dan espontáneamente que los que cultiva la mano del hombre, se agostan en hierba o en flor, y si por ventura llegan a su término ordinario, el fruto que producen, negro y vacío, se convierte en polvo.»

Esa vegetación salvaje con fruto negro y vacío a la que refiere Tácito es “El Manzano de Sodoma” un arbusto espinoso que crece hasta los dos metros y que da unos frutos que a simple vista parecen comestibles, pero cuando los abren sacan una especie de ceniza. Se le llama Solanum Sodomeum ,Saccaran o Leimun-Luth.

Otros personajes de la antigüedad como Plinio y Cayo Julio Solino, se pronuncian de igual modo.

En el capítulo noveno del Génesis, Yavhé destruye las ciudades de Sodoma y Gomorra de la siguiente manera:

(Biblia V.de Jerusalén)

Gén.19,15 Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»

(Gén. 19,17) “Mientras los sacaban afuera, dijo uno: «¡Escápate, por vida tuya! No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a ser barrido.»

(Gén.19,24) Entonces Yahveh hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Yahveh.

(Gén. 19,25) Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.

(Gén.19,26) Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal.

(Gén.19,28) Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda laregión de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra cual la de una fogata.

De la descripción bíblica llama la atención la expresión “no vayas a ser barrido” que se utiliza dos veces en el texto. “Ser barrido” aparece aquí como una expresión de ser arrastrado o desplazado del lugar donde se está y como más adelante veremos “ser barrido” es una de las consecuencias que produce una licuefacción del terreno.

Las primeras interpretaciones naturalistas sobre la catástrofe de Sodoma y Gomorra apuntaron durante el siglo XIX a una actividad volcánica (véase la hipótesis de Munk y de Volney). La hipótesis sobre un volcán que hubiera arrasado las ciudades de Sodoma y Gomorra fue refutada por Schubert en su obra Reise in das Morgenland t.III,pag.94, diciendo: «es imposible creer en la existencia en aquella región de antiguos volcanes. Más bien se descubren las huellas de un incendio que consumió todo el azufre y asfalto».

Después de cien años, surge una nueva teoría que intenta dar una explicación racional a la catástrofe. La teoría de la licuefacción o del corrimiento de tierras elaborada por el geólogo Grahan Harris.

Harris lleva una década trabajando como geólogo en el Mar Muerto, reuniendo datos sobre el entorno natural. Para este geólogo Sodoma y Gomorra existieron y desaparecieron hace 4.000 años. Grahan ha investigado la región y cree haber reconocido el retrato de un desastre ocurrido en un lugar real.

El Mar Muerto es una zona de alta actividad sísmica, conocida por sus terremotos. Cada año se producen pequeños temblores, pero podía haber tenido lugar en la antigüedad un gran terremoto que hubiera afectado a Sodoma y Gomorra. Un terreno inestable y un posible corrimiento de tierras explicaría la destrucción total de ambas ciudades.

Jonathan H. Tubb, arqueólogo del Museo Británico, está especializado en arqueología bíblica. Jonathan lleva treinta años realizando excavaciones en Tierra Santa. Como director asistente de las excavaciones en Tell Nebi Mend (Kadesh- Siria) durante los años 1976- 1982, está especializado en los pueblos del Levante de la Edad de Bronce y del Hierro. Jonathan está convencido de que muchas de las historias del Antiguo Testamento están inspiradas en acontecimientos reales. Para este arqueólogo “el Génesis como otros libros de la Biblia se escribieron miles de años después de los acontecimientos descritos. Las historias no salieron de la nada. En muchos casos usaron historias del folklore, tradiciones basadas en acontecimientos reales”.

Los recientes descubrimientos de Ebla (Tell Mardikh) investigados por Paolo Matthiae y Giovanni Pettinato, han dado evidencia escrita a través de una tablilla cuneiforme, de una relación comercial con las ciudades de la Llanura, nombrando la pentápolis: Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Bela (Gén. 14:2); todas ellas tenidas por los críticos durante muchos años como creaciones legendarias de algún escriba del periodo babilónico.

