miércoles, 30 de diciembre de 2009

Comentarios sobre el Evangelio según San Mateo

Capítulo 1

Versículo 18: La concepción de Jesucristo fue de esta manera: María su madre, estaba desposada con José, y, antes de que ellos conviviesen, concibió por obra del Espíritu Santo.

El sentido de la inmaculada concepción es espiritual. Pureza sin dualidad, unidad sin manchas. Somos vírgenes, sin nacimiento ni muerte. ¿Significa esto que tenemos el potencial de trascender la muerte física, de movernos conscientemente de lo inmaterial a lo material? Podría ser, aunque creemos que el proceso de la creación de un nuevo ser humano ocurre solamente de manera natural mediante el nacimiento físico.

No importa como ocurre, es el trabajo del Creador. Desde este punto de vista, están presentes todas las posibilidades, ya que la conciencia y la creatividad del Creador parecen ser sin límites. El hecho de no creer en un creador no merma los poderes del Creador, pero sí muestra las limitaciones de uno mismo.



Capítulo 2

Versículo 10: Al ver la estrella se alegraron grandemente.
La estrella es el Silencio interior, el ojo espiritual. Cuando podemos sentir el ojo espiritual, también podemos verlo dentro de nosotros si la mente es penetrantemente silenciosa. La experiencia del Silencio es el ojo espiritual. Nos proporciona paz mental y gozo interior. (“se alegraron grandemente.”)

Esta es una manera radicalmente nueva de entender qué significa la estrella en este versículo. Las diferentes interpretaciones muestran los problemas inherentes de la subjetividad en el entrenamiento espiritual; lo interpretamos todo según nuestro propio entendimiento. El que “sabe”, mira hacia dentro; el que “no sabe”, mira hacia fuera.



Capítulo 3

Versículo 10: Ya está el hacha aplicada a la raíz de los árboles: todo árbol que no produzca buen fruto va a ser cortado y arrojado al fuego.

¿De dónde venimos, quienes somos y adonde vamos? Estas cuestiones son partes integrantes de la conciencia. (“Ya está el hacha aplicada a la raíz de los árboles.”) Todo lo que impide las respuestas, todo lo que representa dualidad, será eliminado y quemado hasta convertirse en ceniza. (“Todo árbol que no produzca buen fruto...”.)

La Verdad está aquí y siempre estará aquí. Ningún hombre será cortado y arrojado al fuego. Lo que se elimina (disuelve) es la ignorancia porque es ella la que obstaculiza el “buen fruto”: El buen fruto es la Verdad, la esencia de la vida, la experiencia de saber quienes somos realmente.



Capítulo 4

Versículo 4: Mas él respondió y dijo: “Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

Toda palabra que sale de la boca de Dios es el aliento, el prana. Privado de este poder, el cuerpo muere. ¿Qué pueden hacer el pan y el agua cuando el prana ha dejado el cuerpo? Podemos vivir muchos días sin pan, poco tiempo sin agua, pero sin prana, el poder de la vida, morimos.

De todas maneras, el significado de este versículo es práctico y espiritual. ¿Qué es la vida sin la presencia de Dios en la conciencia? ¿Podemos obtener paz interior sin estar unidos a la fuente íntima? Vivir de cada palabra que sale de la boca de Dios significa estar dentro conectado conscientemente al Creador, haber comprendido quienes somos.

Versículo 10: Jesús le dice entonces: “Retírate, Satanás, porque escrito está: Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás”.

¿Quién ha dado al hombre la vida y el aliento? ¿Quién ha creado el cielo y la tierra? Satanás desaparece automáticamente cuando reconocemos nuestra verdadera naturaleza, lo divino en nuestra conciencia y en todos los seres vivos. (“Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás.”) Es así como muere Satanás, ya que Satanás nace y se mantiene solamente en el estado de dualidad. En la conciencia de la unidad, Satanás abraza a Dios y abandona su existencia independiente.



Capítulo 5

Versículo 3: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

“Pobres de espíritu” significa ser pobre en cuanto a experiencia del ego. Luego, espontáneamente, emerge el Silencio. (“... el reino de los cielos.”)

Versículo 37: Sea, pues, vuestro lenguaje: Sí, sí; no, no. Lo que esto sobrepasa es del Malo.

