Pecado (latín peccātum) es la trasgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno.
Para los griegos pecado se decía hamartia: ‘fallo de la meta, no dar en el blanco’. Aludía al concepto de vivir al margen de lo esencial debido a una actitud errónea no consciente. Antes que los griegos y con anterioridad al arameo el término pecado tenía el significado de ‘olvido’. Olvido de algo que estaba presente, "olvido" como dejar a un lado. No tener presente a algo o alguien que en ese momento, por diversas razones, se lo dejaba a un costado.
El concepto religioso aún vigente de pecado como ‘delito moral’ alude a la trasgresión voluntaria de normas o preceptos religiosos. Dado que existen innumerables normas de este tipo, existen innúmeros pecados, a los cuales se les asigna mayor, menor o ningún castigo según las distintas creencias.
En los estados confesionales, que tienen una "religión oficial", puede estar penado con la privación de libertad, e incluso de la vida -, y en entornos culturalmente pobres, aun en sociedades modernas, se suelen achacar los problemas o accidentes físicos a la comisión de pecados.
Pecado según el cristianismo
La tradición judeocristiana, cuya fuente fundamental es la Biblia, se ha entendido el pecado, en términos generales, como el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios. De acuerdo al Tanaj o Antiguo Testamento, esta voluntad está representada por la Ley, preceptos y estatutos dados por Dios al pueblo de Israel, y registrados en los libros sagrados.
De acuerdo con el Nuevo Testamento, la naturaleza pecaminosa del hombre no se puede superar con el esfuerzo de seguir la Ley de Dios, por lo tanto, sólo mediante la fe en Jesucristo, y un renacer espiritual, puede vencerse esta naturaleza, y por ende, dejar de pecar.
Las distintas corrientes del cristianismo han elaborado de distinta forma la doctrina que sustenta esta concepción del hombre en lucha permanente contra el pecado, como naturaleza propia, y la victoria sobre él.
El pecado original, es una creencia de la religion cristiana, segun ellos es algo que afecta a los que creen en Hashem para llegar a Yeshua, el pecado original es el pecado cometido segun el mito por los primeros padres de la humanidad (Adán y Eva) al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol del conocimiento (anti moral para ellos el conocimiento es malo) del bien y del mal. El pecado, cometido por la persuasión de una serpiente (que posteriormente sería identificada con el demonio), fue castigado con la expulsión de la humanidad del jardín del Edén y su sujeción a la muerte, la enfermedad y el trabajo; de acuerdo con algunas interpretaciones cristianas, notablemente la católica, dañó también de manera perdurable la naturaleza humana de Adán y Eva, así como la de todos sus sucesores. La historia, narrada en Génesis 3, es común a las tres religiones abramicas; la interpretación de la naturaleza exacta del pecado cometido y del castigo impuesto, sin embargo, varía entre las distintas denominaciones religiosas.
Pecado original en el cristianismo
La doctrina cristiana con respecto al pecado original se fijó en el concilio de Cartago, y se precisó posteriormente en el concilio de Orange y el concilio de Trento. Los detalles de su forma actual probablemente procedan de la influencia de la doctrina maniquea en los escritos de san Agustín de Hipona, a través del cual la noción de una corrupción fundamental de la naturaleza humana hizo pie en la Iglesia. Los escasos fragmentos de doctrina sobre el pecado original contenidos en los escritos de los Apóstoles (especialmente Romanos 5:12]) no efectúan mayores precisiones sobre el texto del Génesis.
La teología escolástica distingue entre el pecado original originante (peccatum originale originans), el acto concreto de desobediencia cometido por Adán y Eva, y el pecado original originado (peccatum originale originatum), las consecuencias que el mismo provocaría sobre la constitución de la especie humana. En virtud del peccatum originale originatum, no sólo se perderían los dones preternaturales de la inmortalidad y la exención del sufrimiento, sino que las capacidades del espíritu humano —tanto las morales como las intelectuales— carecerían de su vigor natural, sometiendo la voluntad a las pasiones y el intelecto al error. De acuerdo a la doctrina fijada en el concilio de Trento, la condición de "naturaleza caída" (natura lapsa) se transmite a cada uno de los nacidos tras la expulsión del Edén.