Si Sodoma y Gomorra eran ciudades de la llanura del Mar Muerto, en toda la historia de Palestina únicamente hay un periodo en el que hubo ciudades en esta región: En la Edad del Bronce.

¿Pero estos asentamientos de la Edad del Bronce eran lo suficientemente grandes para haber existido ciudades como Sodoma y Gomorra?

En Tell es-Sa‘idiyeh, al Norte del Mar Muerto, Jonathan H. Tubb desenterró un gran complejo, demasiado grande para ser una vivienda. Tras las excavaciones hallaron una gran cantidad de fragmentos de vasijas. Dentro de las vasijas había una capa de huesos de aceituna de dos centímetros de grosor. También dentro de las vasijas se hallaron conchas en grupos de 12 y 13, usadas como contadores, para llevar el registro contable de algo. Habían encontrado los restos de una fabrica de aceite de oliva de la edad del Bronce. Esta fábrica sólo podía haber existido cerca de una ciudad.

El Mar Muerto se encuentra a casi 500 metros bajo el nivel del mar y se asienta sobre una gran grieta. La tierra se desgarró y el fondo se hundió en esta zona. El hundimiento provocó la formación de una cuenca, que no es un Mar, sino el lago más salado del mundo. El Mar Muerto separa dos continentes. En el lado jordano tenemos la placa tectónica arábica y en el lado israelí tenemos la placa africana; ambas están unidas, pero en constante movimiento, de forma que eventualmente resbalan, produciendo terremotos.

Podéis ver las siguientes imágenes del Mar Muerto por satélite:
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¿Hay pruebas de terremotos en tiempos de Sodoma y Gomorra en esa zona?

En el antiguo asentamiento de Numeira, en la orilla jordana del lago, los arqueólogos hallaron tres esqueletos que fueron enviados al antropólogo forense Mike Finnegan, de la Universidad de Kansas. Tras el examen forense de los restos óseos, Finnegan concluyó que la causa de la muerte de estos tres individuos se había producido por aplastamiento. Las pruebas del radiocarbono sobre los restos de vigas, detallaron que el techo se les cayó encima entorno al año 2.350 a.C. La causa fue un terremoto.

La Biblia no menciona la palabra terremoto, únicamente describe una lluvia de azufre, fuego, una humareda que salía de la tierra como una fogata, una ciudad arrasada con todos sus habitantes y la vegetación del suelo, un barrido, cuya única salvación es subir a una zona más elevada.

Entonces si no se menciona la palabra terremoto, ¿De dónde procede el fuego bíblico?

En la década de 1980, en Jordania se proyectaba construir una carretera a orillas del Mar Muerto, e hicieron perforaciones de varios cientos de metros de profundidad. Sorprendentemente salió gas metano a la superficie.

Un terremoto de gran magnitud habría agrietado el suelo hasta gran profundidad, expulsando gas metano hacia la superficie. Cualquier lámpara de aceite, una fogata, o incluso magma terrestre que hubiese conectado con una bolsa de gas, habría provocado una salida de fuego hacía la superficie de forma descontrolada.

El geólogo israelí Shmuel Marco ha hallado en la orilla israelí del Mar Muerto pruebas de antiguos terremotos en la zona del lago. Algunas rocas blancas que en su día estuvieron sumergidas, hoy presentan distintas capas geológicas. Una primera de color marrón que procede de los restos de roca que caían en invierno y otra blanca que se producía durante el verano, debido a que la evaporación del lago formaba una lámina blanca de restos de piedra caliza. Este patrón no se cumple en algunas rocas, debido a antiguos terremotos que movieron el lecho marino; así por ejemplo algunas capas terminan en grietas que demuestran un desgarramiento de la superficie de la tierra, algo que se produce a partir de terremotos magnitud seis.

¿Puede un terremoto de magnitud seis hacer desaparecer una ciudad?