“Sí, sí; no, no” ilustra la ausencia de dualidad en la conciencia, una conexión abierta con el Yo, un estado de certeza. Simultáneamente indica que las palabras innecesarias son una pérdida de energía porque alejan la atención del Infinito, del Silencio interior.

Versículo 44: Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen.

Esto no es un mandamiento o una ley que una fuerza superior nos aconseja o nos exige cumplir. El mensaje es práctico. Una mente amorosa, positiva, quiere y bendice a los demás espontáneamente, y mediante esta acción la mente, a su vez, mejora. El resultado es paz interior y estabilidad.

Este es el caso de todos los mandamientos religiosos. Se basan en la experiencia, no en el discernimiento. Un ser humano que ha realizado la conciencia Crística quiere a todo el mundo porque el amor es un estado mental. Incluye la libertad, y es el resultado de experiencias y de la comprensión de los mecanismos y las conexiones de la vida. Todo influye en todo y está inexorablemente conectado. En la conciencia Crística, el “enemigo” también es amigo. O sea, no hay enemigos, sólo individuos divinos vestidos con diferentes ropas y expresándose de diferentes maneras.



Capítulo 6

Versículo 6: Tú cuando ores, entra en tu aposento, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está allí, en lo escondido; y tu Padre, el que ve en lo escondido, te premiará.

El aposento se encuentra en tu conciencia. Cuando meditamos cerramos la puerta al alboroto y nos reconectamos al Padre en nuestro interior. (“...ora a tu Padre, que está allí, en lo escondido;”) ¿Cuál es la recompensa? No hay nadie sentado en el cielo repartiendo recompensas y castigos. Recompensa y castigo están en nuestras mentes. Experimentar el silencio purifica la conciencia. La recompensa que recibimos se integra espontáneamente en nuestra vida cotidiana. (“y tu Padre, el que ve en lo escondido, te premiará.”)

Versículo 14: Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.

La conciencia es el punto de encuentro entre Dios y hombre. Aquí los contrastes unen: la capacidad de dar nos permite recibir; cuando perdonamos, somos perdonados. Lo podemos describir mejor de esta manera: damos y recibimos simultáneamente – la diferencia en el tiempo no es real porque todo ocurre en la mente.

Versículo 19: No atesoréis para vosotros en la tierra, donde la polilla y herrumbre destruyen y donde los ladrones perforan los muros y roban.

Los “tesoros en el cielo” son una mente estable y un vivir en el amor, situación que no pueden destruir las polillas y los gusanos y tampoco pueden entrar a robar los ladrones.

La riqueza material se oxida si no se utiliza en beneficio de todos. La cantidad de riqueza material que necesitamos a escala personal tiene límites. Lo material proporciona satisfacción temporal a la mente. Esto implica que la sed de bienes materiales no se puede apagar nunca. En el espacio vacío que sigue a la satisfacción material encontramos a menudo disgusto y descontento. Después de muchas decepciones, fracasos y problemas, nos damos cuenta de que la satisfacción permanente la podemos hallar solamente dentro, en la conciencia, en la vivencia de quienes somos.

Versículo 22: La lámpara del cuerpo es el ojo; si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado.

Según como nos sentimos dentro influye de manera decisiva en todo lo que hacemos. La mejor nutrición es contentar la mente. “El ojo”, significando el Ojo Interior, sana y hace la vida brillante. El cuerpo también se encuentra mejor cuando el Ojo Interior está sano, o sea, cuando no estamos bloqueados, sino más bien en contacto con la sustancia unificada de la conciencia.

Versículo 33: Buscad primero el reino (de Dios) y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura.

La unión con Dios – quién lo crea todo, lo conoce todo y puede hacerlo todo – es el regalo de nuestro Señor. Darse cuenta de esto, experimentar y percibir esto en la conciencia como una realidad verdadera, es el reino de Dios. Entonces nada está perdido, porque todo está ya creado y se encuentra a nuestra disposición.

Lo que pertenece al Creador nos pertenece ya que el hombre está creado a imagen de Dios. Un trocito de oro tiene las mismas cualidades que un lingote de oro; las diferencias radican en el tamaño y el volumen. La conciencia individual es un fragmento, una chispa de la conciencia Infinita, con las mismas cualidades y posibilidades.

Versículo 34: Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

La clave está en mejorar la condición de la mente (su habilidad de Ser) y la estructura y atención de la mente con la ayuda de la meditación. Así todo mejorará espontáneamente: este momento, el pasado y el futuro.

