El Evangelio según San Tomás es una colección de frases de Jesús. Los textos provienen de un manuscrito en papiro hallado en el 1945 junto a otros doce manuscritos en Nag Hammadi, en el Alto Egipto. Los 13 manuscritos contienen un total de 52 textos religiosos y filosóficos de la antigüedad.
Se dice que el Evangelio según San Tomás en el formato que conocemos data del año 100, aunque algunas partes son más antiguas. El manuscrito contiene frases y metáforas de Jesús. Algunas de ellas nos son familiares porque quedan recogidas en el Nuevo Testamento; otras son de origen desconocido. El Dr. Soren Giversen, autor del libro “El Evangelio según Tomás”, es profesor de la Universidad de Aarhus, Dinamarca. Durante muchos años estudió el Evangelio según Tomás y lo tradujo directamente del copto, un antiguo idioma egipcio, al danés.
Texto 1: Quien encuentre el sentido de estas palabras no gustará la muerte.
Quien comprenda su verdadera naturaleza habrá vencido la muerte mediante la experiencia de la inmortalidad (experiencia del Silencio, del Ser) en la conciencia.
Texto 2: El que busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo.
Estas palabras nos muestran la naturaleza del desarrollo – impedimentos y progreso. Encontrar es el resultado de la búsqueda, y quien busca y encuentra un poco está destinado a continuar la búsqueda hasta que la Verdad se revela a sí misma y le muestra que la consciencia reina sobre el universo.
Texto 3: Si aquellos que os guían os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces los peces os tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la pobreza misma.
La principal preocupación religiosa es: ¿Dónde se encuentra el Reino? Cuando el Reino se establece en nuestra consciencia, existe asimismo en el exterior. Comprender esto nos muestra la naturaleza del Reino: que los hombres son hijos del Padre Viviente. Sin esta experiencia, sin esta comprensión, vivimos en la pobreza.
Texto 4: No vacilará un anciano a su edad en preguntar a un niño de siete días por el lugar de la vida, y vivirá; pues muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán siendo uno solo.
El niño de siete días acaba de llegar a la tierra del Infinito, del mundo sutil. Muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán siendo uno solo. La unidad siempre está ahí, no importa si eres el primero o el último, ya que cada momento es Divino, cada paso en el camino es perfecto. Una planta siempre es perfecta, antes de florecer también. Florece como resultado del crecimiento, de cada paso y cada cambio a lo largo del proceso. Esto ocurre con toda la creación, incluidos los hombres. La diferencia radica en que los hombres tienen la oportunidad de comprender que cada momento, cada paso, tiene el sello de la perfección.
Texto 6: Le preguntaron sus discípulos diciéndole: “¿Quieres que ayunemos?¿Y de qué forma hemos de orar y dar limosna, y qué hemos de observar respecto a la comida?” Jesús dijo: ”No mintáis ni hagáis lo que aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya que nada hay oculto que no termine por quedar manifiesto y nada escondido que pueda mantenerse sin ser revelado”.
La Verdad significa ser sincero con uno mismo. Sé tu mismo, no trates de aparentar lo que no eres. Todo se mostrará y se revelará en la luz del misterio divino. Nada puede ocultarse a Dios porque Dios es consciencia.
Texto 17: Yo os daré lo que ningún ojo ha visto y ningún oído ha escuchado y ninguna mano ha tocado y en ningún corazón humano ha penetrado.
Yo, o sea Dios-consciencia, nos brinda la experiencia del Infinito, del Silencio en la consciencia, más allá de los sentidos y el intelecto, más allá de la creencia y la duda.
Texto 18: Dijeron los discípulos a Jesús: “Dinos cómo va a ser nuestro fin”. Respondió Jesús: “¿Es que habéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed que donde está el principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte”.
En la unificación del principio y el final, en el momento eterno, la muerte se disuelve.
Texto 22: Jesús vio unas criaturas que estaban siendo amamantadas y dijo a sus discípulos: “Estas criaturas a las que están dando el pecho se parecen a quienes entran en el Reino”. Ellos le dijeron: “¿Podremos nosotros – haciéndonos pequeños – entrar en el Reino?” Jesús les dijo: “Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo de arriba con lo de abajo, entonces podréis entrar en el Reino”.