No, pero Grahan dice que hay algo más. La Biblia menciona dos veces la expresión “barrido o arrastrado”. Un barrido o arrastre del terreno incluida las casas sólo puede producirse mediante una licuefacción. Un terremoto de escala seis sobre un terreno inestable, habría producido un corrimiento de tierra, que afectaría a una ciudad situada a las orillas del lago.

Cuando un terremoto de gran magnitud sacude un terreno inestable se puede producir un fenómeno geológico denominado LICUEFACCIÓN. La licuefacción es cuando el terreno se licua debido a que hay un material poroso que se ha llenado de agua y el terremoto provoca que el agua salga a la superficie. La licuefacción es algo parecido a lo que sucede cuando pisamos arena de la playa cerca del mar: el terreno se hunde y el agua sale a la superficie, ocupando la zona del hundimiento.

Un ejemplo de licuefacción se produjo en Japón en el terremoto del año 1964.

Las capas de gravilla del mar muerto son idóneas para una licuefacción y la geóloga Lynn Frostick, profesora de la Universidad de Hull, ha localizado rocas del lago, donde aparecen signos de una licuefacción.

Cuando el suelo se licua, las viviendas literalmente desparecen. En el Mar Muerto las construcciones de las orillas habrían sido engullidas hacía dentro del lago.

Si como hemos dicho al principio de la charla, la zona del Mar Muerto, siempre ha sido estéril, ¿ Cómo habrían sobrevivido dos ciudades a las orillas del lago?

El betún de Judea o asfalto natural que hay en esta zona desde tiempos remotos fue muy apreciado en la antigüedad. Era un aislante del agua, ideal para la cementación de las casas y parte esencial en la construcción de embarcaciones. Utilizado para embalsamar las momias egipcias, Egipto fue un gran importador de este material. En tiempos de Roma, el Mar Muerto fue llamado “ Lagus Asfálticus”, y posteriormente se le ha denominado lago Asfaltites, mar de Sodoma, de Gomorra y de Segor y los beduinos lo llamaban Bahr-el-Luth o Mar de Lot. Otras denominaciones han sido Mar Salado (en hebreo Yam Hammelah), Mar del Desierto (en hebreo yam-ha-Jaraba) y Mar Oriental en contraposición al Mar Occidental o Mar Mediterráneo (en hebreo Yam-ha-Kadmoni). ¿Podría haberse utilizado el betún de Judea en tiempos de Sodoma y Gomorra?

El químico orgánico Arie Niessenbaum, tiene pruebas de que en tiempos de la edad del bronce, el asfalto natural del Mar Muerto era exportado a Egipto. Se ha hallado este material en Egipto y se ha comparado su huella química con el del Mar Muerto. Los resultados son sorprendentes. Ambos ejemplares coinciden en su análisis químico por lo que proceden del mismo lugar. Proceden del Mar Muerto.

Diodoro de Sicilia en su obra Biblioteca Histórica, Lib. XIX, cap. XXV dice: «Aquellos bárbaros, que no conocen otra clase de comercio, llevan asfalto a Egipto, y le venden a los embalsamadores de cadáveres, que sin la mezcla de esta materia con otros aromas, sería difícil preservar largo tiempo de la corrupción».

Estrabón en su obra Geografía, Lib. XVI, cap. II, párrafo 42 añade como los lugareños recogían el asfalto: «Sube del fondo en épocas indeterminadas, produciendo burbujas, como el agua hirviendo. En la superficie se encorva y parece una pequeña colina. Al propio tiempo se producen vapores, que aunque, imperceptibles a la vista, empañan el cobre, la plata y cualquiera otro metal pulimentado y brillante, incluso el oro. Creen los habitantes de aquellos contornos que está el asfalto a punto de aparecer en la superficie cuando empiezan a empañarse los metales; y entonces se aprestan a recogerle, valiéndose de balsas, hechas de juncos. El asfalto es una especie de terrón, que derretido por el calor se hincha y mana. En contacto con agua fría, como es la del lago, se transforma de nuevo en una masa tan compacta, que necesitan instrumentos cortantes para despedazarlas...Los habitantes, pues, se acercan al asfalto en sus balsas, le cortan y llevan cuanto pueden».