El preocuparse roba energía y nos separa de nuestras vidas. ¿Dónde están el rejuvenecimiento y el gozo de vivir si los mismos pensamientos nos agobian cada día? Ocupándonos del día de hoy plenamente, también nos ocupamos del mañana. La capacidad de la mente está siempre con nosotros. El estado de alerta aumenta a la par con la atención que ponemos en el momento presente.



Capítulo 7

Versículo 6: No deis lo santo a los perros, ni arrojéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies y se vuelvan para morderos.

Compartir reflexiones espirituales, experiencias o descubrimientos personales con otras persones puede ser valioso. Sin embargo, también puede ocurrir lo contrario si compartes tus vivencias con personas negativas, críticas o destructivas. (“... no sea que las pisoteen con sus pies y se vuelvan para morderos.”) Cuando el conocimiento no se ha integrado plenamente en nuestra conciencia, la negatividad puede sembrar la duda y molestar la mente obstaculizando de esta manera el desarrollo constructivo que estamos experimentando.

Versículo 7: Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá.

El que busca encontrará, y el que pregunta recibirá respuestas. Buscar y preguntar es una cara de la moneda, hallar y recibir respuestas es la otra. Esto es inherente a la conciencia. Rezando, buscando y llamando activamos la conciencia para encontrar lo que estamos buscando. Anhelar algo bueno que no se pueda satisfacer mediante los sentidos, el intelecto o mayor riqueza material, pero sí mediante la experiencia personal, al comprender quienes somos – sólo eso apagará nuestra sed completamente.

Versículo 14: ¡Qué estrecha la puerta y angosto el camino que conduce a la vida y qué pocos son los que la encuentran!.

¿Qué puerta es estrecha, y qué significado tiene la palabra vida? La puerta es estrecha y el camino que lleva a la Verdad es angosto. El deseo de una vida agradable es común a todas las almas, pero tratamos de conseguir esto casi siempre por medios externos. (“... y qué pocos son los que la encuentran!”)

Versículo 21: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

Aquí podemos observar una mala interpretación habitual de las religiones: decir “Te amo” no es lo mismo que amar. La palabra manzana no es lo mismo que una manzana. Las palabras no son lo mismo que el objeto real; “el mapa no es la tierra”. Cuando hemos realizado la unión con Dios, entonces hacemos la voluntad del Padre.

Versículo 22-23: Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre arrojamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces yo les responderé: Jamás os he conocido; alejaos de mí los que hicisteis el mal.

Profetizar, expulsar demonios o realizar milagros en nombre del Señor no es lo mismo que experimentar lo divino en la conciencia. No es lo mismo que conocer a Dios. El Señor no rechaza a nadie, pero señala la ausencia de la realización. (“Jamás os he conocido; alejaos de mí los que hicisteis el mal.”)

Versículo 24: Quien escucha estas palabras mías y las cumple, podrá compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre la roca.

Edificar la propia casa sobre la roca en vez de en la arena es como edificar la propia vida sobre la estabilidad interior en vez de edificarla sobre las circunstancias cambiantes de la vida. Lo primero es una base segura; lo segundo es muy inseguro. Tarde o temprano, el diluvio y la inundación llegaran porque el cambio y la adversidad son propios de la vida. Edificar sobre una roca implica mantener la propia estabilidad interior a pesar de las tormentas de la vida.

Versículo 29: Porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.

El que experimenta su propio yo y se encuentra firmemente establecido en este reino, se expresa desde el nivel en que la unión con el Creador prevalece. (“Porque les enseñaba como quien tiene autoridad...”) No se expresa desde un nivel teórico, caracterizado por la dualidad y la ignorancia. (“...y no como sus escribas.”)



Capítulo 8

Versículo 3: Extendió la mano, lo tocó, y dijo: “Quiero, queda curado.” Y en seguida quedó curada su lepra.

La Creación y la Vida no tiene límites. Esto se puede observar en el estado alcanzado por Jesús: la conciencia Crística, la unidad con Dios. El poder de Dios, siendo omnisciente, no tiene límites y por consiguiente puede curar al enfermo.

Versículo 22: Mas Jesús le dice: “Sígueme, y deja a los muertos que entierren a los muertos.”

Conectar con la Verdad crea la Vida eterna. (“Sígueme ...”) La única muerte reside en desconocer nuestra verdadera naturaleza.