La disolución de la dualidad se produce mediante la acción completa (Kriya), como una criatura que esta siendo amamantada. Lo exterior se hace como lo interior y viceversa. Esta es la condición del amor, la realización del paraíso (Dios).
Texto 24: Dijeron sus discípulos: “Instrúyenos acerca del lugar donde moras, pues sentimos la necesidad de indagarlo”. Díjoles: “El que tenga oídos, que escuche: en el interior de un hombre de luz hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin su luz reinan las tinieblas”.
Esto es la luz interior, la apertura del tercer ojo. Si miramos a través de gafas verdes, todo el mundo nos parecerá verde. De la misma manera, con luz dentro, el mundo esta iluminado. Si dentro hay oscuridad, el mundo externo también es oscuro. Todo lo que experimentamos lo colorea nuestra consciencia, mediante nuestra presencia y nuestro conocimiento de las conexiones de la vida.
Texto 25: Dijo Jesús: “Ama a tu hermano como a tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo”.
Esto se refiere a la no-dualidad, a la posibilidad de la consciencia de disolver la duda y el conflicto desde dentro, a unir Dios, yo mismo y el hermano.
Texto 26: Dijo Jesús: “La paja en el ojo de tu hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no la ves. Cuando hayas sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja del ojo de tu hermano”.
Sumidos en la ignorancia, trasladamos la responsabilidad fuera de nosotros. Cuando hayamos sacado la viga de nuestro ojo, cuando hayamos comprendido nuestra verdadera naturaleza, en aquel preciso instante desaparece la paja del ojo de nuestro hermano. La condición de la mente realizada ve todo en la luz de la presencia de Dios en todos los seres humanos.
Texto 27: Si no os abstenéis del mundo, no encontraréis el Reino; si no hacéis del sábado sábado, no veréis al Padre”.
Si estamos implicados en todo lo que ocurre pero sin una consciencia estable, el sufrimiento continuará (“... no encontraréis el Reino.”) Vivir en este mundo, estando plenamente establecidos dentro, es el verdadero ayuno. Esto es necesario para encontrar el Reino y comprender quienes somos.
Texto 33: Lo que escuchas con uno y otro oído, pregónalo desde la cima de vuestros tejados; pues nadie enciende una lámpara y la coloca bajo el celemín o en otro lugar escondido, sino que la pone sobre el candelero para que todos los que entran y salen vean su resplandor”.
Sentarse solo en una cueva, escondiendo lo que has aprendido, es inútil. La Verdad requiere movimiento y renovación. Si sabes algo que puede ayudar el alma de tu hermano, es tu deber decírselo.
Texto 48: Dijo Jesús: “Si dos personas hacen la paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña: ¡Desaparece de aquí! Y ésta desaparecerá”.
Hacer la paz en la misma casa significa disolver la dualidad en la consciencia, unir lo masculino y lo femenino, unir a Dios con el hombre. La condición de la consciencia Dios no tiene limitaciones; los hombres se pueden curar y las montañas se pueden mover.
Texto 49: Dijo Jesús: “Bienaventurados los solitarios y los elegidos: vosotros encontraréis el Reino, ya que de él procedéis y a él tornaréis”.
Permanecer solo (dentro en soledad) – cuando vivimos en armonía con nuestra verdadera naturaleza, entonces hallaremos el Reino. Es decir, de dónde venimos y hacia dónde vamos. La práctica del Kriya arriba y abajo en la espina dorsal es vivir el proceso entero de la creación.
Texto 50: Dijo Jesús: “Si os preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz, del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; allí estaba afincada y se manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros?, decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el movimiento y a la vez el reposo”.
Los principios fundamentales son el movimiento y el reposo (descanso). Adoptando estos elementos en la vida diaria, su unificación se realiza en la consciencia individual.
Texto 51: Le dijeron sus discípulos: “¿Cuándo sobrevendrá el reposo de los difuntos y cuándo llegará el mundo nuevo?” Él les dijo: “Ya ha llegado el reposo que esperáis, pero vosotros no caéis en la cuenta”.