En los concilios se estableció el pecado original como la razón del bautismo católico, ya que éste liberaría al bautizado de las culpas del género humano, de acuerdo con una interpretación lata de 1Corintios 15:21 que contrapone el pecado de Adán con la pasión de Jesús. La iglesia Católica y otras que practican el culto mariano excluyen, sin embargo, de las consecuencias del pecado original a la Virgen María, en virtud de una gracia especial de Dios.
La causa del mal en el mundo es el pecado. El Diablo y los demonios fueron creados por Dios, pero ellos mismos se hicieron malos porque cometieron el gran pecado de rechazar a Dios. Inmediatamente fueron lanzados al infierno, condenados para siempre.
Por su pecado tienen odio a Dios y envidia a los hombres. Por eso tentaron a Adán y Eva, nuestros primeros padres, diciéndoles que si desobedecían a Dios, serían como dioses y conocerían el bien y el mal.
Adán y Eva se dejaron engañar por el demonio y desobedecieron a Dios. Este fue el primer pecado en la tierra: el pecado original, y por esto todos los descendientes de Adán y Eva, excepto la Santísima Virgen María, venimos al mundo con el pecado original en el alma, y con las consecuencias de aquel primer pecado, que se nos transmite por generación.
¿Por qué existe el mal y la muerte?
Existe el mal y la muerte por la envidia del Diablo, que es malo y mentiroso, y por el pecado de nuestros primeros padres.
¿Quiénes son el Diablo y los otros demonios?
El Diablo y los otros demonios son seres espirituales, con inteligencia y voluntad, creados por Dios como ángeles buenos, pero que rechazaron a Dios y se volvieron malos para siempre.
¿Quiénes fueron nuestros primeros padres?
Nuestros primeros padres fueron Adán y Eva, y de ellos descendemos todos los hombres.
¿En que condiciones creo Dios a Adán y Eva?
Dios creó a Adán y Eva muy buenos y felices, con la gracia santificante y muchas cualidades y con los dones de la inmortalidad, la impasibilidad y la integridad.
¿Conservaron nuestros primeros padres los dones con que fueron creados?
Nuestros primeros padres no conservaron los dones con los que fueron creados, porque se dejaron engañar por el demonio y desobedecieron a Dios, conteniendo así el primer pecado.
¿A quienes perjudicó el pecado de nuestros primeros padres?
El pecado de nuestros primeros padres les perjudicó a ellos y también a todos sus descendientes, que somos todos los hombres y mujeres del mundo.
¿Qué es el pecado original?
El pecado original con el que todos nacemos es la privación de la santidad y justicia originales. El pecado introduce en el mundo una cuádruple ruptura: la ruptura del hombre con Dios, consigo mismo, con los demás seres humanos y con la creación toda.
¿Qué consecuencias tiene el pecado original para nosotros?
Producto de estas rupturas, las consecuencias que tiene el pecado original para nosotros son: el debilitamiento de la naturaleza humana, que ha quedado sometida a la ignorancia, al sufrimiento, a la muerte y a la inclinación al pecado.
EL PECADO ORIGINAL
"Sin embargo, el hombre constituido por Dios en estado de inocencia, ya en el comienzo de la historia abusó de su libertad, inducido por el Maligno, alzándose contra Dios y pretendiendo alcanzar su fin fuera de Dios...Lo que nos enseña la Revelación divina coincide con la misma experiencia. Pues el hombre al observar su corazón hecha de ver que también está inclinado hacia el mal y sumergido en una multitud de maldades que no pueden venir de su Creador, que es bueno" (Concilio Vaticano II).
EL PRECEPTO Y LA DESOBEDIENCIAEl pecado original
Dios colocó a nuestros primeros padres en un delicioso jardín, llamado el paraíso terrenal, donde gozaban de tranquila felicidad (Génesis 1,26). Los elevó, además, a un orden sobrenatural con el cual eran capaces de lograr el fin sobrenatural de la visión beatífica. Sin embargo, por ser infinitamente justo, dispuso que ese fin lo obtuvieran por méritos propios, de acuerdo a la naturaleza libre de su ser.