Capítulo 9

Versículo 4: Jesús conoció sus pensamientos, y dijo: “¿Por qué pensáis mal en vuestro corazón?”

La conciencia Crística detecta los pensamientos de la misma forma en que nosotros vemos lo material con nuestros ojos. La Verdad es translúcida. La conciencia ve a través del mundo material la parte más sutil de la creación, donde la comunicación se realiza en el plano mental de acuerdo con las leyes de Dios. Esto no lo crea la mente, mas se experimenta como conocimiento interior.

Versículo 37: Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros, pocos.

La conciencia es Infinita (“La mies es mucha...”), pero muy pocos dirigen su atención hacia ella (“...los obreros, pocos.”) para trabajar conscientemente cuidando lo que el Señor ha sembrado.



Capítulo 10

Versículo 19-20: Y cuando os entreguen, no os preocupéis cómo o qué habéis de decir; pues se os comunicará en aquella hora lo que hayáis de hablar; no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre, quien hablará en vosotros.

Entregando la vida a nuestro Padre, realizamos lo que somos y espontáneamente sabemos lo que hay que decir.

Versículo 27: Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que oís al oído, proclamadlo sobre las terrazas.

Lo que realizamos en Silencio profundo, en meditación profunda (lo que se nos revela en la oscuridad), debemos expresarlo en nuestra vida cotidiana y anunciarlo desde los tejados. Debemos darles vida al silencio y a la creación para nuestro provecho y el de nuestros vecinos (debemos proclamarlo desde los tejados).

Versículo 28: No temáis a los que matan al cuerpo, pero no pueden matar el alma: temed más bien a quien puede perder en el infierno alma y cuerpo.

El alma es inmortal y no se la puede matar, pero quizás percibimos sólo parcialmente esta realidad; el alma parece estar detrás de un velo. Perder el cuerpo no significa perder nuestra vida; el alma siempre lleva un vestido más o menos sutil en la naturaleza. “Teme al que puede perder en el infierno alma y cuerpo” no significa que Dios nos castigará en el infierno. Lo que deberíamos temer es ignorar nuestra verdadera naturaleza, la dualidad de la mente y la lucha interior, que son el verdadero castigo para cuerpo y alma. Este es el infierno verdadero.

Versículo 37: El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí: y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí.

Amar a Dios, el Señor, es nuestro principal propósito en la vida. La palabra “digno” no significa que no tengamos valor, sino más bien se usa para describir el resultado. Unidad en la conciencia, el estado de amor puro y bienaventuranza, es el alfa y omega de la verdadera vida religiosa. Amando la Verdad, Dios, inmediatamente amamos y abrazamos todo lo creado.

Versículo 38: Quien no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

Si no disolvemos la dualidad en nuestras mentes (si no me seguís), Dios como realidad estará ausente de nuestras vidas (“... no es digno de mí.”)

Versículo 39: El que encuentra su vida, la perderá y el que la pierde por mí la encontrará.

El que entrega su ego, su vida a Dios, es libre y recibe la vida verdadera. La palabra “mí” se refiere a Dios.



Capítulo 11

Versículo 28: Venid a Mí todos los que estáis apenados y sobrecargados, y yo os aliviaré.

“Uniros a mí en la Verdad y experimentad quiénes sois.” Una mente que no alberga la idea de dualidad está en armonía y en paz.



Capítulo 12

Versículo 43: Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, recorre lugares secos en busca de reposo y no lo encuentra.

“Espíritu inmundo” significa una mente que experimenta la dualidad. Esta mente no descansa, está intranquila y la aburren los retos de la vida (busca un lugar para reposar pero no lo halla). El lugar de reposo es el Silencio profundo en nuestro interior, encontrando a Dios, encontrando al Ser, en un estado en el que la dualidad no existe.

Versículo 44: Y dice: Volveré a mi casa, de donde he salido. Y al llegar la encuentra libre, limpia y adornada.

El anhelo de volver a nuestra verdadera casa, a realizar la unidad, es nuestro derecho de nacimiento. Cuando volvemos, vemos la belleza de la vida, de lo que somos realmente, ya que todos somos especiales (al retornar, la encontramos preparada para nosotros).

Versículo 50: Pues quienquiera que cumpla la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, hermana y madre.

El que obedece a mi Padre (realizando la conciencia-Unidad) es mi hermano, hermana y madre; la comunidad espiritual es nuestra relación verdadera. La relación espiritual es para siempre, mientras que la materia perecerá algún día. Sabiendo eso, con nuestras vidas cumplimos la intención de nuestro Padre, y nos unimos.