Finalmente para someter a prueba de laboratorio la teoría de Grahan Harris se realizó una reconstrucción a escala maqueta de la catástrofe de Sodoma y Gomorra. En Schofield Centrifuge Centre de la Universidad de Cambridge, se aplicó sobre una maquetación del terreno una centrifugadora que giró a una velocidad de 150 veces por minuto, generando una presión de 50 veces la fuerza de la gravedad. El experimento fue dirigido por el profesor Gopal Madabhushi de la Universidad de Kansas.

La maqueta simulaba en materiales un terreno inestable susceptible de ser licuado en el supuesto de un terremoto escala seis. También se añadieron maquetas de viviendas similares a las propias de la edad del Bronce. Una vez se expuso a la presión de la centrifugadora, se activo la simulación de un terremoto sobre la maqueta y los resultados fueron reveladores.

Las casas se habían hundido un metro, la presión del agua había subido a la superficie y el terreno se había licuado. Sin la base de la caja, las casas se hubieran hundido mucho más. La conclusión es que unas viviendas expuestas a esta catástrofe hubieran desaparecido en 15 o 20 minutos y habrían sido desplazadas varios kilómetros al interior del Mar Muerto. Sodoma y Gomorra habrían terminado al fondo del lago.

Ahora los arqueólogos deben embarcarse a una investigación submarina sobre el fondo del lago. Para Grahan el objetivo final es obtener restos orgánicos, como madera o restos humanos, o construcciones procedentes del Mar Muerto y hacerles la prueba del radiocarbono. De esta forma estaríamos ampliando las fronteras del conocimiento de la Biblia.

La Biblia relata cómo Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra para castigar la perversión de sus habitantes. Ahora, Mark Hempsell, profesor de aeronáutica de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, asegura que el relato se inspira en un desastre natural que asoló la región en el cuarto milenio a. C. Según Hempsell, una tablilla asiria del siglo VII a. C. conservada en el Museo Británico reproduce un antiguo texto sumerio en el que se describe la caída de un meteorito. Hempsell ha calculado que el bólido impactó cerca de Koefels, en Austria, el 29 de junio de 3123 a. C. El fenómeno generó una columna de llamas que tocó tierra en algún lugar próximo al Sinaí, quizá sobre ambas urbes, que podrían haberse alzado no lejos del mar Muerto.

Según escrituras bíblicas, Dios derramó una lluvia de fuego sobre ambas ciudades, consideradas depravadas.
La trayectoria de un meteorito y su posterior explosión en el año 3123 a.C. podrían explicar la leyenda bíblica de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra en medio de una lluvia de fuego y azufre, según un científico de la Universidad inglesa de Bristol.

El descubrimiento se produjo después de que fue descifrada una tabla de arcilla del Museo Británico que tiene inscripciones cuneiformes y que data del año 700 a.C, labor realizada por un profesor de Aeronáutica de la Universidad de Bristol, Mark Hempshell.

Hempshell indicó que el desciframiento del mensaje de la tabla de arcilla permite explicar algunos acontecimientos ocurridos en la primera etapa de la Edad de Bronce.

En ella, un escriba copió las observaciones que realizó un astrónomo del sur de Irán el 29 de junio del año 3123 a.C., entre las que se encuentra la trayectoria de un asteroide antes de impactar con la Tierra.

Este hallazgo podría explicar la leyenda de Sodoma y Gomorra, ubicadas en algún lugar indeterminado de la región del mar Muerto (entre Israel, Cisjordania y Jordania).

La Biblia, en el Antiguo Testamento, dice que "El Señor derramó una lluvia sobre Sodoma y Gomorra de piedras de fuego y cenizas", que es -según los científicos- la descripción más parecida a una tormenta de meteoritos.