Para ello, les impuso un precepto, a saber, el no comer de una fruta que se encontraba en medio del paraíso, amenazándolos de muerte si desobedecían (Génesis 2,17).
Adán y Eva no obedecieron al Señor. Eva se dejó seducir por el demonio, quien le dijo que si comían serían como dioses, sabedores del bien y del mal. Comió, pues, del fruto, y luego se lo presentó a Adán, quien por complacerla también comió (Génesis 3).
EL PECADO
El pecado de nuestros primeros padres no fue un simple pecado de gula, sino un gravísimo pecado de soberbia, al pretender ser iguales al Altísimo.
En virtud del don de integridad, el pecado no podía ser de pasión (rebelándose al dictado de la razón), pues le estaban perfectamente sujetas. Tenía que venir la ruptura por la rebeldía de la razón, no sujetándose ésta al designio divino.
Además, hizo más grave su pecado la circunstancia de que el mandato era fácil de guardar, y de que ellos no tenían ni ignorancia que cegara su mente, ni concupiscencia que los arrastrara al mal.
EL CASTIGO
Nuestros primeros padres, no solamente fueron arrojados del paraíso en castigo de su pecado, sino que:
1.-Fueron privados de los dones sobrenaturales, a saber: de la gracia y del derecho a la gloria; y quedaron esclavos del demonio y condenados a eterna perdición, si Dios no los perdonaba.
2.-Fueron privados de los dones preternaturales, y así:
a) En vez de la ciencia se vieron sometidos a la ignorancia.
b) En vez de la integridad, sintieron el desorden en su naturaleza, a saber, la concupiscencia, o rebelión de la carne contra el espíritu, y la inclinación al mal por parte de la voluntad.
c) En vez de la inmunidad se vieron sometidos a toda clase de privaciones y sufrimientos.
d) Y en vez de la inmortalidad, se vieron castigados con la muerte.
EL PECADO ORIGINAL
El pecado de Adán no es exclusivo de él, sino que se transmite a todos los hombres. Se llama pecado orginal porque nos viene a consecuencia de nuestro origen.
Este pecado nos viene a consecuencia de nuestro origen, porque Adán era cabeza y fuente de todo el humano linaje. Adán, pues, con su pecado hizo que la naturaleza humana se rebelara contra Dios; y por eso, al nacer, recibimos la naturaleza humana privada de la gracia y del derecho al cielo.
VERDADERO PECADO, PERO NO ES PECADO PERSONAL EN NOSOTROS
El pecado original es verdadero pecado, pero no es en nosotros pecado personal.
1.-Es verdadero pecado. Porque nos despoja de la gracia y del derecho al Cielo. Por su causa nacemos "hijos de la ira", como nos dice San Pablo; esto es, privados de la justicia original (Efesios 2,3).
Para comprender mejor esta noción conviene tener presente la diferencia entre el acto de pecado y el estado de pecado. Pongamos por ejemplo un robo grave. El acto de pecado, o sea la misma acción de robar, pasa. El estado de pecado, o sea la privación de la gracia que el pecado produjo en nuestra alma, perdura hasta que el pecado se nos perdone.
Pues bien, tratándose del pecado original cabe la misma distinción. El acto fue cometido por Adán y pasó. Las consecuencias de ese acto, o sea la privación de la gracia y del derecho al cielo, perduran y afectan a todos sus descendientes.
2.-Pero no es en nosotros pecado personal. Este pecado evidentemente es distinto en Adán y en nosotros.
a) En Adán fue pecado personal, cometido por un acto de su voluntad.
b) En nosotros no es cometido por un acto de nuestra voluntad, sino que nos viene sin quererlo, a consecuencia de nuestro origen.
Por lo mismo que no hay acto ninguno de nuestra parte en él, no hay tampoco nada positivo. En nosotros el pecado original es una simple privación, a saber, la privación de la gracia con que hubiéramos nacido si no viniéramos al mundo manchados con él.
SUS EFECTOS
Por el pecado original, el hombre:
a) Nace despojado de los dones sobrenaturales, de la gracia y del derecho al Cielo.
b) Se ve privado de los dones preternaturales y sometido a la ignorancia, la concupiscencia, los sufrimientos y la muerte.
c) Por último, su misma naturaleza quedó debilitada.