Capítulo 13

Versículo 3-8: Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

Lo que no se edifica sobre una base firme se destruye fácilmente. Para conseguir una buena cosecha hace falta tierra buena y sembrar en el sitio adecuado. Una conciencia firme es la mejor tierra para nuestra semilla. Si sólo sembramos en el mundo exterior, que por naturaleza es inestable, no estaremos cultivando los frutos eternos que deseamos. Enraizados en nuestra realidad interior nuestra cosecha será abundante.

Versículo 12: Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Cuando vivimos en la Verdad, recibimos en abundancia, cada momento vibra y la vida se crea continuamente. El que sitúa su sentido de la realidad en la dualidad está dormido y lo perderá todo.

Versículo 16: Pero dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.

Lo que ven y oyen los bienaventurados es la vivencia del Silencio, el Infinito en la conciencia.

Versículo 31-32: Les propuso otra parábola: “El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza que cogió un hombre y sembró en su campo; y, con ser la más pequeña de todas las semillas, cuando se ha desarrollado, es mayor que las hortalizas, y resulta un árbol, de manera que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.”

Las características de la flor o hierba se hallan en la semilla. El grano de mostaza, la más pequeña entre todas las semillas, representa el elemento más pequeño de la creación, el vacío, la base de la creación. La manifestación del vacío es la acción dinámica de la creación. Hierbas, árboles y pájaros simbolizan la interacción en esta realidad, porque la base de todo es el vacío o una fuente donde la creación se pueda encontrar en forma de semilla.

Versículo 44: El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo: lo descubre un hombre y lo oculta, y en su alegría va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

El tesoro está escondido en el campo, en el interior del hombre. (Lo descubre un hombre y lo oculta). El mayor acontecimiento que nos puede ocurrir en la vida es encontrarlo. (Vende todo lo que tiene y compra aquel campo.)

Versículo 49-50: Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles y separarán a los malos de los justos y los arrojarán en el horno de fuego: allí será el llanto y el rechinar de los dientes.

El fin del mundo es un proceso continuo. Lo que empieza acaba en el mismo instante. Los ángeles participan en esta batalla entre lo bueno y lo malo que se desarrolla en la mente (una lucha sin fin que los arroja al fuego), en un estado lleno de problemas y dudas; allí es el origen de todo, bueno y malo, agonía interior.



Capítulo 15

Versículo 8: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí.

Esta es la esencia del agradecimiento religioso. La palabra hablada no puede sustituir la experiencia de la realidad fundamental. La palabra “agua” no puede aplacar nuestra sed; esto ocurre cuando realmente bebemos agua, cuando el corazón esta abrasado por el amor a la Verdad.

Versículo 9: Me dan un culto vano enseñando doctrinas, preceptos de hombres.

Lo que nos llega de Dios es fresco y original, ajustado al curso siempre cambiante de la vida. Las reglas y los preceptos creados por el hombre sirven para su propósito, pero al mismo tiempo tienen sus limitaciones.

Versículo 20: Eso es lo que contamina al hombre; pero el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

La limitación humana es la dualidad. El aspecto más importante de la existencia no es la belleza externa, sino la pureza de nuestras mentes, la ausencia de la ignorancia sobre quienes somos.



Capítulo 16

Versículo 11: ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos?

El malentendido entre Jesús y los discípulos, entre el Maestro y el alumno, es porque los enfoques no coinciden. Mientras el profeta está centrado en sí mismo, hacia Dios, el alumno dirige su atención hacia fuera. El problema surge cuando la Verdad se busca fuera de uno mismo, no en la conciencia, dentro de uno mismo.

Versículo 25: Quien quiera salvar su vida, la perderá, y quien pierda su vida por mi causa, la ganará.

Apegarse al ego (salvar la propia vida) significa perderla. El que reconoce la unidad con la creación, con el Silencio, sacrifica el ego (pero no la individualidad) y encuentra su Vida verdadera.

Capítulo 17

Versículo 19-20: Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

En una fe, anclada en la certeza y formada en silencio y conciencia, es allí donde encontramos la semilla más pequeña que es la más fuerte de todas. Aquí se mueve la montaña y se observa el misterio. En la certeza, la dualidad entre hombre y Dios se elimina y el poder de Dios es visible en todo.