El profesor Hempshell aseguró estar convencido de que los efectos del meteorito dieron lugar a la leyenda de Sodoma y Gomorra, en la que se cuenta que Dios destruyó con fuego y azufre estas ciudades señaladas como pecadoras y depravadas.

La trayectoria del asteroide descrita por el astrónomo hace más de cinco mil años sirve también para responder al enigma del corrimiento de tierras que existe en Köfels (Austria).

¿Cómo un meteorito pudo destruir Sodoma y Gomorra, en Oriente Medio, provocar un deslizamiento de tierras de cinco kilómetros en Austria y esfumarse sin dejar un cráter?

Mark Hempshell descubrió las respuestas después de descifrar la arcilla sumeria. Gracias a potentes programas de ordenador capaces de simular el cielo de hace miles de años y las descripciones milenarias, Hempshell y el director de una empresa de aeronáutica, Alan Bond, llegaron a la conclusión de que el meteorito colisionó con una montaña antes de llegar a Köfels.

Esto hizo que explotara y se convirtiera en una bola de fuego durante su viaje valle abajo, lo que explicaría el corrimiento de tierras y que no exista ningún cráter, ya que al producirse la colisión en Köfel el material del meteorito no era sólido.

La explosión del asteroide originó una nube con gases y materiales en suspensión a temperaturas elevadas que viajó hasta el Este del Mediterráneo, alcanzando Egipto, y que pudo causar la muerte y la destrucción de poblaciones enteras.

La tabla cuneiforme, crucial para estos descubrimientos y conocida como "planisferio", fue encontrada en el Real Palacio de Nineveh (en Irak) a mediados del siglo XIX y se convirtió en un objeto de estudio por muchos investigadores.

La interpretación de esta tablilla ha dado lugar a una nueva teoría de la desaparición de Sodoma y Gomorra que, sin embargo, se parece a la de un astrofísico británico que señaló en 1997 que habían sido los restos de un cometa gigante los culpables de esa destrucción.

El doctor Victor Clube, un investigador de astrofísica de la Universidad de Oxford, indicó que los restos de un cometa gigante fueron los responsables del colapso de varias civilizaciones antiguas.

Según su teoría, la última aparición del cometa Little Bull coincidió con la desaparición de 40 ciudades ubicadas en Egipto, Mesopotamia y en el Valle del Indo entre el 2200 y el 2000 antes de Cristo.


Sodoma

Sodoma era una de las cinco ciudades de la Pentápolis, situada a orillas del Mar Muerto.

El libro del Génesis menciona Sodoma a partir del capítulo 10 y la sitúa dentro del territorio poblado por los cananeos.

Según el relato de la Biblia en el capítulo 18 del Génesis, Jehova Dios reveló a Abraham que iba a destruir Sodoma porque su pecado era muy grave por medio de azufre y fuego. Abraham intercedió por los justos de la ciudad, y Dios le repuso que no la destruiría si encontraba diez justos en la ciudad.

Según continúa el capítulo 19, en los versículos 1 a 38, dos ángeles de Dios entraron en Sodoma. Al verlos, Lot los invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa.

Pero antes de que se acostasen, los sodomitas cercaron la casa y exigieron que les entregase a sus invitados para abusar de ellos. Lot se negó y la turba intentó romper la puerta, pero los dos invitados cegaron a los asaltantes.

Después dijeron a Lot que sacara a su familia de la ciudad. Lot avisó a sus yernos, pero éstos creyeron que bromeaba, así que Lot marchó solo con su esposa y sus hijas. Después que los ángeles sacaran de Sodoma a la familia, Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente la ciudad con sus habitantes, y otras ciudades de la llanura. El tío de Lot, Abraham, desde una montaña a lo lejos vio la columna de humo que se levantó sobre la destruida Sodoma.

Otros libros de la Biblia utilizan este pasaje de la historia de Sodoma como ejemplo de cómo los pecadores son castigados.


Gomorra

Gomorra era la ciudad que, según el Antiguo Testamento de la Biblia, fue destruida junto a Sodoma.