Así dice el Concilio de Trento: "Todo Adán por el pecado pasó a peor estado en el cuerpo y en el alma".
Una de las más desagradables consecuencias del pecado original es la inclinación al mal y la concupiscencia.
1.-El pecado disminuyó en el hombre la inclinación al bien. La inclinación a la virtud es natural al hombre, porque obrar conforme a la virtud, es obrar conforme a la razón; pero, después del pecado, tender a la virtud resulta difícil y costoso.
Sin embargo, es falsa la doctrina según la cual la naturaleza humana quedó a tal grado corrompida, luego del pecado original, que ya es incapaz de obrar el bien. La fe católica indica que quedó herida,enferma, pero no corrompida.
2.-La concupiscencia (o inclinación al pecado) de suyo no es pecado. El Concilio de Trento condenó el error de Lutero, que confundía a la concupiscencia con el pecado original; y así por el bautismo nos borra este pecado y nos deja la concupiscencia. Pero sí es una de nuestras mayores mortificaciones y la raíz de mayor número de pecados. Preocupado por esa inclinación al mal exlamaba San Pablo "¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" (Romanos 7,24).
a) No supone injusticia por parte de Dios
Dios no fue injusto en castigar a todos los hombres por el pecado de uno solo; en efecto:
1.-Si se trata de los dones, sobrenaturales y preternaturales:
a) No eran dones debidos a la naturaleza del hombre, sino sobreañadidos por pura bondad.
b) Y Dios era libre de concedérselos bajo una condición. Y no cumplida ésta, pudía quitárselos sin injusticia.
Ejemplo: un maestro ofrece a sus alumnos un paseo si determinados discípulos se portan bien. Si ellos se portan mal, puede el maestro sin injusticia privar a todos del paseo.
c) En fin, el pecado original puede privar de la felicidad del Cielo; pero por el puro pecado original nadie se condena.
Si se trata de niños que mueren sin bautismo, su destino es el limbo. Si de adultos, nadie se condena sin haber cometido una transgresión grave y voluntaria de la Ley de Dios.
2.-Si se trata del debilitamiento que el pecado dejó en la naturaleza, tampoco obró Dios con injusticia, porque nos brindó medios muy propios para fortificarnos, y vencer la tendencia del mal.
Dios la remedia dándonos la gracia de que el pecado nos privó. La gracia nos ayuda eficazmente en el vencimiento del mal y la práctica del bien.
DOGMA Y MISTERIO
El pecado original es dogma de fe, definido por el Concilio de Trento, y expresado claramente en la Escritura.
Así dice San Pablo: "Como el pecado entró en el mundo por un solo hombre, y la muerte por el pecado, así la muerte ha pasado a todos los hombres, habiendo pecado todos en uno solo" (Romanos 5,12). Consta, pues, que tanto el pecado como la muerte son efecto del pecado de uno solo.
Más el pecado original también es un misterio. Hay en él cosas que no podemos comprender, aunque tampoco enseña nada que contradiga de lleno la razón.
Por ejemplo, de Adán no recibimos sino el cuerpo; ¿Cómo es posible que se nos transmita el pecado, que reside en el alma?. Contestan los autores que tal cosa no es imposible, como lo vemos en la ley de la herencia, pues con frecuencia los hijos heredan no sólo las cualidades físicas, sino también las intelectuales y morales de sus padres. Hay esta otra explicación, más fundamental, en razón del pecado de Adán, Dios crea para cada uno de sus descendientes el alma sin adornarla de la justicia original.
Por otra parte, el dogma del pecado original ayuda mucho a explicar la debilidad y malas inclinaciones del hombre, que de otra suerte quedan sin explicación satisfactoria.
EXCEPCION DEL PECADO ORIGINAL
Todos los hombres contraen el pecado original, con excepción de Nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Vírgen María.
1.-Cristo no incurrió en él por derecho de naturaleza, ya que por su concepción milagrosa no estaba sometido a la triste herencia de Adán.