Capítulo 18

Versículo 4: Quién se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos.

La idea de dualidad en la mente nos hace creer que existimos separadamente del Señor. Esto es una ilusión, la mayor ignorancia. Creemos que somos los dueños de nuestras mentes y nuestras acciones. El caso es que todo pertenece al Señor. En la conciencia se comprueba esta realidad. El que realiza la unidad con Dios es como un niño, el ego se disuelve. El es un Maestro, el más grande en el Cielo.

Versículo 32-35: El señor entonces lo mandó llamar y le dijo: “Siervo malvado, te perdoné toda aquella deuda porque me suplicaste, ¿no debías tú compadecerte también de tu compañero, como yo me compadecí de ti?” E irritado su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda su deuda. Así os tratará también mi Padre celestial si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano.

Si no somos capaces de perdonar, sufrimos. El Señor (el Maestro interior) está enfermo y agoniza. ¿Por qué ocurre esto? No es un castigo, es porque nuestra mente está en la dualidad, lo cual se experimenta con dolor, es decir, en conflicto con nuestra verdadera naturaleza, en oposición con el estado de amor incondicional.


Capítulo 19

Versículo 4-5: Y él les respondió: “¿No habéis leído que el que los creó al principio los hizo hombre y mujer? Y dijo: Por eso dejará el hombre al padre y a la madre y se juntará a su esposa, y serán los dos una sola carne.

La naturaleza es femenina y masculina a la vez. Después de la creación de la materia, trabajamos para reunir lo femenino y lo masculino en nuestra naturaleza.

Versículo 6: De manera que no son ya dos, sino una sola carne. Pues bien lo que Dios unió, no lo separe el hombre.

La unión de lo femenino y lo masculino implica el reconocimiento de la unidad en Dios. Lo que Dios unió, el hombre no debería separar; tampoco debería tener la condición de dualidad en la mente.

Versículo 11: Díjoles él: “No todos comprenden este lenguaje, solamente aquellos a quienes les es concedido.”

Al realizar lo que somos (a quienes les es concedido), recibiremos la recta comprensión.

Versículo 23-24: Jesús dijo entonces a sus discípulos: “En verdad os digo que el rico entrará con dificultad en el reino de los cielos. Os digo más: Más fácilmente entra un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de Dios.”

¿Qué significa ser rico? Ser rico en el plano mundanal no es un obstáculo para conocer a Dios. Todo depende de la actitud. Si el dinero sobrante se utiliza en beneficio de todos, entonces la riqueza es una bendición. De todas formas, el verdadero significado de ser rico en estos versículos es que creemos ser los dueños (ego). El ejemplo del camello muestra que es imposible entrar en el reino de Dios con el sentimiento del ego.

Versículo 25-26: Los discípulos que oyeron, se admiraron mucho y decían: “¿Quién puede, pues, salvarse?” Jesús los miró y dijo: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles.”

Mientras experimentemos la vida en el ego es imposible ser salvado. Sólo la conciencia de Dios nos puede salvar. La dualidad de la mente nos hace creer que existimos separados del Señor.

Versículo 29: Y todo el que deja casas o hermanos o hermanas, padre o madre, o mujer, hijos o campos por mí, recibirá el céntuplo y poseerá la vida eterna.

Sin la conciencia de unidad, sin reconocer quienes somos, la vida es frágil y miserable.

Versículo 30: Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.

En sentido espiritual, la eternidad es aquí y ahora. Considerando este hecho, nadie es más o menos desarrollado espiritualmente que otro.



Capítulo 20

Versículo 23: Díceles: “Beberéis mi cáliz, pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es mío concederlo, sino a aquellos para los cuales está preparado por mi Padre.”

La conciencia se incrementa gradualmente mediante trabajo interior sincero y continuo. Podemos ofrecer dinero y otros beneficios materiales a otras personas, pero debemos realizar la experiencia interior de la Verdad nosotros mismos. Cuando cesa la dualidad en la conciencia, nos unimos a Dios, y por consiguiente nos sentamos a la izquierda o a la derecha de Cristo.

Versículo 32-34: Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: “¿Qué queréis que os haga?” Dícenle: “Señor, que se abran nuestros ojos.” Compadecido Jesús, tocó sus ojos y enseguida vieron y le siguieron.