Hizo Yahvé llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de Yahvé... destruyó estas ciudades y cuantos hombres había en ellas" (Gen.19:27´28).

Estaba situada en el valle de Sidim junto al Mar Muerto y era una de las cinco ciudades de la llanura, junto con Sodoma, Adma, Zoar y Zeboim.

Por algunos arqueólogos se considera que Numeria sería la antigua Gomorra. Por otros arqueólogos y según la "Teoría de la licuefacción", es factible que un gran terremoto destruyera estas ciudades y provocara un descenso del nivel de las tierras ocupadas por ellas, quedando sus ruinas inundadas por las aguas del mar. Los geólogos canadienses Grahan Harris y Anthony Berardow descubrieron que la península de Lisan, hacia la parte oriental del mencionado mar, fue el epicentro de un terremoto de escala mayor a seis en la escala de Richter ocurrido hace aproximadamente 4.000 años (tiempo que concuerda con el de la destrucción de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim). Según estos geólogos, el terremoto provocó efectos de licuefacción en el terreno de perra (el terreno se licua debido a que hay un material poroso que se llena de agua y estos suelos una vez están saturados se comportan como un fluido bajo la acción de las ondas sísmicas, provocando el engullimiento de las construcciones). Los restos de Gomorra reposarían bajo las aguas del Mar Muerto, pero en un lugar diferente del original.


La narración bíblica

La historia de Sodoma y Gomorra se lleva a cabo primordialmente en Genesis 19, ahí se relata por qué Dios juzgó indignos de "Su imagen y semejanza" a los habitantes de Sodoma y Gomorra. Dios decide tomarles la vida que les dió, pero antes de ejecutar su sentencia decide darles una última oportunidad y envía dos de sus ángeles a la ciudad. Si sus mensajeros pueden encontrar algunas personas justas entre los habitantes de esa ciudad, ellos salvarían la ciudad de la destrucción a la cual se han sentenciado.

Esa noche, mientras los mensajeros divinos se alistan a dormir en el hogar de Lot, toda la población masculina de la ciudad rodea la casa de Lot y acusan Lot de refugiar extranjeros sin haber sido "aprobados". Los hombres del lugar demandan que Lot les entregue los mensajeros para que los “conozcan” (“Yada”). Hay discusión entre los expertos sobre la interpretación de la palabra “Yada”, pero la traducción de Moffet como “violación violenta” es probablemente la más cercana al texto original. Lot llega a ofrecerles una de sus hijas para calmar la violencia de sus compatriotas y poder honorar el deber sagrado de hospitalidad al otro, al forastero.

Así queda en evidencia que esos "sodomitas" querían violentar los otros, someterlos a su poder arbitrario, privarles de su libertad y dignidad humana. Esa conducta criminal les llevó a su auto-destrucción por no aprovechar la última oportunidad dada por el Otro.

Contrariamente a la superficial interpretación moderna de que Dios habría condenado a los habitantes de Sodoma y Gomorra por practicar relaciones "homosexuales" (hay que recordar que las relaciones homosexuales suponen el consentimiento recíproco del mismo modo que las relaciones heterosexuales), la verdad de la Biblia es otra: Dios sentenció a muerte a los "sodomitas" por faltar a la ley del Amor que implica el respeto del prójimo, del otro. Dios no pudo salvarles porque rechazaron su Amor en los mensajeros divinos, porque fueron crueles, egoístas.

Ezequiel 16:49-50 indicó claramente el motivo de la cólera divina cuando dice: “He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan (en el Hebreo esta frase literalmente significa comer hasta vomitar), y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no tendió la mano al afligido y al mendigo. Y se llenaron de soberbia y abominaron de mi Ley.”

En otras palabras, a la gente de Sodoma y Gomorra les condenaron sus propios crímenes, sus violaciones a la ley del amor, que implica el respeto a la vida y a los otros.

1 comentario:

  1. Si el homosexualismo, no fue la caida de estas ciudades, sino la violencia generada por ellos, como antes del Diluvio, la violencia se apodero de la tierra

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