2.-La Vírgen María tampoco lo contrajo, aunque ya no por derecho, sino por especial privilegio de Dios, que se llama su Inmaculada Concepción.
La Inmaculada Concepción de María consiste en que María por especial privilegio de Dios, y en previsión de los méritos de Cristo, desde el primer instante de su ser se vio adornada con la gracia. Se dice:
a) Por especial privilegio, porque María, como descendiente de Adán, hubiera debido contraer el pecado original; y, si no lo contrajo, fue por especial gracia o privilegio de Dios.
b) En previsión de los méritos de Cristo, porque María necesitó ser redimida, como los demás hijos de Adán. Sólo que en Ella la redención fue más admirable: a nosotros nos levanta después de caídos en el pecado; a María no le permitió caer.
c) Desde el primer instante de su ser se vio adornada con la gracia, es decir, desde que su alma se juntó con su cuerpo, estuvo Aquélla revestida de la gracia santificante.
Pecado original en el Islam
En el Islam no existe la noción de pecado original.
De acuerdo con el Corán, la transgresión cometida por Adán y Eva —y que fue responsabilidad de ambos, y no de Eva en mayor grado— quedó zanjada con el castigo recibido, es decir, con la expulsión del Paraíso. El Islam no condena a la naturaleza humana como tal y además rechaza explícitamente que otro pague por los errores de los demás: "Nadie cargará con la culpa ajena" (Sura 17, versículo 15).
La ausencia del pecado original acentúa la idea de responsabilidad individual, que es central en el Islam. Esa libertad es la base sobre la cual puede Dios decidir castigar o premiar.
Interpretaciones racionalistas del pecado original
En vista de que el texto de Génesis 3:10 muestra la conciencia de la desnudez como evidencia de la comisión del pecado original, interpretaciones antropológicas o psicoanalíticas del texto bíblico sostienen que el pecado de Adán y Eva es una alegoría del acto sexual.
Se han aducido numerosos rasgos que pudieran reforzar esta hipótesis: la naturaleza fálica de la serpiente, el hecho de que los castigos impuestos a la mujer sean el parto y la sujeción de su deseo carnal al mandato del marido Génesis 3:16, y el hecho de que, tras el castigo, Adán diera su nombre a Eva "pues era la madre" (Génesis 3:20).
No obstante, existen detalles del texto bíblico original que, según algunos,contradicen esta interpretación:
- Cuando Dios decretó la prohibición (Génesis 2:17) Adán estaba solo y continuó así por algún tiempo (Génesis 2:23)
- Dios autorizó a la pareja a que tuvieran prole (Génesis 1:28)
- Eva comió primero del fruto y después se lo dio a Adán (Génesis 3:6)
Por lo tanto, se deduce del relato solamente que Dios había dado un mandato al cual el hombre desobedece, y que esta desobediencia es principalmente motivada por la soberbia.
Opinion Judia
Adàn y Eva desobedecieron, pero bueno la idea de aviaràh es distinta, pq cuando tu atentas contra Hashem, haces teshuvà (retornar a la senda) en elul (mes antes de yom kippur q es Tishrei) pides perdòn para Yom kippur, Hashem te perdona...cuando haces aviaràh contra otro judio, tienes que pedirle perdon de corazòn y enmendar tus faltas con esa persona, para que sea verdadero el acto...no existe ni la culpa ni el pecado como lo entienden los cristianos, no se transmiten de generaciòn a generaciòn, es problema de la conciencia de cada uno. No creen en la predestinaciòn.
Yo le preguntaría a usted: ¿qué considera que es el llamado pecado original? Pues, realmente, a mí no me queda claro cuál es ese tal pecado...
Por mi estupor, recurro a la "Microsoft Encarta 2000", y lo que extraigo es: "Pecado original, en la teología cristiana alude a la maldad universal de la especie humana, adscrita por la tradición al primer pecado cometido por Adán. El pecado, en la doctrina cristiana, se considera un estado de alienación o distanciamiento de Dios."
Bien, creo que no hay siquiera una palabra de éstas que sean aplicables desde un contexto judío.
1. La especie humana es naturalmente buena. Poseemos la opción para andar por el sendero del Bien, o por su contrario, pero, eso no nos hace malos ni malvados; sino, humanos con la inmensa cualidad de ser libres, libres incluso para equivocarnos.