Estos versículos explican como conseguimos nuestra visión interior, abrir el ojo interior, reconocer el Infinito de la conciencia, transformar la oscuridad, sustituir el desasosiego mental por la luz. Cuando el Silencio penetra en la conciencia, experimentamos quienes somos guiados por el Maestro interior.



Capítulo 21

Versículo 21-22: Jesús respondió y les dijo: “En verdad os digo que, si tenéis fe y no dudáis, no sólo haréis lo de la higuera, sino aun si decís a este monte quítate y échate en el mar, lo lograréis. Cualquier cosa que pidáis con fe en la oración, la obtendréis.”

La fe incluye la duda. O sea, la fe se tiene que basar en la sabiduría, en un estado de no-dualidad. Nada es imposible para el Creador, para Dios, el que lo crea todo. El proceso manifestado de la creación demuestra la inteligencia y la creatividad inimaginables de Dios.



Capítulo 22

Versículo 1-4: Entonces Jesús les habló de nuevo en parábolas y les dijo: “El reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de boda para su hijo. Y envió a sus criados a llamar a los invitados al banquete, pero no querían venir. Envió de nuevo otros criados con este encargo: “Decid a los invitados: he preparado mi convite, se han matado ya mis bueyes y animales cebados, y todo está preparado: venid al banquete.”

¡Venid a la boda! La boda entre Dios y el Hombre, la Unificación en la conciencia. Los profetas son los criados (pensamientos), enviados de Dios para invitarnos a la boda, pero los invitados no vendrán. (Estamos demasiado ocupados con otros temas.) El banquete está preparado. La creación es perfecta en todo momento. Toda alma puede realizar el Universo interior mediante la meditación. Nuestra tarea es acudir a la boda, y haciéndolo, confirmar nuestra boda con el Señor.

Versículo 14: “Porque muchos son llamados y pocos escogidos.”

No hay una ley que excluya a algunos o que diga que una persona merece ser escogida más que otra. Hay una inmensa confusión en este punto. En este contexto, los escogidos significa los que realizan a Cristo en ellos mismos. La posibilidad de conseguir esto es la misma en cada ser humano; el Señor no discrimina en este sentido. Todos estamos invitados, y a su debido tiempo realizaremos a Cristo en nosotros mismos.

Versículo 31-32: Y sobre la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dice: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de los que viven.”

Dios está vivo en todos. Ninguna religión, filosofía o fe puede cambiar este hecho. La Verdad existe independientemente de palabras y razonamientos. Cuando los rayos del sol tocan la mejilla, nadie puede negarlo. No se puede ignorar la realidad. El poder de Dios penetra toda la creación. El nombre que le demos, Dios o Creador, Señor o el Poder Infinito de la Vida, no tiene importancia; la Verdad marca la diferencia. Los que están llenos de vida saben esto y reconocen quienes son.

Versículo 36-40: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento. Un segundo hay igual a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Esto es un resumen de la Trinidad. Amarás al Señor y a tu prójimo como a ti mismo. No hay separación en la conciencia. Dios se manifiesta en todo, en nuestros hermanos y en nosotros, en la conciencia y en el poder infinito de la creación.



Capítulo 23

Versículo11-13: El mayor entre vosotros será vuestro servidor. El que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas que cerráis a los hombres el reino de los cielos! No entráis vosotros y a los que intentan entrar no los dejáis entrar.

La historia se repite. Incluso hoy, la religión cierra la puerta del Cielo al Hombre. La religión es más o menos teórica, niega y teme la Verdad, la experiencia de la divinidad en la conciencia, siempre viva y nueva.

Versículo 25: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que limpiáis la parte exterior de la copa y del plato, mientras por dentro están llenos de rapacidad y avaricia!

En todas las religiones es habitual considerar lo externo, la historia y los rituales como la Verdad, a expensas de los aspectos interiores de la vida y su naturaleza siempre cambiante. Lo esencial es la purificación interior; lo externo, en este contexto, es meramente ornamental.

Versículo 26: Fariseo ciego, limpia primero el interior de la copa para que también el exterior quede limpio.

A nosotros mismos nos tenemos siempre. Nuestros pensamientos, actitudes y la manera de percibir lo que ocurre en nuestras vidas cambian cuando la estructura de nuestra mente se purifica mediante el proceso de la meditación.

Versículo 27: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que sois semejantes a los sepulcros blanqueados, que por fuera aparecen ciertamente vistosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!