Que es el “mundo nuevo” que estamos esperando? Es un mundo muerto, sin cambios ni problemas? Un mundo en el que no ocurre nada, donde se encuentra sólo lo “bueno”? “Ya ha llegado el reposo que esperáis, pero vosotros no caéis en la cuenta”. El mundo es la obra maestra del Creador, perfecta tal cual es. Lo que estamos esperando está aquí, en cada momento.
Texto 52: Sus discípulos le dijeron: “24 profetas alzaron su voz en Israel y todos hablaron de ti”. Él les dijo: “Habéis dejado a un lado al Viviente que está ante vosotros ¡y habláis de los muertos!”.
“El Viviente” es el momento, lo que ocurre aquí y ahora, lo que está delante de nosotros ahora mismo. En cambio nos preocupamos sobre “lo muerto” – el pasado y el futuro. El intelecto no está capacitado para comprender este secreto completamente. La practica del Kriya es necesaria porque ante todo, “el Viviente” es un estado mental – calma interior, gozo, sabiduría y estabilidad. Estas cualidades son los cimientos para vivir tranquilamente el Momento.
Texto 59: Dijo Jesús: “Fijad vuestra mirada en el Viviente mientras estáis vivos, no sea que luego muráis e intentéis contemplarlo y no podáis”.
Practicad Kriya, meditad, poned atención y observadlo todo. En caso contrario, morimos y perdemos nuestro derecho de nacimiento: reconocer quiénes somos.
Texto 60: Vieron a un samaritano que llevaba un cordero camino de Judea y dijo a sus discípulos: “¿Qué hace éste con el cordero?” Ellos le dijeron: “Irá a sacrificarlo para comérselo.” Y les dijo: “Mientras esté vivo no se lo comerá, sino sólo después de haberlo degollado, cuando el cordero se haya convertido en un cadáver”. Ellos dijeron: “No podrá obrar de otro modo”. Él dijo: “Vosotros aseguraos un lugar de reposo para que no os convirtáis en cadáveres y seáis devorados”.
Al no vivir en armonía con nosotros mismos, podemos decir que estamos muertos. Somos cadáveres, comidos por la vida misma. El lugar para descansar y permanecer en paz (reposo) es en el tercer ojo, en el Silencio.
Texto 61: Dijo Jesús: “Dos reposarán en un mismo lecho: el uno morirá, el otro vivirá”. Dijo Salomé: “¿Quién eres tú, hombre, y de quién? Te has subido a mi lecho y has comido de mi mesa”. Díjole Jesús: “Yo soy el que procede de quien me es idéntico; he sido hecho partícipe de los atributos de mi Padre”. Salomé dijo: “Yo soy tu discípula”. Jesús le dijo: ”Por eso es por lo que digo que si uno ha llegado a ser uno, se llenará de luz; mas en cuanto se divida, se inundará de tinieblas”.
Dualidad en la mente crea conflicto y oscuridad. El Kriya restablece el equilibrio y eleva la consciencia al nivel de la Unificación, allí dónde reconocemos nuestro Ser. La experiencia del Silencio disuelve la dualidad.
Texto 66: Dijo Jesús: “Mostradme la piedra que los albañiles han rechazado; ésta es la piedra angular”.
Buscamos en todas direcciones el gozo y la armonía, pero no encontramos. En el mundo de los sentidos y en el espacio, dónde encontramos lo que estamos buscando? Mas cerca que cualquier otra cosa, el Silencio nos está esperando pacientemente en la consciencia. Esta piedra particular, la verdadera piedra angular, no se halla en la ignorancia.
Texto 67: Dijo Jesús: “Quien sea conocedor de todo, pero falle en lo tocante a sí mismo, falla en todo”.
Supongamos que un hombre conoce totalmente el mundo físico pero desconoce la experiencia de su origen, de quién es, para que le servirá todo el conocimiento adquirido? Ni el conocimiento ni la consciencia corporal pueden fomentar un estado permanente de amor, que es lo que el hombre anhela. Si el no se satisface el anhelo, la falta de armonía y la oscuridad son nuestros compañeros, y, de hecho, nos lo estamos perdiendo todo.
Texto 71: Voy a destruir esta casa y nadie podrá reedificarla”.