Recordemos que Dios al final de Su Creación contempló Su obra, y la consideró: "muy buena" (Bereshit / Génesis 1:31)... incluso la humanidad...
2. El "primer pecado" de Adam, sin dudas que fue un error por parte de aquellos primeros humanos, pero... ¿acaso no eran humanos? ¿Acaso ellos no tenían el derecho que tenemos nosotros a equivocarnos? Así lo hace entender el Eterno, cuando como con sorpresa le interroga: "¿dónde estás?" (Bereshit / Génesis 3:9)... "¿no sabes que has pecado y te estoy esperando?"... (Bereshit Rabbá 13:3)...
Y, sí... es cierto que por su causa nosotros estamos donde estamos... pero, así son las reglas del juego... cuando el libre albedrío está presente, cada cual es responsable por lo que le toca serlo, y por las consecuencias derivadas... queridas o no sobre sí, su entorno, y sus descendientes (Shemot / Éxodo 20:5)...
3. El pecado, es un error, una torpeza, un intento de rebelión contra el Eterno. Pero, para el judaísmo, el errar es parte del ser humano (I Melajim / I Reyes 8:46), y por eso, la persona que es perfectible ha recibido la Torá (Mishlei / Proverbios 4:2), que contiene las instrucciones para evitar extraviarse y para construir encima y a pesar del fracaso (Irmiá / Jeremías 35:15)
El hombre se puede apartar de Dios, sin embargo, el lazo con Él jamás se interrumpe (Ieshaiá / Isaías 57:19). La persona jamás queda alienada (siendo extraña) de Dios. Pues, Él está siempre a la espera del retorno del apartado, del regreso al buen cauce del que se perdió momentáneamente.
Como no hay nada que interrumpa la relación del Hombre con Dios, siempre estamos a tiempo de regresar a Él, sin intermediarios, sin sacrificios cruentos, sin otro método que hacer lo que Él nos ha estipulado en su Torá, y nos han dictado nuestros queridos Sabios de Israel (Hoshea / Oseas 14:2-10).
¿Pecado original?
Y... si por original se entiende del principio, bueno... sí, Adam pecó al principio... y eso se le reprocha, pues que sepamos no hizo el esfuerzo de enmendar su camino...
Si por original se entiende una supuesta naturaleza maligna del Hombre, la respuesta es: ¿por qué excluir a cada persona de Dios, cuando Él está atento a cualquiera que Le llame sinceramente?:
"Cercano está el Eterno a todos los que Le invocan, a todos los que Le invocan de verdad." (Tehilim / Salmos 145:18)
¿Hay necesidad de inventar un pecado original? Pues, parece que para algunos... sí...
Pelagianismo: El pecado de Adán no tiene otro efecto sobre las almas de sus descendientes, que no sea el que su ejemplo pecaminoso influye a aquellos que lo siguen para pecar también. De acuerdo a esta opinión, el hombre tiene la habilidad de dejar de pecar, si simplemente elige hacerlo. Esta enseñanza es contraria al número de pasajes que indican que el hombre es inevitablemente esclavizado por sus pecados (aparte de la intervención de Dios) y que sus buenas obras son “muertas” o sin valor para merecer el favor de Dios (Efesios 2:1-2; Mateo 15:18-19; Romanos 7:23; Hebreos 6:1; 9:14).
Arminianismo: Los arminianos creen que el pecado de Adán, tuvo como resultado que el resto de la humanidad heredara la propensión a pecar, comúnmente referida como la “naturaleza de pecado.” Esta naturaleza pecaminosa, ocasiona que pequemos del mismo modo que al gato su naturaleza le provoca “maullar” – sucede naturalmente. De acuerdo a esta perspectiva, el hombre no puede dejar de pecar por él mismo, y es por lo que Dios concede una gracia universal a todos, que les permite dejar de hacerlo. Esta gracia es llamada gracia preveniente. Y de acuerdo a esta doctrina, no somos responsables por el pecado de Adán, solo por los propios. Esta enseñanza es contraria al tiempo del verbo elegido en “por cuanto todos pecaron” de Romanos 5:12. De igual manera ignora el hecho de que todos llevan el castigo por el pecado (la muerte) aunque no hayan pecado de manera similar a Adán (1 Corintios 15:22; Romanos 5:14-15,18). Tampoco se encuentra en la Escritura la enseñanza de la gracia preventiva.
