El Unitarismo es una corriente de pensamiento teológico de origen cristiano que afirma la unidad de Dios. En sentido genérico se han etiquetado así a diversas corrientes que rechazan el dogma de la Trinidad, tales como el adopcionismo, el arrianismo, el servetismo, el socinianismo y otras.
Los tres pilares en que descansa la fe unitaria (o unitariasta) son la racionalidad, la libertad de pensamiento y la tolerancia.
El primero de esto tres pilares, la racionalidad, nos enseña que la verdad revelada no puede contradecir a la ciencia probada. Es decir, la fe y la razón no sólo no son contradictorias sino que son complementarias. Por ejemplo, la noción de que Dios es uno y trino a la vez repugna a la razón y a la lógica, por lo que debe ser rechazado. O sea, que para los Unitarios todo lo que no sea contrastado por vía de la lógica o de la ciencia no puede ser objeto de la fe.
El segundo de los pilares básicos es la libertad absoluta de pensamiento. El ser humano termina descubriendo la verdad y razón de su existencia. En ese punto o la acepta o la rechaza y dado que el libre albedrío es un don de Dios, el derecho a aceptar o rechazar debe ser aceptado sin condenación. Por eso los unitarios no condenamos a nadie, ni juzgamos a nadie. Abogamos por una libertad absoluta de pensamiento. Que cada persona pueda leer la Biblia (o cualquiera de los llamados “libros sagrados”) sin la ayuda de ningún teólogo o clérigo y sacar sus propias conclusiones. A diferencia de las religiones organizadas, el Unitarismo no le teme a la verdad.
Consecuencia directa de la libertad absoluta de pensamiento, que profesan los Unitaristas, es que el Unitarismo como religión carece de artículos de fe en el sentido de principios irrefutables, que no admiten contradicción. Para los Unitarios, la palabra dogma tiene el mismo significado que en griego antiguo, es decir pensamiento o creencia. En este sentido el dogma o pensamiento compartido por todos los unitarios es la creencia en un solo y único Dios, creador de todo cuanto existe, existió y existirá.
El tercer rasgo distintivo es la tolerancia en materia de religión y una actitud firme y constante en apoyo de la libertad de conciencia, fundamento de todas las libertades, que exige respetar las opiniones de los otros y rechazar la violencia como solución de todos los problemas tanto personales como internacionales. Según Miguel Servet, nadie tiene derecho a coartar la conciencia intelectual, moral o religiosa de nadie, igual que nadie, ni persona ni institución, es árbitro supremo de la verdad. […] La verdad no se impone con la espada, ni con la excomunión: se abre camino por sí misma, con su propia luz, apoyada en la palabra. En otras palabras, el Unitarismo está inseparablemente ligado a la libertad de conciencia y de fe. No hay mayor absurdo y sinsentido que forzar la conciencia y el espíritu mediante la fuerza externa, cuando sólo el Creador tiene la autoridad sobre ellos.
La religión Unitaria es simple: Dios es uno y único. La existencia de Dios para los Unitarios no es un artículo de fe incuestionable sino que es el resultado o convencimiento racional personal al que se puede llegar de muchas maneras y por diversos caminos. Uno de ellos es el que explica Aristóteles en su Metafísica en la que, al abogar por la existencia de un Ser divino, lo describe como “Primer Motor”, responsable de la unidad y significación de la naturaleza. Este “Primer Motor”, dice Aristóteles, es lo primero que existió, o dicho de otra manera, lo que existía cuando nada había sido creado aún. Aristóteles añade que Dios, en su calidad de ser perfecto, es por consiguiente el ejemplo al que aspiran todos los seres del mundo, ya que desean participar de la perfección. Si se mira hacia el universo y su orden, se obtiene la convicción de que hay un Dios, que ha creado, mantiene y gestiona todo lo que existe.
Nadie tiene la exclusividad de Dios, dado que si Dios es uno y único es evidente que ha de ser el mismo para todos, sea cual sea la religión que se profese. Consecuencia directa de la unicidad de Dios es que ya se hable de Dios, de Yahvé, o de Alá, nos referimos a la misma noción de deidad.
Para los Unitarios Cristianos la base del Unitarismo es la doctrina recogida en los Evangelios, es decir, las normas de Unitarismo se basan en las enseñanzas de Jesús, la principal de las cuales es el amor a Dios y a los seres humanos tal como se recoge en el Evangelio de Marcos (12:28-33):
"Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle”.
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