“Destruir esta casa” significa apartar lo que impide el Silencio en la consciencia. Cuando esto se ha conseguido, las compuertas quedaran abiertas para siempre, y todo lo que representó un obstáculo jamás podrá ser reconstruido. Entonces el río de la vida fluye libremente.
Texto 72: Un hombre le dijo: “Di a mis hermanos que repartan conmigo los bienes de mi padre”. Él replicó: “¡Hombre! ¿Quién ha hecho de mí un repartidor?”Y se dirigió a sus discípulos, diciéndoles: “¿Es que soy por ventura un repartidor?”.
Partido significa dualidad, conflicto. La consciencia-Crística, el estado mental al que llegó Jesús, se caracteriza por el cese de la dualidad, del conflicto, por la condición de la unidad y no por la de la división. (“¿Es que soy por ventura un repartidor?”)
Texto 73: Dijo Jesús: “La cosecha es en verdad abundante, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Señor que envíe obreros para la recolección”.
La Verdad (cosecha) es ilimitada, pero interesa a pocos.
Texto 74: El dijo: “Señor, hay muchos alrededor del aljibe, pero no hay nadie dentro del aljibe”.
“Alrededor del aljibe” significa ignorancia, una búsqueda parcial del gozo en lo exterior, lo teórico, lo dogmático, el ritual.
Texto 75: Dijo Jesús: “Muchos están ante la puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara nupcial”.
En este contexto, permanecer solitario significa haberse establecido dentro, en soledad sin dualidad dialogando con el Creador. Entonces entramos en la cámara nupcial.
Texto 76: Dijo Jesús: “El reino del Padre se parece a un comerciante poseedor de mercancías, que encontró una perla. Ese comerciante era sabio: vendió sus mercancías y compró aquella perla única. Buscad vosotros también el tesoro imperecedero allí donde no entran ni polillas para devorarlo ni gusano para destruirlo”.
La condición del amor, realizada en la consciencia, sin imposición, como una realidad – ésta es la perla de la vida, donde nada perece ni es comido por las polillas o los gusanos.
Texto 77: Dijo Jesús: “Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis”.
Jesús describe su estado mental, la realidad verdadera, consciencia-Crística – de donde todo ha descendido y que se encuentra en todas partes. “Partid un leño”, lo divino también existe en la dualidad, en todo lo que está partido.
Texto 82: Dijo Jesús: “Quien esté cerca de mí, está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del Reino”.
No se trata de estar cerca o lejos del Jesús físico, sino cerca o lejos de su condición interior.
Texto 85: Dijo Jesús: “El que Adán llegara a existir se debió a una gran fuerza y a una gran riqueza; sin embargo, no llegó a ser digno de vosotros, pues en el supuesto de que hubiera conseguido ser digno, no hubiera gustado la muerte”.
La Creación es gran poder y gran riqueza; es poder y riqueza infinitos. Adán, como todo lo demás, surge de este poder creador, de éste infinito. “No llego a ser digno” se refiere al potencial que tiene cada individuo para realizar la consciencia infinita – no alcanzar este estado significa la muerte (no digno).
Texto 89: Dijo Jesús: “¿Por qué laváis lo exterior del vaso? ¿Es que no comprendéis que aquel que hizo el interior no es otro que quien hizo el exterior?”.
Purificando el interior, purificando la consciencia, lo exterior también se purifica. Establecido dentro, en la Verdad, lo interior y lo exterior serán realizados como UNO. El Uno que creó lo interior, también creó lo exterior.
Texto 91: Ellos le dijeron: “Dinos quién eres tú, para que creamos en ti”. El les dijo: “Vosotros observáis el aspecto del cielo y de la tierra, y no habéis sido capaces de reconocer a aquel que está ante vosotros ni de intuir el momento presente”.
“Aquel que está ante vosotros” es el poder de la vida y la respuesta al misterio del tiempo, el misterio que no eres capaz de interpretar.
Texto 92: Dijo Jesús: “Buscad y encontraréis: mas aquello por lo que me preguntabais antaño – sin que yo entonces os diera respuesta alguna – quisiera manifestároslo ahora, y vosotros no me hacéis preguntas en este sentido”.