Aquí pone el dedo en la llaga. Lo externo manda. Creemos lo que vemos y oímos. Luchamos para conseguir la felicidad apuntando hacia la satisfacción de los sentidos y la obtención del reconocimiento por parte de los demás. Simultáneamente experimentamos desorden, conflicto y desasosiego interior (esqueletos y toda clase de impurezas).

Versículo 28: Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

Una vez más, esto es bastante obvio. Conectamos el desarrollo humano con lo externo, mientras que lo interior, allí donde la vida se experimenta realmente, queda en el olvido. Fingir es humano. Tenemos la actitud correcta, pero actuamos de maneras diferentes. El desarrollo espiritual se hace en el interior disolviendo la dualidad.

Versículo 29-30: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: “¡Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos participado con ellos en la muerte de los profetas!”

En todas las épocas, la ignorancia y la hipocresía se han expresado de la misma manera. Sirva como ejemplo la manera en que se trató a Jesús después de su resurrección. Si Jesús viniera a la tierra hoy, probablemente tendría la misma experiencia de nuevo. La conciencia Crística es viva e impredecible. Un nuevo Cristo disentiría de los Cristianos. Su manera de enseñar diferiría de los sermones de las iglesias y de la manera en que la teología se enseña en las universidades. Idolatrar o venerar a un ser humano, tratándole como a un icono de la forma que lo hacen las religiones, es la base de la crucifixión.



Capítulo 24

Versículo 13: El que persevere hasta el fin, ése se salvará.

Todo el mundo se mantiene firme hasta el final. La eternidad incluye a cada uno; la evolución se desarrolla desde la perspectiva de la eternidad. Llegará el día en el que cada alma realizará la conciencia Crística. No obstante, esta afirmación es válida porque sirve de gran inspiración a los que están entrando en la esfera de la Verdad con completa devoción y anhelo.

Versículo 22:Y si aquellos días no se abreviasen, nadie se salvaría; pero por los elegidos se abreviarán.

Una comprensión literal y limitada de la palabra “elegidos” alienta el fundamentalismo y la guerra. El tiempo ya se ha abreviado ya que el tiempo es en este preciso instante, en la conciencia Crística.

Versículo 23-24: Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.

Las señales, el esplendor aparente o el reconocimiento de los seguidores no son milagros. La Verdad emerge en el Silencio.

Versículo 35: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Escondido profundamente en el interior de la conciencia, en las profundidades del Silencio, se halla la Palabra de Dios, siempre viva, independiente del caos externo.

Versículo 42: Velad, pues, porque no sabéis en qué día llega vuestro Señor.

Mantente atento. Si supieras que ha llegado el momento, permanecerías despierto toda la noche.



Capítulo 25

Versículo 8-9: Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.” Pero contestaron las prudentes: “A lo mejor no basta para nosotras y vosotras: mejor es que vayáis a los vendedores y compréis para vosotras.”

Cada uno tiene que ir por sí mismo al mercader (el interno) y conseguir lo necesario. La firmeza interior, una vela ardiendo constantemente, no se puede obtener de otros sino de uno mismo.

Versículo 29: Porque a todo el que tiene se dará y abundará, y al que no tiene se le quitará aun lo que tiene.

Este versículo se refiere a la atención y a la firmeza interior; nadie nos la puede ofrecer o quitar. La atención proporciona más atención. Tenemos sabiduría y Verdad, y, por consiguiente, se nos dará en abundancia. Si no prestamos atención se nos quitará aun lo que tenemos.

Versículo 34: Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid, los benditos de mi Padre; entrad a poseer el reino que os está preparado desde el principio del mundo.”

El Señor bendice a todo el mundo porque la Creación entera está bendecida. Pero tenemos que reconocer esto antes de recibirlo. El Reino es nuestro, pero para entrar dentro debemos experimentarlo y reconocerlo.

Versículo 40: El Rey les responderá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos, los más pequeños, a Mí lo hicisteis.”

Toda Alma es una chispa o reflejo de Dios. El Hombre está hecho a imagen de Dios. La Vida es Dios, Dios es todo.



Capítulo 28

Versículo 18: Jesús se acercó y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en cielo y tierra.”

Jesús enseña desde el nivel de la unidad con Dios – allí encontramos la autoridad.

Versículo 20: “enseñándolas a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.”

Al experimentar la unidad-en-la-conciencia (mi Padre y yo somos uno), percibimos que Dios está siempre presente en nosotros y en nuestras vidas hasta el fin del mundo.

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