Calvinismo: El pecado de Adán ha ocasionado, no solo que poseamos una naturaleza de pecado, sino que nos ha causado que seamos culpables ante Dios, por lo que somos merecedores de castigo. Habiendo sido concebidos con el pecado original sobre nosotros (Salmo 51:5) ocasionó que nuestra herencia incluya una naturaleza de pecado, tan perversa, que Jeremías 17:9 hace esta descripción del corazón humano: “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Y no solo Adán fue hallado culpable porque pecó, sino que su culpa y su castigo (muerte) también nos alcanza a todos nosotros (Romanos 5:12,19). Hay dos opiniones del por qué la culpa de Adán debe ser vista por Dios como perteneciente también a nosotros. La primera opinión dice que la raza humana estaba dentro de Adán en forma de semilla; y al haber pecado Adán, todos pecamos en él. Esto es similar a la enseñanza bíblica de que Levi (un descendiente de Abraham) pagó diezmos a Melquisedec en Abraham (Génesis 14:20; Hebreos 7:4-9), aunque Levi aún no había nacido sino hasta cientos de años después. La otra opinión principal, es que Adán sirvió como nuestro representante y como tal, cuando él pecó, todos nosotros fuimos encontrados igualmente culpables.
La opinión calvinista ve al hombre como incapaz de vencer su pecado, aparte del poder del Espíritu Santo; un poder que solo es poseído, cuando uno se arrepiente de sus pecados y pone su fe en Cristo y Su sacrificio expiatorio por los pecados en la cruz. Un problema con esta opinión, está en explicar cómo son salvados los infantes y aquellos incapaces de pecar conscientemente (2 Samuel 12:23; Mateo 18:3; 19:14), puesto que no obstante, ellos siguen siendo responsables por el pecado de Adán. Millard Erickson, autor de la “Teología Cristiana” (Christian Theology), piensa que esta dificultad es resuelta de la siguiente manera: “Hay una posición (opinión) que…preserva el paralelismo entre nuestra aceptación de la obra de Cristo y aquella de Adán (Romanos 5:12-21), y al mismo tiempo, señala de forma más clara nuestra responsabilidad por el pecado original. Nos volvemos responsables y culpables cuando aceptamos o aprobamos nuestra naturaleza corrupta. Hay un momento en la vida de cada uno de nosotros, cuando nos volvemos conscientes de nuestra tendencia al pecado. En ese punto, podemos aborrecer la naturaleza pecaminosa que ha estado allí todo el tiempo… y arrepentirnos de ello. Al menos habrá un rechazo a nuestra disfrazada pecaminosidad. Pero si consentimos esa naturaleza de pecado, realmente estamos diciendo que es buena. Al poner nuestra implícita aprobación a lo corrupto, también estamos aprobando o incurriendo en la acción de hace mucho tiempo en el Jardín del Edén. Nos hacemos culpables de ese pecado, sin haber cometido el pecado por nosotros mismos.”
La opinión calvinista del pecado original, es más consistente con la enseñanza bíblica, y el “pecado original” puede ser definido como “ese pecado y su culpa que todos poseemos a los ojos de Dios, como resultado directo del pecado de Adán en el Jardín del Edén.”
Mi opinion
Los cristianos creen en el mito del Adan y Eva que ellos cometieron un pecado, que han heredado todas las personas a lo largo de las generaciones. Según ellos todos nacemos pecadores y es necesario el bautismo para limpiar ese pecado.
Sin embargo, los judíos jamás creyeron en el pecado original, ni en que hubiera que limpiarlo. Jesús era judío. ¿Porqué los cristianos sí creen en ese pecado?.
Todo esto es juego psicológico para que la gente tenga miedo y se vuelva cristiana por eso del mito de la salvación, si no hay pecado original no hay salvacion no hay Yeshua.
Vencer el pecado
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