Buscar y preguntar son dos caras de la misma moneda. Cuando las respuestas no llegan, terminamos por sentirnos engañados. Al que sigue buscando (meditando), y no se rinde, se le dará.
Texto 94: Dijo Jesús: “El que busca encontrará, y al que llama se le abrirá”.
La puerta se rompe debido al empeño del buscador.
Texto 95: Dijo Jesús: “Si tenéis algún dinero, no lo prestéis con interés, sino dádselo a aquel que no va a devolvéroslo”.
Entrega tu ego, tus acciones, al Creador, de esta manera no te serán devueltos; no se aferrarán a tu mente, a tu consciencia.
Texto 103: Dijo Jesús: “Dichoso el hombre que sabe por qué flanco van a entrar los ladrones, de manera que le dé tiempo a levantarse, reunir sus fuerzas y ceñirse los lomos antes de que entren”.
“Por qué flanco van a entrar los ladrones” es el lugar de tu mente donde la dualidad existe en la consciencia, encaminándote a la falta de armonía y permitiendo que entre el miedo.
“Reunir sus fuerzas” quiere decir que es necesario movilizar la estabilidad interior, la paz y el conocimiento, de tal forma que la mente esté armada antes de que los ladrones entren.
Texto 106: Dijo Jesús: “Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una sola, seréis hijos del hombre; y si decís: ¡Montaña, trasládate de aquí!, se trasladará”.
“Hacer de dos cosas una sola” – no hay dualidad en la consciencia, lo que permanece es una realidad unida, donde el infinito domina y las montañas se pueden trasladar.
Texto 107: Dijo Jesús: “El Reino se parece a un pastor que poseía cien ovejas. Una de ellas – la más grande – se extravió. Entonces dejó abandonadas las noventa y nueve y fue en busca de ésta hasta que la encontró. Luego – tras la fatiga – dijo a la oveja: Te quiero más que a las noventa y nueve”.
Parece que lo que más amamos requiere nuestro mayor esfuerzo y perseverancia, es lo que moviliza toda nuestra atención, desesperación y dolor, porque ocupa nuestra mente mucho mas que otras cosas superficiales y “fáciles”... Pero el verdadero significado es mucho más profundo. Este texto habla sobre nuestra búsqueda del Uno, nuestra búsqueda de la Verdad, que requiere todo nuestro interés, energía y sinceridad para realizarse.
Texto 108: “Quien bebe de mi boca, vendrá a ser como yo; y yo mismo me convertiré en él, y lo que está oculto le será revelado”.
“Beber de mi boca”. El que ha experimentado lo Divino y realizado la consciencia Unidad, “vendrá a ser como yo”, entra en el mismo estado mental que Jesús. “Yo mismo me convertiré en él” – ambos han realizado la consciencia Unidad y, por consiguiente, son lo mismo. Entonces “lo que está oculto” será revelado y será comprensible.
Texto 111: Dijo Jesús: “Arrollados serán los cielos y la tierra en vuestra presencia, mientras que quien vive del Viviente no conocerá muerte”; pues Jesús dice: “Quien se encuentra a sí mismo, de él no es digno el mundo”.
La muerte sólo puede existir mientras no hayamos realizado nuestra naturaleza inmortal. “Perder el cuerpo” no es morir, sino mudarse de una condición a otra. Para “Quien se encuentra a sí mismo” – el mundo, lo exterior, pierde su protagonismo en la consecución de la felicidad permanente ya que la felicidad es un estado mental, el resultado del cese del conflicto en la consciencia.
Texto 113: Le dijeron sus discípulos: “¿Cuándo va a llegar el Reino?” Dijo Jesús: “No vendrá con expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven”.
El dilema humano reside en que a menudo deseamos algo diferente a lo que tenemos. Pero la Verdad, lo que estamos buscando, ya está aquí. Es el Reino, que se halla en todas partes, pero que no vemos porque esperamos o deseamos algo distinto – quizás un paraíso en el que ocurra sólo “lo Bueno”. Pero esto es imposible, ya que es precisamente la dualidad entre el Uno y el Tres lo que crea y mantiene la Creación. La felicidad es la unificación de estos elementos opuestos en nuestra consciencia. Este es el Reino, la Verdad que buscamos.
EVANGELIO SEGÚN TOMÁS
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